jueves, 5 de mayo de 2016

LOS VIAJES DE MI HISTORIA FAMILIAR: LA VISITA AL PUEBLO ADOPTIVO DE MIS ANCESTROS

La línea de mis bisabuelos paternos tiene una larga historia, considerada por mí, como casi fundadores del pueblo que los vio prosperar. Ellos nacieron en Italia, mi Abuela nació en Duaca, pero a los pocos días ya estaba allí, en Aroa. Mi Padre nació en Puerto Cabello pero parte de su infancia la paso en ese pueblo, visitando a sus Abuelitos, a sus Tíos y a sus Primos, los que aún quedaban allá..

La Plaza Paez de Carampampa, Aroa.
Mi Abuela vivía a minutos de la casa que la vio crecer, en la de sus Padres. Fui alguna vez de pequeña a Aroa, aunque no recuerdo mucho.

La penúltima vez  (la última todavía no se ha dado), me sentí llena, rodeada de un grupo familiar que con entusiasmo y alegría, cosa que nos caracteriza, quisimos ir a visitar para conocer un poco más de ese fabuloso pueblo minero.

El estar allí es como retroceder en el tiempo, te imaginas los lugares donde ellos pasaron su infancia, donde estudiaron o trabajaron; caminas por sus callecitas y te imaginas que ellos lo hacen contigo, y te haces miles de preguntas; cuantas veces mis Tíos-abuelos no cortejaron a una dama caminando por estas aceras?, que tan altos y simpáticos eran?, cuantas veces no se cayeron a golpes con un tipo altanero, o un vecino que le estaba haciendo ojitos a su novia? Cuál fue su primera borrachera?, Como la Abuela, sus Hermanas y Primas se vestían? Eran tan simpáticas como salen en las fotos?……esto me hace revivir la historia de ellos, de mis antepasados.

Estación ferrocarrilera de Aroa
En mis vagos recuerdos de niñez, vienen a mi mente algunos episodios de visitas a familiares en San Felipe o en Aroa. Visualizo lo feliz que mi Padre se sentía al compartir con sus tíos y primos, puedo aun escuchar el algarabío que formaban, entre besos, risas y abrazos al reencontrarse… A veces me pregunto porque soy tan bullera, y a mi mente vienen estos recuerdos y se me pasa…..!!

En la cajita de mi tesoro mental, vienen las historias de mi Abuela. Cuando las escuchaba, me imaginaba viendo los lugares que sus historias describían. Hoy día al recordarlas, me es más emocionante que en pasados años. Incluso habiendo mi Abuela emigrado a otra ciudad, siempre he sentido a Aroa como un sitio espiritual al que me llama y que respetuosamente debo acudir para aprender más de la historia de ellos.

Uno de los puentes que lleva hacia la Minas de Aroa
En mi pensamiento existe y persiste la idea de planificar otro viaje familiar a ese pueblo ancestral. Esta vez, con más calma, visitar los lugares importantes en la historia de mis antepasados; donde vivían, cuál fue su escuela, dónde se la pasaban en el pueblo, alguna anécdota de familiares de personas que fueron amigos o vecinos de los Bavaresco Tescari, donde está su última morada, aunque se dónde están mis bisabuelos (en ese penúltimo viaje los visite), pero no sé dónde están ubicados los demás, mis Tíos-abuelos, Primos y otros familiares que ya se han adelantaron al encuentro celestial.

Parte del grupo familiar en la Plaza Bolívar de Aroa (2008)
Es importante ir a visitarlos y pasearse por el pueblo, sentir el aire, la brisa que alguna vez a ellos les rozó las mejillas, como quizás lo haga con nosotros, en ese instante, cuando estemos allá. Encontrar bibliotecas, una sociedad histórica o incluso un museo local para aprender más acerca de cuándo nuestros antepasados ​​vivieron allí y así proporcionar la perspectiva de Nuestra Familia.


Visitar, en este caso, a Aroa, tomar fotos de los lugares donde la familia vivía y descubrir nueva información es una gran manera de profundizar y enriquecer nuestra propia historia familiar. 

Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco


Rumbo a Aroa

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