sábado, 6 de enero de 2018

LA HISTORIA DE LOS REYES MAGOS Y LA ESTRELLA DE BELEN

¿Que sabemos de los  Reyes Magos? Que eran tres y que llevaron oro, incienso y mirra a María y José para felicitarles por el nacimiento del niño Jesús. Pero, ¿de dónde sale esta historia? ¿Existieron alguna vez estos personajes? Parece que sí, pero no como lo conocemos, resulta curiosa su fama al ser citados una única vez en la Biblia, concretamente en el Evangelio de Mateo, donde “se habla de unos ‘magos’, pero no se precisan sus nombres, ni que fuesen reyes ni tan siquiera que fuesen tres”.

Partiendo de que esto es una leyenda y, por tanto, no se ha podido probar que fuese real, a lo largo de los años los científicos han querido dar explicación al origen de la estrella de Belén.

Los hay que opinan que efectivamente, se trataba de una estrella, un punto luminoso en medio del cielo del que los Reyes Magos decidieron guiarse. Quizás, según opinaba el astrónomo Johannes Kepler en el siglo XVII, pudiera ser una nova o supernova, esto es, una explosión de una estrella que deja un punto luminoso por un tiempo determinado. 

No obstante, esta teoría flojea precisamente porque de haber ocurrido una supernova hace poco más de 2.000 años se habrían registrado radiaciones electromagnéticas que permitirían haber probado su existencia. Desgraciadamente, no hay datos de supernovas tan recientes en la historia.

Otra de las corrientes más extendidas es que la estrella de Belén fuese una estrella con la cola de un cometa, tal y como se representa en numerosas pinturas de la época. El principal problema que presenta esta teoría es que el cometa más cercano a esa época fue el cometa Halley que se avistó allá por el año 12 a.C., una fecha que no coincide con el momento en que los Reyes Magos emprendieron su viaje hacia Belén.

No obstante, nunca se ha tenido claro cuál era la verdadera naturaleza de la estrella de Belén

En cuanto a los Reyes Magos, la dirección del Departamento de Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España (BNE), atesora en su colección valiosas piezas, como el Auto de los Reyes Magos o códices medievales y renacentistas, que nos permiten reconstruir cómo se forjó la leyenda de los tres Reyes Magos durante la Edad Media.

La obra no define a MelchorGaspar y Baltasar como nobles sino como tres astrólogos que debaten sobre el hallazgo de una nueva estrella y su posible significado, algo que relacionan con el nacimiento de un posible Mesías.

Para averiguar la verdadera naturaleza del recién nacido, deciden hacerle varios regalos: si fuera un rey de la tierra, preferirá el oro; si fuera un rey del cielo, querrá la mirra. Pero dejará las dos por el incienso. El manuscrito también les muestra visitando el palacio de Herodes, que promete adorar también al Niño, aunque después el monarca reconoce temer el nacimiento del nuevo rey. 

El documento data del siglo XIII pero no fue hasta el siglo XVIII que fue descubierto por un canónigo de la catedral de Toledo, Felipe Fernández Vallejo. Se trata de una obra fundamental en la historia de la literatura española por ser el texto teatral más antiguo conservado en lengua castellana.

La BNE custodia además otros testimonios artísticos sobre la leyenda de los Reyes Magos, como los dibujos y grabados conservados en el Departamento de Bellas Artes y Cartografías, aunque sobresalen las miniaturas de los códices medievales y renacentistas, tanto de libros de horas como de otras tipologías.
Existe otra leyenda que dice que los Reyes Magos no fueron tres, sino cuatro, y era el astrónomo Artabán, que encaminó sus pasos hacia Occidente, siempre guiado por el fulgurante mapa celestial, en busca del niño Jesús. Pero según un relato navideño escrito hace mas de un siglo, no llegó a ver el rostro de Jesús porque se entretuvo en el camino. 
Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco
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