Las relaciones toxicas vienen acompañadas de un abuso que en psicológica es conocido como violencia emocional, que no es más que una forma de maltrato, por lo que se encuentra en una de las categorías dentro de la violencia doméstica. La intención que trae consigo la violencia psicológica o emocional es humillar, hacer sentir mal e insegura a una persona, deteriorando su propio valor. Ello difiere del maltrato físico ya que éste es sutil y es mucho más difícil de percibirlo o detectarlo. Se manifiesta a través de palabras hirientes, descalificaciones, humillaciones, gritos e insultos, además del abuso de revisar tu celular, cartera, cajones de tu mesita de noche, buscando, según ellos (o ellas) alguna evidencia.
Según el Doctor Vidal Schmill Herrera (*), conocedor de este tema, dice que este trastorno puede tener bases en la infancia de las personas cuando se llevan a cabo la falta de atención por parte de los padres o familiares, y la violencia intrafamiliar (que comprende, entre otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual).
Con respecto a las relaciones, nunca estarán libres de conflictos, ya que es parte fundamental del desarrollo humano. En la medida en que aprendamos a lidiar con los conflictos vamos adquiriendo mayor madurez emocional. Sin embargo, la clave está en aprender a distinguir entre un conflicto de pareja y un abuso emocional o físico. No porque sean más celosos contigo o te golpeen, quiera decir que te amen más.
Para lograrlo, primero debemos educarnos emocionalmente, saber cómo controlarnos, saber manejar nuestros impulsos negativos que tanto daño nos hacen. Aprender a establecer un contacto consiente con nuestras emociones y manejarlas. Saber hablar y reconocer lo que tenemos dentro sin ser arrastrados sin control por lo que sentimos.
Los conflictos siempre serán parte de nuestra vida y nuestras relaciones, aprender a trascenderlos sanamente fortalece nuestros vínculos afectivos, eleva nuestra autoestima y nos da fortaleza interior.
Debemos aprender a reconocer nuestras emociones y a expresarlas saludablemente. La violencia nunca es una solución ya sea física o emocional.
Grîsseld Lecuna G.-Bavaresco
(*) Vidal Schmill Herrera; Pedagogo, especialista en Desarrollo Humano, Desarrollo de habilidades del pensamiento y Educacion en Valores.