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jueves, 29 de junio de 2017

QUIENES ERAN PEDRO Y PABLO?

La fiesta de San Pedro y San Pablo, cuyo nombre es Solemnidad conjunta de San Pedro y San Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarsocelebrada el 29 de junio.

Es una de las mayores celebraciones religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos.

Pero, quiénes eran estas personas antes de ser Santos?. Según Wikipedia, el Universal México y RPP de Perú, estas son sus historias:

Simón Pedro, conocido también como San Pedro, Ceofas o simplemente Pedro, fue, de acuerdo con múltiples pasajes neo-testamentarios, uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret

Simón era un hombre rudo, tosco y apasionado, que salió de su poblado a una ciudada judía. Pero como de amor no se vive, comenzó a pescar. En una jornada en la que nada había pescado, Jesús se le apareció y dijo "echa tu red", y esta comenzó a reventar de peces. 

Entonces cambió su nombre, Pedro a secas y se convirtió en "pescador de hombres". Tras una vida consagrada a ser el primer pastor de la perseguida Iglesia Cristiana, murió crucificado como su señor, pero boca a bajo. 

El papado tiene su origen en este apostol. El fue el primero en ostentar el título de Papa. Así lo reconoce un capítulo de la biblia, en el que se narra que Jesús hace entrega a Pedro de las llaves del reino de los cielos y se refiere a él como la roca sobre la que fundaría su iglesia.

Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso o Saulo Pablo, también llamado san Pablo. Nació entre los años 7 y 10 de nuestra era cristiana, en Tarso, actual Turquía. Tenía la ciudadanía Romana y era hebreo.  Pedro era fariseo e hijo de fariseos, que son como los religiosos más extremos. Con ese conocimiento de las profecías, creía que Jesús no era el Mesías. 

Comenzó a perseguir a los primeros cristianos y a supervisar sus ejecuciones, hasta que Jesús se le apareció camino a la ciudad de Damasco, y le dijo  “Yo soy Jesús, a quien tú persigues", y le profetizó que tendría que sufrir mucho por su causa.

En el año 36 se convirtió al cristianismo; Pablo fue así el primero que predicó fuera de Israel, lo que le provocó incomprensión y palizas de los judíos. Como era ciudadano romano, no podía ser crucificado, por lo que murió decapitado.
 
Hoy 29 de junio, la Iglesia católica recuerda a ambos como patronos. En algunas localidades lo celebran al toque de tambores uniendo así a San Juan con San Pedro y San Pablo.

Grisseld LecunaG/Bavaresco










sábado, 24 de junio de 2017

JUAN EL BAUTISTA, SU HISTORIA


Juan el Bautista fue un predicador judío, considerado como profeta por las tres religiones principales: el Cristianismo, el Islam y la Fe Bahá’í. Considerado mesías por el Mandeísmo

Desde el principio su nacimiento estuvo dotado de cierto carácter milagroso.


San Lucas lo narra en su Evangelio así:

La Noche de San Juan
María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. 
Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, muy próxima al solsticio de verano que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y América Latina, lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque de los Santos siempre se recuerda el día de su muerte. 

Pero San Agustín hace una excepción y le conmemora el día de su nacimiento, porque fue santificado en el vientre de su madre y vino al mundo sin culpa.

Maria y su prima Isabel, el encuentro.
El Evangelio de San Lucas
El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan:

Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.
Al verlo se asustó, más el ángel le dijo: No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios.

Juan y Jesús de niños
Pero Zacarías respondió al ángel: -¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?.

El ángel le dijo: -Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Más por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla.

Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.

Juan niño
Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.

También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó:

“Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo. ¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas las cosas que se te han dicho de parte del Señor”.

Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.


De su infancia y juventud nada sabemos, tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración.
Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Itureay Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y Caifás.
Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de Dios.

Cuando Juan tenía más o menos treinta años, se fue a la ribera del Jordán, conducido por el Espíritu Santo, para predicar un bautismo de penitencia.
Juan no conocía a Jesús; pero el Espíritu Santo le dijo que le vería en el Jordán, y le dio esta señal para que lo reconociera: “Aquel sobre quien vieres que me poso en forma de paloma, Ese es”.

Habiendo llegado al Jordán, se puso a predicar a la gente y a bautizarlos, una vez que lo hizo a Jesús, al momento de salir del agua, y mientras hacía oración, se abrieron los cielos y se vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y permaneció sobre El. Y en aquel momento se oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias”.
Sus últimos días
Herodías era la mujer de Filipo, hermano de Herodes. Ella se divorciò de Filipo y se casó con Herodes, su cuñado, y entonces cuando Juan fue con él, le recriminó diciendo:

-No te es lícito tener por mujer a la que es de tu hermano; y le echaba en cara las cosas malas que había hecho.

Entonces Herodes, enojado mandó gente hasta el Jordán para traerlo preso, queriendo matarle, mas no se atrevió sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía, pues estaba muy perplejo y preocupado por lo que le decía.

Herodías le odiaba a muerte y sólo deseaba encontrar la ocasión de quitarlo de en medio, pues tal vez temía que a Herodes le remordiera la conciencia y la despidiera siguiendo el consejo de Juan.

Sin comprenderlo, ella iba a ser la ocasión del primer mártir que murió en defensa de la indisolubilidad del matrimonio y en contra del divorcio.

Llegó el cumpleaños de Herodes y celebró un gran banquete, invitando a muchos personajes importantes. 

Y al final del banquete entró la hija de Herodías (Salomé, según el quinto evangelio de Flavio Efeso), y danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre le dijo; «dame aquí en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.» 

El rey se entristeció, pero a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. 

Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver, lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús.

La Iglesia católica celebra el 24 de junio el nacimiento de San Juan Bautista y el 29 de agosto conmemora su decapitación. Se afirma que está enterrado en la gran Mezquita de los Omeyas, en Damasco.

Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco

Fuentes:


miércoles, 21 de junio de 2017

EXISTE DIOS PARA CADA QUIEN...

Recientemente leí que un grupo de periodistas asistieron a un “bautizo”, o más bien a la bendición de una bebé en un Templo Budista, y habían quedado impresionados con las palabras del Monje, cuando señaló que para esa dulce niña, sus padres eran sus Dioses. “Fueron ellos quienes la crearon en un acto de amor, la hicieron a su imagen y semejanza, y la alimentarán y protegerán hasta que ella esté en capacidad –de también- convertirse en una Diosa, apta a su vez, de crear vida igual que sus progenitores, afirmó el religioso...

Anteriormente, hace unas décadas, otro episodio les había quedado grabado. Un sacerdote católico y misionero –el padre Pedro- se adentró junto a un grupo de exploradores en lo profundo del Amazonas, en una piragua (pequeña embarcación amazónica) con un motorcito fuera de borda, y entraron en contacto con un grupo aborigen que nunca había tenido relación con seres provenientes de otros lares, ni con la tecnología que representaban. Así, luego de los contactos iniciales por señas, ambos grupos humanos se entendieron y se dispusieron a pasar la noche. 

A la mañana siguiente, los exploradores y el padre Pedro quedaron estupefactos cuando al lado de la piragua, y del motor de la embarcación, había una ofrenda de frutas, flores y alimentos provenientes de la selva. Obsequio que no estaba destinado para ellos, sino para la piragua, mejor dicho, para el pequeño motor de la piragua. Los aborígenes estaban convencidos que el motor ¡Era un ser viviente! y una ¡Deidad!... Más tarde, explicarían que ellos creían que ese enviado de los Dioses –el motor- había traído a sus navegantes como querubines para favorecerlos y protegerlos.

La ofrenda fue porque suponían que el motor, o este diminuto “Dios” estaba enojado, y por ello bramaba o rugía, haciendo referencia a cuando el motor estaba encendido.   
     
Para los nativos, era imposible suponer que algo pudiera tener un sonido como un motor prendido y menos que se moviera por sí mismo, sin ser ¡un ente viviente!...

Estas historias traídas a colación, no para comparar, sino para decir, cada quien tiene su Dios, no importando como lo conciban –con todo respeto- son seres humanos que refirieron lo que vieron pero acorde a los conocimientos que tenían para su era. 

Un ejemplo, lo leemos en libros sagrados, "Dios hizo que un gran pez se tragara a Jonás, y este permaneció en el vientre del pez tres días y tres noches" (Libro de Jonás, 2:1). ¿Sería una nave submarina terrestre o una nave proveniente de otras partes o de otra dimensión de espacio y tiempo?

Podríamos citar innumerables casos presentes en incontables Libros Sagrados de diferentes credos religiosos. Además de las historias escritas, o de tradición oral, que se conocen en diversas culturas.

Pensar sobre esto es vital para intentar comprender la dimensión de Dios, de una Conciencia y Presencia Universal. Para comenzar a entender.


Quienes creemos en una Conciencia Universal, La Biblia y otros Libros Sagrados de distintas religiones, rememoran algunos encuentros con seres distintos a los humanos, pero en realidad no deidades, y mucho menos estos hechos no hablan del Creador.

En verdad, todos formamos parte de Dios y todos fuimos hechos a su semejanza, por eso podemos crear pensamientos, acciones, cosas, y como la Presencia o Dios, también crear vida, como bien lo dicen los monjes budistas: Para los hijos, sus padres son sus Dioses.
Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco

Fuentes:


martes, 13 de junio de 2017

SAN ANTONIO, SU HISTORIA

San Antonio de Padua es uno de los Santos más venerados y conocidos en todo el mundo. Sus fieles aseguran que es extraordinaria su intersección y que concede milagros. Su historia habla sobre el amor a Dios y a sus criaturas, mismo que demostró a lo largo de toda su vida.


Nació en Lisboa el 15 de Agosto de 1195 y se llamó Fernando Martins de Bulloes y Taveira de Azevedo. Era hijo primogénito de Martín de Alfonso, caballero portugués descendiente de una familia aristócrata del cruzado Godofredo de Bouillón, y de María Taveira. 

Estudió en la escuela catedralicia, donde un tío suyo era maestrescuela; más tarde, en torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa. Allí tuvo como maestros al propio prior, Pedro, y a un hombre de amplios conocimientos como Petrus Petri.
Tenía voz clara y fuerte, memoria prodigiosa y un profundo conocimiento, el espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros. Su fama de obrar actos prodigiosos nunca ha disminuido y aún en la actualidad es reconocido como el más grande taumaturgo de todos los tiempos.
La familia de este Santo no aceptó su vocación y buscó hacerlo abandonar los caminos de Dios. Él renunció a la herencia familiar y se trasladó al monasterio de Santa Cruz de Coímbra, donde recibió la influencia de la escuela teológica de San Víctor
Al llegar a su monasterio restos de los primeros mártires franciscanos, muertos en Marrakech, decidió ingresar en la nueva orden, que a causa de su reciente creación aún estaba poco extendida y carecía del prestigio que alcanzaría más adelante. 
Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano (verano de 1220), a los 25 años cambia su nombre por el de Antonio (el eremitorio de Olivais estaba dedicado a San Antonio Abad), símbolo de su cambio de vida.
Cuentan que una vez, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: “Oigan la palabra de Dios, ustedes los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”. A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.
Tras un breve noviciado, e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, parece que en otoño de ese mismo año embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de orden, fray Felipe de Castilla, para alcanzar él mismo el martirio. Sin embargo, al poco de desembarcar contrajo la malaria, enfermedad que le dejaría secuelas para toda la vida; convaleciente todo el invierno, se vio obligado a abandonar el país. 
En mayo, habiendo empeorado su salud por el viaje, se retiró al cercano lugar de Camposampiero para descansar y terminar de escribir los Sermones. Pero la gente tuvo conocimiento del lugar en que estaba y acudió en masa a oírle y pedirle consejo. El viernes 13 de Junio de 1231, sufrió un colapso y, ante el próximo fin, pidió que le trasladasen a Padua. Así se hizo, aunque para evitar multitudes se detuvieron en la Arcella, donde murió Antonio esa misma tarde tras recibir la extremaunción y recitar los salmos penitenciales. No tenìa aùn cuarenta años, y había ejercido su intensa predicación poco más de diez. 
Un año después fue canonizado por el papa Gregorio IX. En 1946 fue nombrado Santo Patrón de Padua y Portugal, al que se invoca para encontrar objetos perdidos. 
Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, San Antonio de Padua es recordado como el santo defensor de la verdad. Se le celebra el 13 de Junio como el dia de San Antonio de Padua.


“Cuerpo incorrupto de San Antonio de Padua”    
Cuando el ataúd de san Antonio fue abierto treinta años después de su entierro, se encontró que gran parte de su cuerpo había retornado al polvo, pero su lengua permanecía fresca e intacta, lo cual se interpretó como un signo de la dedicación del santo a la plegaria y a la oración.

               “El milagroso San Antonio”
Se le llama el “Milagroso San Antonio” por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Sus favores suelen manifestarse en pequeñas cosas, por lo que hay que tener la fe necesaria para saber apreciarlo.

La Basílica de San Antonio de Padua, que alberga el sepulcro
 con sus 
 restos mortales
Tal es su fama en este aspecto, que en la Basílica que se erige en su honor en Padua, Italia, recibe las peticiones a través de Internet con la promesa de colocarlas debajo de la tumba donde reposan sus restos mortales, que cada año es visitada por miles de fieles de todo el mundo para agradecer el favor.
“Pídanle a San Antonio que él consigue todo (…) desde cosas hasta personas”, dijo el párroco del santuario de Betania durante una misa y al parecer así es.
A él se debe acudir cuando se busca algo que se ha perdido, o en el caso de los solteros, cuando se busca una buena pareja. La tradición de muchas mujeres es voltearlo como castigo hasta que consiga “un novio”, aunque la Iglesia ha rechazado esta práctica. Pero la oración y las súplicas son las formas más inmediatas para pedir.

No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la “Chronica XXIV Generalium” (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.

Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco

Fuentes:




https://www.aciprensa.com/recursos/especial-de-san-antonio-de-padua-1287/