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lunes, 22 de octubre de 2018

NO ME ESTOY PONIENDO VIEJA....


Una amiga me paso un escrito  cuya autora es una chica de Sinaloa, México, llamada Marisol López Parra, titulado NO ME ESTOY PONIENDO VIEJA. Les cuento que me encantó, es con tanta sencillez que logra plasmar (los que algunos no entienden), la esencia nata de las personas que vamos cada día más convirtiéndonos en mujeres maduras. En algunos de sus párrafos me veo reflejada. 
Es así y con el permiso que Marisol me dio voy a compartirlo con Ustedes. 
NO ME ESTOY PONIENDO VIEJA
Te estas volviendo vieja me dijeron, has dejado de ser tú te estas volviendo amargada y solitaria.
-No, respondí.
No me estoy volviendo vieja me estoy volviendo sabia. 
He dejado de ser lo que a otros agrada para convertirme en lo que a mi me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mi misma, he dejado tras de mi los espejos mentirosos que engañan sin piedad.  
-No, no me estoy volviendo vieja.

Me estoy volviendo asertiva, selectiva de lugares, personas, costumbres e ideologías.     

He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas tóxicas, almas enfermas y corazones podridos, no es por amargura es simplemente por salud.
Dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de traer maquillaje en mi bolso ahora llevó un libro que embellece mi mente.

Cambie las copas de vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
 -No, no me estoy poniendo vieja.
Llevo en el alma lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre. Llevó en las manos la ternura de un capullo que al abrirse expenderá sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material.   
Llevó en mi rostro la sonrisa, que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevo en mis oídos el trinar de las aves alegrando mi andar.

-No, no me estoy volviendo vieja.
Me estoy volviendo selectiva, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado.
Me estoy volviendo más prudente he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
No, no es que me esté volviendo vieja por dormir temprano los sábados, es que también los domingos hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario. 
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento. 

No es por vejez por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente por que no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy poniendo vieja, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa.

Marisol López Parra
Derechos reservados de autor.
Sinaloa, México.
Gracias a Marisol López Parra por dejarme compartir este hermoso y sentido poema.
Grísseld LecunaGarcia/Bavaresco



sábado, 6 de octubre de 2018

¿PORQUE LA CALABAZA EN LA NOCHE DE BRUJAS? LA HISTORIA DE JACK O' LANTERN


Sabías que los irlandeses al llegar a Estados Unidos se habían traído algunas de sus tradiciones y las extendieron con leyendas y cuentos populares, entre ellos esta el Halloween. Pero, porque las calabazas se asociaban con la noche de brujas si los celtas solían utilizar nabos vaciados que llenaban con carbones al rojo o velas como faroles para guiar a los espíritus.

Nabos como faroles
Pues tuve que leer la historia de Jack O´lantern para poder entender de donde venia el cambio de nabos a calabaza, ya que trata de esta persona que hizo un pacto con el diablo, le salió mal y se vio condenado a rondar la noche eterna, iluminando su camino con un trozo de carbón incandescente dentro de un nabo tallado con agujeros.

Pero adentrémosno a este relato. Y cuenta la leyenda que Jack era un hombre ruin y malvado con una fuerte afición por la bebida y una astucia incomparable para salirse con la suya. Un día, el diablo se le apareció para reclamar su alma pero Jack le pidió que se convirtiera en unas monedas para poder tomarse un último trago

Cuando el diablo se introdujo en su bolsillo, Jack metió una cruz de madera y lo atrapó, obligándole a jurar que le daría diez años más de vida en los que no podría hacerle nada. Desesperado, el diablo tuvo que aceptar el chantaje.

Pasados los diez años, el demonio regresó para cobrar su deuda pero, como debía de hacer siempre antes de sesgar un alma, cumplir la última voluntad, y aceptó el deseo de Jack. Este le pidió que trepara a un árbol y le trajera la manzana que había crecido más alta de todas y, cuando el diablo ya estaba arriba, talló una cruz en el árbol y lo rodeó con pequeñas cruces de madera, atrapándolo de nuevo. 

Esta vez, consciente de su segunda victoria, Jack le exigió que dejase su alma para siempre.

Con el tiempo, Jack murió y su espíritu fue expulsado del cielo por los múltiples pecados que había cometido en vida. Entonces, buscando refugio, bajó a los infiernos e intentó convencer al diablo de que le acogiera allí. 

Este, rencoroso todavía, le recordó que no podía poseer su alma y le expulsó del infierno, arrojándole unas brasas que arderían eternamente. Jack las introdujo en un nabo y lo utilizó para alumbrar su camino por la Tierra mientras  buscaba algún lugar de descanso y reposo para su alma atormentada.

A finales del siglo XIX, esta leyenda ya estaba muy extendida y el Jack O’Lantern era un método para alejar al diablo en las noches de Halloween. Debido a que en los Estados Unidos había un excedente de calabazas, además eran más fáciles de vaciar y tallar, los nabos fueron siendo sustituidos por  este vegetal que se convirtió en un símbolo inherente a la propia celebración de Halloween.


Pero como todos los relatos, cuentos o leyendas siempre tienen una segunda versión, la de Jack no es la excepción. Pues esta otra versión, sugiere que Jack se negó a ayudar a conseguir los ingredientes para preparar una sopa de Halloween a una bruja. Esta, como castigo, impuso una maldición terrible a Jack: una calabaza gigante le engulló y desapareció para siempre. Como consecuencia de esto, la calabaza adoptó rasgos similares al rostro humano.



Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco

Fuente:


https://www.bbc.com/mundo/noticias-37824661