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domingo, 27 de enero de 2019

ENTRE FORTALEZAS Y MANGLARES


Hoy les obsequio este relato, basado en datos históricos, en donde Julio Cesar Guanipa, su autor, pretende evaluar e interpretar los pasos que su protagonista Andrés Cabello, debió realizar una vez llegado a este hermoso suelo proveniente de Espinoza de los Monteros en Burgos, España. Y de como con su extraordinaria inventiva, logra tramar el relato de como llego a convertirse esta zona en el Puerto de  Cabello.

ENTRE FORTALEZAS Y MANGLARES

Cuando Cabello aún no era puerto, las tierras donde nació como ciudad Puerto y fortaleza se unía a las aguas del Caribe que estaban protegidas dentro de un cinturón de escolladeros que nacían de la Borburata de Punta de Chávez y culminaban en la Punta Sur de la entrada de la dársena, especie de estuarto bordero de manglares y marismas, de caletas y pequeños escondederos que utilizaban los contrabandistas que vivían del comercio ilegal con las Islas de Caribe. Contrabando a veces de poca monta, pero modo de vida al fin y al cabo que daba frutos para ir sobrellevando las estrecheces a las que estaban condenados los menos afortunados de la capitanía general de Venezuela.

Plano de Puerto Cabello situado en la costa de Caracas
en la latd. de 10 gs. 26 ms. N. y en la longd. de 308 gs.
37 ms. segun el  meridiano de Thenerife".  año 1756
La Corona Española, centralista y fiscalizada, sometía a los indianos, blancos, blancos de orilla, pardos y mestizos con leyes que marcaban el ritmo del diario vivir de los amos del cacao, de la caña de azúcar y sus derivados, y que además los ponía en desventaja con el comercio del virreinato de México.

Pero también aquel estuario servía de recaladero a las naves de los contrabandistas que medraban en las aguas del caribe. Era ideal, pues, aquella dársena para carenar y calafatear las embarcaciones; era también el sitio apropiado para los carpinteros de orilla, era la especie de tierra prometida de Andrés Cabello, marino, aventurero de la esperanza, contrabandista y reo de alta traición de las leyes de la Corona Española.


Más allá de las aguas de la dársena, al norte, Borburata, pequeño puerto de hermosa bahía, abierta a las islas cercanas, despierta a la vida por obra y gracia de los vigorosos sablazos del Capitán fundador Juan de Villegas en el año 1548. El rollo de la justicia con el acta de fundación de la puebla soporta estoico los tres sablazos que Villegas le da…  

    - En nombre del Rey de España declaro fundada hoy 24 de Febrero de 1548 a nuestra Señora de la Concepción de Borburata.-

Rostros con aires de solemnidad, sonrisas y el rostro tallado de la indiferencia de los pocos indígenas lugareños, hacen comparsa al acto.

Y mientras Andrés Cabello, sin proponérselo asienta sus esperanzas en la orilla opuesta, sin capitanes fundadores y sin testigos más que los manglares y las marismas, Borburata se lanza por la calle del medio vestida de Puerto, adornada con una hermosa bahía y recibiendo como acogida el canto y el aleteo que a modo de saludo le prodigaban los guanaguanare, las gaviotas y el alcatraz malencarado y volandero.

Cabello tiene otras ideas. Hace suyo por ley natural aquel paraje marino cuyas tierras avanzan hacia el sur, llenas de charcos y matorrales infernales que se pierden a lo lejos entre cerros.

¡Por Dios! – musita Andrés Cabello- que en esa planicie hay espacio para mucha gente, ¡jolines!

Pero no todo es paz y bendición para la recién nacida Borburata. Sin protección entre sobresaltos de tormentas que la azotan implacables, y el acoso de los piratas que la mantienen a toque de generala obligan a sus habitantes a pensar en emigrar. Caracas y Valencia por razones de comercio hacen proyectos pensando en la riqueza que genera el cacao.

Y comenzó la creación de haciendas para la siembra del cacao. La mano española, fuete en mano, con caporales isleños y peninsulares sembró su sello sobre los lomos del negro esclavo…..Sudor, sangre y cacao.

Y comenzó la creación de haciendas para la siembra del cacao. La mano española, fuete en mano, con caporales isleños y peninsulares sembró su sello sobre los lomos del negro esclavo…..Sudor, sangre y cacao.

Casa hacienda en Borburata
Andrés Cabello trafica delito con su carga desafiando a la autoridad de España; no es el único, pero es el que más suena y con el paso del tiempo algunos borburateños se dejan ganar por la idea de emigrar, y como quien no quiere, se dejan caer por la orilla del recaladero de Cabello. En silencio, con tesón, comienzan a levantar los primeros remedos de viviendas; verdaderos desastres unas, vistosas y ordinarias otras, sin hilo ni medida,  a la buena de Dios.

Y entre el bregar de la actividad de puerto y la pesca, la gente de Borburata empieza a ver con interés la posibilidad de probar suerte en el recaladero de Andrés Cabello. La tranquilidad de las aguas de la dársena y la seguridad que ofrecen los escolladeros que, cual cinturón, nacen en Punta de Chávez y mueren al suroeste a la entrada del estuario.
Cabello, porfía en su rutina. 

Entre el caletear mercancía entre manglares y marismas, y el trabajo del calafate y la carena esta su vida. Es obstinado, persistente. Silencioso en medio de la labor, conversador y extrovertido en ratos de repuso, se mueve con soltura y se planta ante amigos y extraños cuál libro abierto.

No hay doblez en él. La vida que eligió lo formó así.

-     -    Amigo Cabello, le llegó un buen cocuy tocuyano a la fonda “brisas del mar”, si le place, lo invito.- salta la voz de un marino lanzando la invitación en medio del ruido de la faena.

-        -  Bueno, me entraron ganas…. ¿Por qué no?-

La Iglesia Santa Cecilia en Espinosa de los Monteros,
Burgos, donde fue bautizado Andrés Cabello
Apartó a un lado el que hacer y comenzó a caminar hacia el destartalado kiosco que hacía de mesón. A su lado, el marino que ofrecía el brindis. Sentados a una mesa comenzaron a libar.


-         - Bueno este cocuy, cará. -

Andrés Cabello sonríe ante las palabras del marino.

-       -  ¡Así es! Pero prefiero el ron de Jamaica.-

Carlos Galvan, es el nombre del que ofreció el brindis, se siente comunicativo.

-         - Andrés… ¿Puedo decirle Capitán?-

-     -    No. Solo soy lo que hago. Navego, trafico y comercio del lado afuera del redil, vivo dejo vivir, es mi canon, elegí una vida donde la prudencia, la astucia, valen más que cien tintos… ¿Quiere decirme Capitán?, vamos, adelante, hágalo; pero eso no aprehende, en esencia lo soy. Puede que me vean como dueño de uno, dos o tres barcos. De lo que he leído he aprendido que la reputación de uno no es lo que uno cree o piensa de si mismo. La reputación que nos viste ante el prójimo es lo que piensan los demás de uno…Tu crees que soy capitán, haces bien, así me ves. Otros quizás me vean como un bicho malo, pero yo sigo adelante; capitán, delincuente, marino….

Entre los vapores del cocuy y las palabras que brotan del lado humano de ambos, se teje una red de afecto entre Galván y Cabello. Galván, marino de pura cepa, de leer el viento, de batallar con el velamen del buque, de subirse al carajo para otear al horizonte.

Cabello, marino por añadidura, traficante, comerciante; necesita de gente como Galván y premia su esfuerzo y su conocimiento con más visión que Galván atesora ideas y plasma en el lienzo de su imaginación un mundo quizás mejor; donde el navegar y ser dueño de una goleta es solo un medio.

Galván escucha y atesora las palabras de Cabello.

-     
Aqui estoy en una calle de Espinosa de los
Monteros, la visité en Octubre de 2015
  - 
Capitán, o Cabello si prefiere, no ha pensado alguna vez que podría reclamar por derecho el ser dueño de toda esta orilla y decir por ejemplo: ¿Oigan todos Ustedes que me oyen, esta tierra y estas aguas son de mi propiedad!.. y  entonces Capitán así,  reclamar por derecho a cobrar por su uso de las orillas de…. -

-     -    Ya, ya Galván. No te desboques, creo que te falta algo de eléboro por tu manera de razonar. Estas tierras, no lo olvides, son propiedad de la corona española. -

-         - Pero, algún día, capitán; escúcheme, su nombre sonará con arrebato de admiración. No lo olvide. Todo este rebaño de navegantes, aventureros que juegan la vida cada día le admiran. Esto ahora no es más que un arrabal que solo sirve para remendar barcos y encaletar nuestra carga entre sobresaltos y sueños de triunfos, pero todos estos carajos presumen de ver el mismo horizonte que usted atesora en su mente. -

Cabello sonríe, apura el trago de cocuy y mira con aire de satisfacción a Galván. Tolerante, acepta el halago de su amigo. Hace memoria de los primeros días en que hizo de aquel fondeadero su sitio de operaciones. De la nada surgió su nombre, emparentado con aquellas barradas salpicadas de manglares.

         El Fondeadero de Cabello..
         El Recalatero de Cabello…
         El puerto de Cabello…

Y a fuerza de costumbre y de manía del hombre de fabricarse un ídolo, un líder los nombres se fueron grabando en la mente y el corazón de aquellos aventureros que pululaban en las mismas narices de la Borburata de Juan de Villegas.

Ya Galván daba muestras de estar hecho trizas por el efecto del cocuy.

-     -    Mi capitán, una pregunta; si me lo permite… ¿De que pueblo de España es Usted?

      Andrés Cabello miró largamente a Galván y dejo caer el desgano.

-         - De Villa Espinosa de los Monteros; de Burgos. -

-         -Al carajo, capitán. Vaya para largo el nombrecito. -

El baluarte La Princesa, hoy dia la Catedral de
San José.
-    -  Así es Galván. Desde muy joven, con apenas 15 años, con muchas ganas de ver mundo, y labrarme un futuro comencé a vagar entre Cádiz y Puerto de Palos como ayudante de un carretero mal hablado y ladino.  Con ese viejo no aprendí nada. Mal durmiendo y mal comido me permití pasar un año hasta que me deje ganar por la idea de enrolarme como marino en una urca que venía para el mar de los Caribes. Así comencé. Una vez en esta tierra de gracia decidí tomar el camino más corto y más rápido para hacer dinero. Comprar y vender del lado afuera de las leyes. Y aquí me tienes. No me quejo, yo elegí esta vida y jamás culparé a nadie de lo que me pueda pasar. Yo soy pues, dueño de mi destino. -

Y así como el tiempo llega y se va, un día Andrés Cabello, el navegante aventurero que se habría ganado el respeto y la admiración de todos los que hacían vida en aquel incipiente remero de puerto, se fue un día buscando otros golpes de viento para no volver. Solo quedó su nombre, el recuerdo de  su carácter decidido y su tenacidad.

¿A dónde se fue? El mar de los Caribes se lo habría llevado para no volver.

En “Brisas del mar”, la fonda donde acostumbraban a pasar el rato entre el reposo de la faena, la ausencia de Cabello, va tomando tamaño. La orilla sur de la dársena sigue siendo carenero, el sitio de trabajo donde carpinteros de orilla siguen haciendo su trabajo. El resto del paisaje hacia el Trincherón y hacia el camino que va hacia Patanemo, es caleta, escondedero de cargas que entra a la capitanía general de Venezuela sin pagar tributo, y es también caleta de las fanegas de cacao, de azúcar e índigo que salen hacia las islas del atlántico mediterráneo, del mar de los Caribes.

Las tertulias en “Brisas del mar” tienen varias vertientes, el trabajo de carena en las naves, el precio de la mercancía y, al final…

-         ¿Será que Cabello se lo comieron los Caribes? -

-         ¿O abrió otro fondeadero?, quien sabe. -

-         -Ya vamos para un año sin saber de él. -

Puente - dentro
-     - Bueno, no es ningún pendejo. Donde sea que se encuentre, el sabe muy bien que hacer.-

Y comenzaron a aparecer grandes postes de madera en las orillas. Armaron un andamiaje para colocar tablas, muchas de ellas de la cubierta de naves que a juicio de los carpinteros no tenían oportunidad de reparación.

Y un muelle de madera comenzó a tomar forma. Y Borburata siguió aumentando al puerto de Cabello con sus vecinos.

En la medida en que el recuerdo de Cabello se desvanece en el horizonte, el puerto crece y avanza hacia el sur.

En el año 1578, Don Juan de Pimentel elabora el plano de Caracas detallando los pueblos, puertos o no, desde más allá de Golfo Triste hasta el oeste de Higuerote, destacando claramente a Puerto Cabello, omitiendo la preposición “de”.

El puerto llega a tener rango de tenientazgo y diputación.

La ciudadanía sigue creciendo. En 1730, se levanta inquisidora y fiscalista la sede de la Compañía Guipuzcoana al norte de la calle La Jeringa con la calle Uslar en su flanco izquierdo. Sin acta de nacimiento lo cual, sin embargo, no es obstáculo para que Puerto Cabello se ponga pantalones largos y avance con arrebatos de ciudad fortaleza hacia la historia. El corsario inglés Charles Knowles, confirma su importancia estratégica al atacarlo el 24 de abril de 1743. Ya en 1732, y al cabo de nueve años, el ingeniero suizo Juan Amadeo Courten construye el Castillo de San Felipe y en el año 1766, levanta las murallas del Fortín Solano en la cima del cerro Las Vigías. Se engalana también de murallas separadas por dos flancos desde el Baluarte del Corito frente a la fortaleza del San Felipe, hasta el Baluarte del Príncipe, y de allí, cubriendo el flanco sur del puerto hasta el Baluarte La Princesa.

 Vista de Puerto Cabello (1843) Pintura
 de Ferdinand_Bellermann
.
Y así Puerto Cabello pasa a ser, después de Cartagena de Indias, la ciudad puerto mejor defendida del Caribe. Más allá, hacia el sur, después del puente levadizo que vadea un canal de aguas de la bahía, queda El Arrabal, con su corona de manglares flanqueándolo por el este.

Nace así, según los vecinos asentados en el puerto, Puente-dentro, dentro de las murallas, y Puente-fuera, el arrabal. Cruzado de calles acodadas a hilo, con templo, una plaza llamada La Alameda y una calle real engalanada de vistosos balcones andaluces.

A un costado de La Alameda, en una taberna de vistoso nombre comparten en la barra y a las mesas comensales, pobres y pudientes, comerciantes y sin oficio; todos juntos a una voz comentan la noticia del momento.

-         …Y después de mucho averiguar, en Caracas concluyen que este puerto no tiene acta  de fundación.

La voz de un joven oficial. Es el año de 1810, en el caluroso mes de mayo.

-        - Quien sabe que bolsería se estarán inventando. – Dejó caer un parroquiano.

-      -  Entonces, según Caracas, esto no existe. – vocifera un isleño. –Estas calles, el templo, las murallas, el castillo, el muelle; todo esto es un mal sueño… ¡Al carajo! -

De una mesa rinconera se pone de pié uno de los cacao de Borburata, de nariz enrojecida por el vino y de voluminosa barriga por el buen comer.

     -  Esto nos pasa por no ocuparnos a tiempo del problema. El primer bolsa de tomo y lomo fue el fundador de Borburata; el tal Juan de Villegas. ¡Ah! Pero se reduce a declarar fundado diez o doce casas alrededor de un fulano rollo de justicia, darle cuatro carajazos con su sable y ya. Listo. Falta de visión del tal Villegas, que no se le ocurrió voltear hacia atrás para ver el inicio de un sueño de un tal Andrés Cabello que, delincuente y todo, pensó en grande.

Primera página del Título de Ciudad
 otorgado a Puerto Cabello,.
     -  Así es, Don Hernández. -

Era la voz de un zambo adulante que acompañaba en todo momento al señor de los cacaos de Borburata.

-       -  De Don Pimentel no puedo decir nada. Al menos tuvo la valentía de señalar al puerto en su plano. Pero a alguien debió ocurrírsele ir a Caracas y sugerir que se tomara como fecha de fundación el año en que Pimentel elabora el plano de la Provincia de Caracas. Ahora, a más de doscientos años de haberse perdido en la nada Andrés Cabello es que vienen a tocar el punto del acta de fundación del Puerto. Quien sabe con que pendejada irán a salir.

Con ademán violento apuró su trago de vino rojo y con paso decisivo salió camino a la Alameda.

De Caracas llegó la orden. Por expresa orden de los cabilderos caraqueños, se tomaría como fecha de fundación de Puerto Cabello, el 5 de Agosto de 1811……Mas de 200 años después de la gesta de Cabello. Terrible.

Pero ahí Puerto Cabello, tal fecha no le hizo daño. Se agigantó con el paso del tiempo. El arrabal creció y se vistió de calles y de viejas casonas, fue cuna de grandes héroes, motivo de inspiración de seglares, trovadores,  cantores y poetas, de propios y extraños que se inspiraron en sus aguas caribes bañadas por la luna, que le robaron en sus poemas al mar su azul de leyendas y las luces de los cocuyos para alumbrar el camino de sus hijos que adornaron sus paginas de historia con acuarelas sus leyendas de azul de mar.

Julio Cesar Guanipa
Puerto Cabello, 8 de Enero de 2019 

Responsable Ilustración: Grísseld Lecuna G/B
Corrección de estilo: Grísseld Lecuna G/B







  

viernes, 25 de enero de 2019

ENTRE LEYENDAS TE VEAS...!


Como bien se sabe, las leyendas son una expresión literaria primitiva, que tiene su origen en la tradición oral y en la que los hechos verdaderos coexisten con otros fabulosos.

De allí que las leyendas (ya sean por su temática o por su origen), son uno de los instrumentos de la cultura más ricos e importantes que tiene un país. Y es así, ya que nos habla sobre la cosmovisión, los valores, los ideales, los miedos, los intereses y las transformaciones que de generación en generación se van integrando en una cultura en particular.
Muchas de estas historias refieren a misterios sin develar, intentan explicar fenómenos que desafían a la razón, y concentran claves acerca de la idiosincrasia de una cultura o sociedad, ya que son pasadas de generación en generación.

Hoy les hago entrega de tres leyendas interesantes, disfrútenlas.

LA LEYENDA DEL ARCO IRIS
Cuentan que hace muchísimo tiempo todos los colores vivían separados y constantemente estaban compitiendo para saber cual de ellos era el mejor. Así, cada día era un eterno ir y venir de discusiones en las cuales ninguno lograba ponerse de acuerdo.

Un día, todos se reunieron para decidir que color era el preferido del mundo. Y así comenzó otra pelea: 

—Sin duda alguna yo tengo que ser el más hermoso —dijo el azul—, es por eso que el océano y el cielo son iguales a mí. ¡Y ellos lo dominan todo!

—Eso no es nada —dijo el verde con ironía—, yo estoy presente en cada una de las plantas y árboles de la Naturaleza. Cuando la gente me ve, sabe que la primavera ha llegado. Por eso yo soy el mejor. 

—No, no, nada de eso —dijo el amarillo—, ¿pues qué hay más bonito que los rayos del sol? Yo soy el más bonito, pues irradio alegría donde voy.

—Todos ustedes están diciendo cosas absurdas —dijo el rojo—, pues todas esas cosas no son nada comparadas con el amor y la pasión, sentimientos a los que represento. Por eso los enamorados siempre recurren a mí. Deberían proclamarme el rey de los colores.

—¡Qué tontería! Nada hay más importante que la salud y la fortaleza —dijo el naranja—, las cosas que yo simbolizo. Por eso estoy en alimentos tan importantes como las naranjas y las calabazas. ¡Yo soy el mejor!

— Se olvidan de mí, que represento a la paz interior y al silencio —dijo el añil con serenidad—. Aunque a veces pase desapercibido, soy tan misterioso y brindo tanta tranquilidad a las personas, que no podrían vivir sin mí. ¡Soy el color más bello de todos!

— ¿Y cuántos de ustedes han vestido a la realeza? — preguntó el morado— No se equivoquen; ni la Naturaleza, ni la salud ni los sentimientos importan tanto como el estatus. Por eso reyes y nobles me eligen como su tono preferido para vestir, ¡soy mejor que todos ustedes!

Los colores levantaron la voz sin ponerse de acuerdo, peleando de tan manera, que atrajeron la atención de la lluvia.

—¿Pero qué pasa aquí? ¡Otra vez peleándose por ese absurdo afán de saber quien es el mejor! — Exclamó disgustada— ¿Cuándo aprenderán que todos somos iguales y especiales a nuestra manera? En vez de pelear, deberían apreciar las cualidades que tienen y llevarse bien.

—Eso es imposible —dijeron los colores—, no hay manera de que todos logremos estar juntos sin discutir. 

—Pues claro que la hay y se los voy a demostrar —aseguró la lluvia.

Así, les hizo tomarse de las manos y formó con ellos un hermoso arco de colores que iluminó el cielo, despertando la admiración en todos los seres humanos. 

—De ahora en adelante, después de que yo me presente ustedes estarán unidos —dijo la lluvia—, formarán este precioso arcoíris para recordar la importancia de la amistad y que todos ustedes fueron creados con un propósito. Por eso son valiosos por igual. 

Desde entonces, el arcoíris se convirtió en el más bello símbolo.

LA LEYENDA SOBRE LA VERDAD Y LA MENTIRA
Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.
-Buen día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.
Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso día. Dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo... -El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.

Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo."
Jean-Léon Gerôme, 1896

     LA LEYENDA DE LA CHICA MUERTA QUE VA A BAILAR

Comienza en una disco, con un chico que conoce a una chica y se gustan, por lo que le podría pasar a cualquiera. 

Al salir de la discoteca el chico acompaña a la joven hasta su casa y le presta su chaqueta, porque ella tenía frío. Se despidieron y no recordó de pedírsela; cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde y pensó en ir al día siguiente, así sería una excusa para verla nuevamente.
Al otro día fue hasta su casa, llamo a la puerta y salió una mujer de unos 50 años. El chico pregunto por ella y la mujer le dijo:    
-¿Cómo se atreve a hacerme esa broma? Mi hija está muerta desde hace 3 años.
El muchacho no le creía y la mujer le mostró una foto de su difunta hija, que efectivamente era la chica fría y hermosa que había conocido la noche anterior.
Aterrado pero curioso, el chico fue enseguida al cementerio, y vio a lo lejos una chaqueta colgada, que era la misma que la noche anterior le había prestado al fantasma de la joven.
La levanto de una lápida en donde estaba apoyada, y descubrió en el panteón la foto de la chica que había conocido la noche anterior.
¿Y quién no ha conocido o salido nunca con un muerto?

Grìsseld LecunaGarcía/Bavaresco

Fuentes: