Faltando semanas para que se vaya el 2013, quise contarles un cuento a todos aquellos que tienen la delicadeza de pasearse por mi blog, a Ustedes va este, mi regalo de Navidad.
El Juego de los Sentidos y las
Cualidades Humanas
Cuentan que una vez se reunieron todos los
sentidos y las cualidades humanas de los hombres. Cuando el Aburrimiento bostezó
por tercera vez, la Locura
(tan loca como siempre), les propuso: ¡Vamos a jugar a las escondidas!.
La locura |
El Entusiasmo bailó entusiasmado, secundado por
la Euforia. Al
momento, la Alegría
dio tantos saltos que acabó convenciendo a la Apatía , a la que nunca le interesa nada.
!Pero no todos quisieron participar!. la
Verdad no quiso esconderse, ¿para que?, si al final me hallan
siempre.
La Soberbia
opinó que eso era un juego muy tonto y le molestaba que la idea no había sido suya.
Y la Cobardía
no quiso arriesgarse.
“Uno, dos, tres, ……” Comenzó a contar la Locura. La primera en
esconderse fue la Pereza
que (tan perezosa como es) se dejó caer detrás de la primera roca del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras
el Triunfo, quien (por su propio esfuerzo) había logrado subir a la copa más
alta de los árboles.
La Generosidad no logra esconderse porque todo lugar que encontraba le parecía maravilloso para sus amigos, un lago cristalino ideal para
La libertad |
Mientras el Olvido……., se me olvido donde se escondió.
La pasión |
-¡ Mil ! - Dijo la Locura y comenzó a buscar. La
primera en aparecer fue la
Pereza tras la piedra. Después oyó a la Fe conversando con Dios.
En un descuido halló a la Envidia y dedujo donde estaba el Triunfo. Conla Duda fue más fácil, pues la
encontró sentada en una cerca sin saber donde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Ala Angustia en una cueva oscura y a la Mentira
tras el arco iris (¡Falso! estaba en el fondo del mar).
En un descuido halló a la Envidia y dedujo donde estaba el Triunfo. Con
Así fue encontrando a todos. A
La angustia |
Comenzó a mover con violencia las ramas del rosal hasta que, de pronto, se escuchó un grito de gran dolor. ¡Las espinas se habían clavado en los ojos del Amor!.
Desde entonces, el Amor es ciego y
Grísseld Lecuna G.-Bavaresco
Autor Anonimo.
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