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sábado, 11 de enero de 2014

LO QUE ALGUNOS SON CAPACES DE HACER POR LA AMISTAD. FABULA DEL REY ARTURO.

A veces los hombres creen conocer a la mujer y siempre se equivocan, pues la formula (muy sencilla)  para que nosotras seamos complacientes ante ellos es……. mejor leamos este cuento que halle entre mis tesoros y que encierra un aprendizaje con respecto a la amistad y el respeto hacia el ser humano….

El Joven Arturo fue sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba furtivamente en sus bosques.


 El rey pudo matarlo en el acto, pues tal era el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se conmovió ante la juventud y la simpatía de Arturo y le ofreció la libertad, siempre y cuando en el plazo de un año hallara la respuesta a una pregunta difícil.


La pregunta era:

¿Qué quiere realmente la mujer?

Semejante pregunta dejaría perplejo hasta al hombre más sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla. Con todo, aquello era mejor que morir ahorcado, de modo que regreso a su reino y empezó a interrogar a la gente. A la princesa, a la Reina, a las Prostitutas, a los Monjes, a los Sabios y al Bufón de la corte….. en suma, a todos pero nadie le supo dar una respuesta convincente.

Eso si, todos le aconsejaron que consultara a la vieja bruja, pues solo ella sabría la respuesta. El precio sería alto, ya que la vieja bruja era famosa en todo el reino por el precio exorbitante que cobraba por sus servicios.


Llego el último día del año convenido y Arturo no tuvo mas remedio que consultar a la hechicera. Ella accedió a darle una respuesta satisfactoria a condición de que primero aceptara el precio:

¡Ella quería casarse con Gawain, el caballero más noble de la Mesa Redonda y el más intimo amigo de Arturo!

 El joven Arturo le miró horrorizado; era jorobada y feísima, tenía un solo diente, despedía un hedor que daba nauseas a un macho cabrío, hacia ruidos obscenos….Nunca se había topado con una criatura tan repugnante. 

Se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida que asumiera por él esa carga terrible. 

 No obstante, al enterarse del pacto propuesto, Gawain afirmo que no era un sacrificio excesivo si a cambio estaba la vida de su compañero y la preservación de la Mesa Redonda…y asumió el pacto… Se anuncio la boda y la vieja bruja, con su sabiduría infernal, dijo:
Lo que realmente quiere la mujer es;

¡Ser Soberana de su propia vida!

Todos supieron al instante que la hechicera había dicho una gran verdad y que el joven Rey Arturo estaría a salvo. Así fue: al oír la respuesta, el monarca vecino le devolvió la libertad. Pero menuda boda fue aquella……Asistió la corte en pleno y nadie se sintió mas desgarrado entre alivio y angustia que el propio Arturo. Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso; la vieja bruja hizo gala de sus peores modales, engullo la comida directamente del plato sin usar los cubiertos, emitió ruidos y olores espantosos.

Llego la noche de bodas: Cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial aguardaba a que su esposa se reuniera con él…

¡Ella apareció con el aspecto de la doncella mas hermosa que un hombre desearía ver…! Gawain quedo estupefacto y le pregunto que había sucedido. La joven respondió que como había sido cortés con ella, la mitad del tiempo se presentaría con su aspecto horrible y la otra mitad con su aspecto atractivo.

Entonces ella le preguntó:

¿Cual prefería para el día y cual para la noche?

¡Qué pregunta tan cruel!...Gawain se apresuro a hacer cálculos… ¿Quería tener durante el día a una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la privacidad de su alcoba a una bruja espantosa? o ¿Preferiría tener de día a una bruja y a una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal?...

Amigo lector, piensa por unos segundos antes de ver el final: Que hubieses preferido?... ¿Qué hubieses escogido?.. ¿Cuál decisión tomarías?.. 


El noble Gawain replico que la dejaría elegir por si misma. 

Al oír esto, ella le anunció que sería una hermosa dama de día y de noche, porque él la había respetado y le había permitido ser dueña de su vida.


Moraleja:
Debemos respetar siempre el espacio individual de cada persona. Solo somos dueños de nuestra propia existencia.


Grísseld Lecuna G-Bavaresco
Autor Desconocido





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