Y
esta historia comienza con el Márquez de Quensberry quien tenía un hijo
llamado Alfred. Para desgracia del Márquez, el muchacho era un mal estudiante y
había abandonado uno de los mejores colegios ingleses sin graduarse. Pero no
era todo: tampoco le gustaba el boxeo ni los deportes.
Sir Alfred Douglas |
Más
bien, le agradaba la poesía y escribir versos. Sobre todo, divertirse en
costosas fiestas privadas a la que asistía un selecto grupo afecto al sexo y al
opio. Claro esta en estas cosas provocaban desencanto en el Márquez. Pero, lo
que podía afectarlo era lo mismo que afectaría a cualquier padre normal: la
homosexualidad de su hijo. Nada tan espantoso como un hijo anormal. De
modo que lo anormal debió ser escondido, como lo haría cualquier persona
normal. Si no se ve, no existe.
El
Márquez decidió llevar a su hijo por el camino correcto, dejó de darle dinero.
No era tonto. Nada más grave para un aristócrata mantenido que quedarse sin
dinero. ¿Con qué pagaría sus trajes hechos a medida y sus cenas en restaurantes
costosos?
Alfred
tenía suerte. En un mundo de injustas desigualdades, a él la había tocado
pertenecer a la clase más alta, es decir, a la construida por los que viven a
expensas del resto. No era todo. Al encontrarse sin dinero. El destino lo puso
enfrente de Oscar Wilde.
Oscar Wilde |
Cuando
esto ocurrió, ninguno de los dos lo sabía pero se habían sentado en un sube y
baja. En un extremo, Alfred iría hacia arriba. En el otro, Oscar bajaría de
traste sobre el arenero.
Oscar
era hijo de intelectuales y se había educado en Oxford. Su talento literario
era tanto como sus ansias de notoriedad y de ser centro de atención en donde se
encontraba. Su capacidad artística le permitía escribir obras de teatro como
“La importancia de llamarse Ernesto”, una novela “El retrato de Dorian Grey”,
poemas y relatos profundos y bellos como "El Príncipe Feliz” o “El Ruiseñor y la Rosa ”. Esteticista,
ingenioso, conversador, irónico y sutil, padecía del mal de muchos: ser
homosexual y esconderlo.
Florence Balcombe |
Apenas
había terminado sus estudios, mostró a su familia una novia, Florence Balcombe,
que era una de las irlandesas mas bellas de su tiempo. Florence era hija de un
militar y acostumbrada a estar con hombres duros, se alejó rápidamente de Oscar
y se casó con Brad Stoker, el autor de “Drácula”. Oscar se mostró muy ofendido
por el abandono y mostrándose desdichado, juró no regresar a Irlanda.
Constance Lloyd |
Esto le
permitió viajar bastante y conseguir otra mujer para casarse. La elegida fue Constance Lloyd, hija de un consejero de la reina. Constance era una buena
chica y se sentía feliz de cuidar de su casa, de su marido y los dos hijos que
tuvo con él (Cyril y Vyvyane). Claro, ignoraba que se había casado con un homosexual.
Todo
funcionaba bien en la vida de Oscar. Su esposa, Constance, lo quería y admiraba
y entendía que era un tanto excéntrico y de carácter histriónico. Para nada se
le ocurría suponer que su marido tenía una doble vida: en una, fingía ser
heterosexual; en la otra, adecuadamente encubierta, actuaba como homosexual.
Constante
en el medio de esta actuación, al fin pareció advertir las verdaderas
preferencias de Oscar. Sobre todo, cuando su esposo comenzó a frecuentar al critico de arte Robert Ross.
Ambos se veían con frecuencia y era razonable que así fuera: eran amantes. Ross
estaba enamorado de Oscar y llegaría a aceptar lo que fuera por permanecer
cerca. Constance quedo relegada y ya no tuvo ninguna vinculación sexual con su
esposo. Era el momento adecuado para la aparición de Lord Alfred Douglas.
Oscar
encontró en Alfred, “Bossie”, como le gustaba llamarlo, al amante ideal. Alfred
era aristócrata de apenas veintiún años, con buen gusto, deseoso de encontrar
un mecenas y dispuesto a divertirse y divertir a Oscar.
Oscar y Alfred "Bossie" |
Juntos tuvieron
múltiples momentos de alegrías compartiendo a adolescentes conseguidos en las
calles por un poco de dinero. Es cierto que alguno de ellos provocó cierto
malestar en Oscar cuando lo chantajeó amenazándolo con revelar sus alegres
prácticas homosexuales. Fuera de eso, la pareja funcionaba muy bien. Hasta la
desafortunada aparición del Márquez de Quensberry, dispuesto a arruinar todo.
El Márquez que había seguido las andanzas de su hijo, tuvo una idea: dejó su
tarjeta personal en el club al que asistía diariamente Wilde. La tarjeta decía:
“Para Oscar Wilde, que presume de sodomía”. Oscar se sintió muy ofendido y
decidió hacerle un juicio al Márquez por calumnias e injurias. La policía se llevó
preso al Márquez, que no tuvo otro camino que contratar a detectives para que
lograran pruebas de la homosexualidad de Wilde. Por supuesto no fue difícil
obtener las pruebas. Y así comenzó la ruina del celebre Oscar Wilde.
El
juicio por difamación fue seguido por todo el mundo. El periodismo y la gente
atiborraban los pasillos del tribunal. El jefe de abogados del Márquez, Edgard
Carson, lo destrozó. Después de hacerlo pedazos en el banquillo, anunció que
llamaría a varios testigos que afirmarían haber tenido relaciones con Wilde.
Por consejo de su abogado, Wilde dejo caer la acusación y retiró los cargos
contra el Márquez. A partir de ese momento, se inicia su verdadero calvario.
Los
ingleses crearon una ley para castigar a los homosexuales. En 1534, durante el
gobierno de Enrique VIII se promulgó la ley de sodomía. En 1563, se hizo mas
precisa; el que practicara la homosexualidad seria ahorcado. Esta ley se mantuvo vigente por casi tres
siglos, hasta 1836. En el año de 1861, a los ingleses les pareció muy exagerado
ya que entre los años de 1830 al 1836 habían ahorcado a 58 homosexuales. Fue
considerado delito y las condenas eran variables: podían ir desde meses de
prisión a la cadena perpetua. La
Ley contra los homosexuales en Gran Bretaña fue derogada en
1967. Una lastima para Wilde, pues los hechos que protagonizaba sucedían en
1895 y fue a la cárcel por el delito de ser homosexual.
Cyril y Vyvyan, los hijos de Oscar |
Constante
se separó, cambió el apellido de su hijos (Holland) e impidió que Oscar los volviera a
ver. Una vez en prisión, le impidieron
tener papel y pluma durante bastante tiempo. Enfermo y paso dos meses en
enfermería. Con un poco de ayuda pudo obtener los recursos para escribir y
alimentarse un poco mejor. Pero su salud estaba deteriorada y su espíritu
quebrado. Desde mayo de 1895 hasta Noviembre de 1897, Wilde estuvo en la
prisión de Reading, cerca de Londres.
Al
salir no fue el mismo. Lo esperaba su amigo Robert Ross, con el que estuvo un
tiempo en una localidad de Normandía, en Francia. No tenía un centavo y apenas
tuvo voluntad para escribir “Balada de la cárcel de Reading”, que nada tiene
que ver con él, excepto por el verso: “cada hombre mata lo que ama”.
Oscar Wilde |
Alfred
Douglas fue a buscarlo. Vivieron juntos en Nápoles. Constante se enteró y dejó
de mandarle dinero con el que le ayudaba
a Oscar. La familia de Douglas le hizo saber que, de continuar con la relación,
no recibiría más dinero y sería desheredado. Al fin la pareja termino por
distanciarse definitivamente.
Wilde
se quedó solo en la pobreza. Vivió en una pieza de un hotel de tercera clase en
París (D´Alsace, Habitación 16). En 1900, a
los cuarenta y seis años, murió. Dijeron que por meningitis.
Dos
años más tarde, el homosexual Alfred Douglas se casaba con Olive Eleanor
Custance, una chica que escribía versos mediocres pero que era muy adinerada.
Olive Eleanor Custance |
Olive Eleanor era bisexual. En 1901 mantuvo un romance con la escritora Natalie Clifford Barney en Paris.
Olive huiría con Alfred y se casarían sin el consentimiento de su Padre. Tuvieron un hijo, Raymond Wilfred Sholto Douglas, durante un tiempo sirvió en el ejercito, pero estuvo internado en instituciones de salud mental durante largos periodos de tiempo. Su matrimonio fue un grandísimo fracaso, hubo muchas separaciones, pero nunca se divorciaron.
Con esta boda se ponía así todo lo sucedido con Wilde, bajo la alfombra; de esta manera la moral
británica quedaba satisfecha.
.- Grisseld Lecuna García/Bavaresco
.- Historia de amores =Juan Carlos Boveri
.- Oscar Wilde un gran hombre = Antonio Nascimento Thomas
.- Wikipedia.com
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