A pocos dias de que finalice el mes de las flores y de las madres; quise traer otra leyenda Japonesa (hay muchas y son interesantes), esta habla sobre la nuera y la suegra. Quise titularla: "De como Li resolvió el problema con su Suegra", ya que parece ser que este cuento no tiene un nombre original. Consegui la misma narrativa pero con distintos nombres, tales como; "La Suegra y la Nuera", "La Actitud" y "Veneno de amor"... entonces como noté que el mio era muy largo...... decidí solo titularlo:
LI, UNA LEYENDA JAPONESA.
Hace mucho
tiempo, una joven llamada Li se casó y fue a vivir con su marido y su suegra.
Después de algunos días, no se entendía con ella.
Sus personalidades eran muy
diferentes y Li fue irritándose con los hábitos de la suegra, que
frecuentemente la criticaba.
Los meses pasaron y Li y su suegra cada vez
discutían y peleaban más.
De acuerdo con una antigua tradición japonesa, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo.
De acuerdo con una antigua tradición japonesa, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo.
Li, no soportando más vivir con la suegra, decidió
visitar a un amigo de su padre para que le ayudara a deshacerse de su suegra.
Después de oírla, éste tomó un paquete de hierbas y le dijo:
- "Estas hierbas lentamente irán envenenando a tu suegra, pero no deberás usarlas de una sola vez para liberarte de ella, porque ello causaría sospechas.
Cada dos días, pondrás un poco de estas hierbas en su comida.
Ahora, para tener
certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho
cuidado y actuar de manera muy amigable.
No discutas con ella, mejor ayúdala a
resolver sus problemas. Recuerda tienes que escucharme y seguir todas mis
instrucciones".
Li respondió:
Li respondió:
- "Sí,
Sr. Huang, haré todo lo que usted me indique".
Li quedó muy contenta, agradecida con el Sr. Huang y volvió muy apurada a su casa para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra.
Pasaron las semanas y cada dos días, Li servía una comida especialmente preparada para su suegra.
Li quedó muy contenta, agradecida con el Sr. Huang y volvió muy apurada a su casa para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra.
Pasaron las semanas y cada dos días, Li servía una comida especialmente preparada para su suegra.
Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había
recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a
su suegra y la trataba como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, la situación en la casa estaba completamente cambiada.
Li había controlado su temperamento y ya casi no aborrecía a su suegra.
En
estos meses, no había tenido una sola discusión con ella, y ésta ahora parecía
mucho más amable y más fácil de lidiar.
La actitud de su suegra cambio radicalmente tanto que comenzó a amar a
su nuera y empezó a tratarla como si fuera una verdadera hija, comenzó a
decirles a sus mejores amigas y a sus parientes lo orgullosa que se sentía de
su nuera.
El
esposo de Li estaba realmente feliz de ver lo que estaba sucediendo entre ellas.
Un día Li fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo:
- "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre.
Un día Li fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo:
- "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre.
No quiero que ella muera por causa del veneno que le di".
El Sr. Huang sonrió y le dijo:
- "Li, no tienes por qué preocuparte. Tu suegra no ha cambiado, la que cambió fuiste tú. Las hierbas que te di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella".
El Sr. Huang sonrió y le dijo:
- "Li, no tienes por qué preocuparte. Tu suegra no ha cambiado, la que cambió fuiste tú. Las hierbas que te di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella".
La mayor parte de las veces recibiremos de las otras
personas lo que les damos, por eso recuerda siempre:
“Ya que la cosecha es segura, tengamos cuidado con lo
que sembramos”.
También quiero
compartir una frase de Sam Keen, escritor, profesor y filosofo americano:
Aprendemos a amar no cuando
encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.
Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco