Esta es la
historia de una poeta (de las
pocas de su época pero una de las figuras de mayor vigencia del modernismo hispanoamericano), y activista feminista uruguaya, quien vivió adelantada
a su época. Nacida en Montevideo el 24 de octubre de 1887. Delmira Agustini, quien vivió agitadamente entre poemas eróticos y
amores prohibidos. Esta, es su historia.
Delmira Agustini |
En la calle hace frío, ha estado lloviendo. En la
habitación, la mujer está en el suelo, en ropa interior. De su cuerpo chorrea
sangre. La sangre cae por la frente y desciende por una de las mejillas. En la
mano sostiene una larga media de seda, como si la hubieran interrumpido cuando
iba a ponérsela. Cerca de ella, está el hombre. Tiene un orificio en la cabeza.
El disparo le atravesó el cráneo. Agoniza, va a morir en poco tiempo. El es Enrique Job Reyes, ex marido de la
mujer que esta muerta. Acaba de pegarle dos tiros por la espalda. Luego, se ha
disparado en la sien. La mujer es Delmira
Agustini.
Enrique Job Reyes |
Están en Montevideo, Uruguay. Son comienzos del siglo
XX, La sociedad uruguaya es tradicionalista, prejuiciosa. Hay costumbres que
deben respetarse. Ella es apasionada. Desea un hombre. Pero no tiene el
atrevimiento de romper las reglas. Ella las acata. Adormece sus instintos. Los
revela en sus poemas. A los que la conocen les resulta curioso que una
jovencita modosa se exprese con esa riqueza erótica.
Poemas que parecen ser una aceptación de los ensueños
prohibidos que nunca se realizan. De todas formas, ella es intachable. Su
novio, Enrique, la visita tres veces por semana. Por lo general, está la madre
presente. Algunas veces, los novios se quedan solos. Es difícil creer que hagan
otra cosa que darse unos besos o tocarse ligeramente.
Algunos de sus libros |
El es un hombre muy serio y formal, viéndolo, no
resulta el hombre adecuado para una mujer que pretende amar apasionadamente.
Ella debe ver en él lo que no existe, lo que ella imagina que es. Hubo dos
ocasiones en las que pretendió romper las reglas. La primera, cuando, estando
solos en la casa, le pidió que se recostara con ella en la cama; y la segunda,
al esperarlo una noche, con una maleta, dispuesta a fugarse con él.
Sus deseos sexuales le apremian. Pero él es alguien
recatado. Nunca aceptaría propuestas como esas. Así, a ella no le queda otro
camino que el casamiento.
El día del casamiento, Delmira ya era una poeta
famosa. Rubén Darío la había comparado con Santa Teresa. La han llenado de
elogios los escritores mas importantes. Para todos, sigue siendo incomprensible
cómo puede escribir versos de ese tono amoroso y erótico, siendo como es: una
agradable, simpática y bien educada joven de un Montevideo de vida provinciana.
Pero, ha ocurrido algo inesperado un año antes del
casamiento. Delmira se ha enamorado de Manuel
Ugarte, escritor socialista argentino. Manuel es buen mozo, culto,
elegante. Es probable que él sea mucho más que un amigo. El día anterior a
la boda, ellos se encuentran. Manuel le regala su libro “La novela de las horas
y los días” y una foto autografiada. Hay razones para creer que son más que
amigos. Sobre todo, por lo que ocurre el día del casamiento.
Juan Zorrilla de San Martín |
Delmira está a punto de casarse. La modista le hace
los últimos retoques al vestido. El cura espera. Los invitados están en el
salón. Ella comienza a gritar y a llorar. Dice que no quiere casarse. La madre
le responde que debe hacerlo. No es posible quedar mal frente a todos. Los
gritos se filtran al salón de invitados. Juan
Zorilla de San Martín, uno de los padrinos está conversando, justamente,
con Manuel Ugarte. Se aparta de él, se acerca al sacerdote y le dice: “Cáselos
pronto y bien; de modo que no puedan descasarse jamás”. El cura casa a Delmira
y a Enrique.
El dia de la Boda |
Los novios pasan la luna de miel en una casa en una
zona llamada Pocitos. Se quedan a vivir un mes y medio en esa casa. Hasta que
Edelmira abandona a Enrique. Al llegar a la casa familiar, deja un bolso con
algo de ropa, la foto de Manuel en un portarretrato y el libro que le había
regalado él. A su madre le dice: “Me harté de tanta vulgaridad”.
Enseguida inicia el trámite de divorcio. La ley de divorcio
se había aprobado recientemente. Días después, ella le escribe a Manuel
diciéndole que el ha sido el tormento de su noche de bodas. Ugarte le elogia el
gesto de libertad, pero, con elegancia, la rechaza.
Enrique regresa de Pocitos y alquila un cuarto en la
casa del periodista Juan Manuel González.
La casa esta a seis cuadras de donde vive Delmira. Todos los días, la sigue,
amenaza a algunos pretendientes. Enrique la invita a su habitación y ella,
mostrando la razón de sus poemas, acepta.
En el mes de Junio de 1914, se decreta la separación.
Hace meses que ella va al cuarto de Enrique, al menos tres veces por
semana. Es extraño; no acepta ser la esposa pero si la amante. Quizás
simplemente, a ella la excita ser una amante. Es lo que siempre ha querido ser;
vivir un amor con pasión, fuera de lo permitido. En definitiva, ha sido una
chica dócil.
Ella ha hecho lo que correspondía en cada ocasión, o ha mantenido las
apariencias de estar haciendo lo correcto. Claro, de alguna manera, su poesía
la delata. Ella de verdad que tiene talento poético. Tiene juventud, energía,
pasión.
En relación a Enrique, él se muestra celoso,
agresivo, hosco. La insulta, la trata de prostituta, incluso, delante de la
gente. Ella acepta. Sigue escribiéndole a Ugarte.
Sigue dando motivos para que
se sospeche que, además de Enrique, existe otro hombre. No es la clase de mujer
que tenga un solo hombre en la vida.
Antes de Enrique, fue novia de Amancio Sollers. No se conoce a otro,
solo se sospecha.
Algo muy distinto a lo que se ha visto de ella, mujer
impecable en su conducta, con una facilidad asombrosa para la música y la
poesía; pero cuyos versos son de una sensualidad que ninguna mujer ha escrito,
hasta entonces, en lengua castellana. ¿Cual es la verdad de Delmira? ¿Sus versos
son solo fantasías? O ¿son descripciones de lo que, en la realidad le pasa?
El 23 de Junio de 1914, Delmira y Enrique quedan
legalmente divorciados.
Falta poco para que empiece la primera guerra mundial.
A pesar de la sentencia, ella lo sigue visitando. Quizás, se sienta mucho más
libre y esto la desinhiba más.
El 6 de Julio, antes de ir a la habitación de su
amante, le dice a su madre: “Hoy todo quedará resuelto”. ¿Iba acaso a terminar esa
relación?
Cuando entra al cuarto, ve muchas fotografías de ella
por toda la habitación. Enrique las ha puesto ahí. Ella parece ser su obsesión.
Esa tarde, es probable que él haya realizado algún acto que llame la atención.
Tal vez no, quizá se limitó a comportarse de acuerdo a lo que se espera de él.
Los amantes se besan, se desnudan. Luego, conversan o
discuten.
Empiezan a vestirse. Delmira se sienta en la cama. Esta a punto de
ponerse una media.
A los 27 años, Delmira fallece de dos tiros en la
espalda. Según el libro del periodista Uruguayo Diego Fischer, ella muere de dos disparos a su cabeza.
Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco
www.juancarlosboverihistorias.com/
www.es.wikipedia.org/wiki/Delmira_Agustini
http://literatura.about.com/od/Escritoresporapellido/p/Delmira-Agustini.htm
Te felicito, muy interesante. Soy admirador de Delmira, de su espíritu libre y su erotismo. Realmente adelantada para su tiempo, más aún, si se considera que era mal visto que una mujer se expresara de esa forma ¿Tienes más publicaciones?
ResponderEliminarGracias Luis Gerardo, por mera casualidad escuche de ella y quise saber de su vida.. Estoy de acuerdo contigo que fue una mujer adelantada para su época, es por ello que la sociedad no la veia con buenos ojos....De ella solo tengo esta publicacion, pero tengo otras historias de personajes artisticos en donde comento esas intimidades que muy pocos conocen..... Saludos y gracias nuevamente por leer mi blog.
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