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sábado, 5 de julio de 2014

DELMIRA AGUSTINI, ENAMORADA DE LA PASION Y LO PROHIBIDO

 Esta es la historia de una poeta (de las pocas de su época pero una de las figuras de mayor vigencia del modernismo hispanoamericano), y activista feminista uruguaya, quien vivió adelantada a su época. Nacida en Montevideo el 24 de octubre de 1887. Delmira Agustini, quien vivió agitadamente entre poemas eróticos y amores prohibidos. Esta, es su historia.

Delmira Agustini
En la calle hace frío, ha estado lloviendo. En la habitación, la mujer está en el suelo, en ropa interior. De su cuerpo chorrea sangre. La sangre cae por la frente y desciende por una de las mejillas. En la mano sostiene una larga media de seda, como si la hubieran interrumpido cuando iba a ponérsela. Cerca de ella, está el hombre. Tiene un orificio en la cabeza. El disparo le atravesó el cráneo. Agoniza, va a morir en poco tiempo. El es Enrique Job Reyes, ex marido de la mujer que esta muerta. Acaba de pegarle dos tiros por la espalda. Luego, se ha disparado en la sien. La mujer es Delmira Agustini.

Enrique Job Reyes
Están en Montevideo, Uruguay. Son comienzos del siglo XX, La sociedad uruguaya es tradicionalista, prejuiciosa. Hay costumbres que deben respetarse. Ella es apasionada. Desea un hombre. Pero no tiene el atrevimiento de romper las reglas. Ella las acata. Adormece sus instintos. Los revela en sus poemas. A los que la conocen les resulta curioso que una jovencita modosa se exprese con esa riqueza erótica.

Poemas que parecen ser una aceptación de los ensueños prohibidos que nunca se realizan. De todas formas, ella es intachable. Su novio, Enrique, la visita tres veces por semana. Por lo general, está la madre presente. Algunas veces, los novios se quedan solos. Es difícil creer que hagan otra cosa que darse unos besos o tocarse ligeramente.

Algunos de sus libros
El es un hombre muy serio y formal, viéndolo, no resulta el hombre adecuado para una mujer que pretende amar apasionadamente. Ella debe ver en él lo que no existe, lo que ella imagina que es. Hubo dos ocasiones en las que pretendió romper las reglas. La primera, cuando, estando solos en la casa, le pidió que se recostara con ella en la cama; y la segunda, al esperarlo una noche, con una maleta, dispuesta a fugarse con él.

Sus deseos sexuales le apremian. Pero él es alguien recatado. Nunca aceptaría propuestas como esas. Así, a ella no le queda otro camino que el casamiento.

El día del casamiento, Delmira ya era una poeta famosa. Rubén Darío la había comparado con Santa Teresa. La han llenado de elogios los escritores mas importantes. Para todos, sigue siendo incomprensible cómo puede escribir versos de ese tono amoroso y erótico, siendo como es: una agradable, simpática y bien educada joven de un Montevideo de vida provinciana.

Pero, ha ocurrido algo inesperado un año antes del casamiento. Delmira se ha enamorado de Manuel Ugarte, escritor socialista argentino. Manuel es buen mozo, culto, elegante. Es probable que él sea mucho más que un amigo. El día anterior a la boda, ellos se encuentran. Manuel le regala su libro “La novela de las horas y los días” y una foto autografiada. Hay razones para creer que son más que amigos. Sobre todo, por lo que ocurre el día del casamiento.

Juan Zorrilla de San Martín
Delmira está a punto de casarse. La modista le hace los últimos retoques al vestido. El cura espera. Los invitados están en el salón. Ella comienza a gritar y a llorar. Dice que no quiere casarse. La madre le responde que debe hacerlo. No es posible quedar mal frente a todos. Los gritos se filtran al salón de invitados. Juan Zorilla de San Martín, uno de los padrinos está conversando, justamente, con Manuel Ugarte. Se aparta de él, se acerca al sacerdote y le dice: “Cáselos pronto y bien; de modo que no puedan descasarse jamás”. El cura casa a Delmira y a Enrique.

El dia de la Boda
Los novios pasan la luna de miel en una casa en una zona llamada Pocitos. Se quedan a vivir un mes y medio en esa casa. Hasta que Edelmira abandona a Enrique. Al llegar a la casa familiar, deja un bolso con algo de ropa, la foto de Manuel en un portarretrato y el libro que le había regalado él. A su madre le dice: “Me harté de tanta vulgaridad”.


Enseguida inicia el trámite de divorcio. La ley de divorcio se había aprobado recientemente. Días después, ella le escribe a Manuel diciéndole que el ha sido el tormento de su noche de bodas. Ugarte le elogia el gesto de libertad, pero, con elegancia, la rechaza.

Enrique regresa de Pocitos y alquila un cuarto en la casa del periodista Juan Manuel González. La casa esta a seis cuadras de donde vive Delmira. Todos los días, la sigue, amenaza a algunos pretendientes. Enrique la invita a su habitación y ella, mostrando la razón de sus poemas, acepta.

En el mes de Junio de 1914, se decreta la separación. Hace meses que ella va al cuarto de Enrique, al menos tres veces por semana. Es extraño; no acepta ser la esposa pero si la amante. Quizás simplemente, a ella la excita ser una amante. Es lo que siempre ha querido ser; vivir un amor con pasión, fuera de lo permitido. En definitiva, ha sido una chica dócil. 


Ella ha hecho lo que correspondía en cada ocasión, o ha mantenido las apariencias de estar haciendo lo correcto. Claro, de alguna manera, su poesía la delata. Ella de verdad que tiene talento poético. Tiene juventud, energía, pasión.

En relación a Enrique, él se muestra celoso, agresivo, hosco. La insulta, la trata de prostituta, incluso, delante de la gente. Ella acepta. Sigue escribiéndole a Ugarte. 

Sigue dando motivos para que se sospeche que, además de Enrique, existe otro hombre. No es la clase de mujer que tenga un solo hombre en la vida. 


Antes de Enrique, fue novia de Amancio Sollers. No se conoce a otro, solo se sospecha. 

Algo muy distinto a lo que se ha visto de ella, mujer impecable en su conducta, con una facilidad asombrosa para la música y la poesía; pero cuyos versos son de una sensualidad que ninguna mujer ha escrito, hasta entonces, en lengua castellana. ¿Cual es la verdad de Delmira? ¿Sus versos son solo fantasías? O ¿son descripciones de lo que, en la realidad le pasa?

El 23 de Junio de 1914, Delmira y Enrique quedan legalmente divorciados.

Falta poco para que empiece la primera guerra mundial.


A pesar de la sentencia, ella lo sigue visitando. Quizás, se sienta mucho más libre y esto la desinhiba más.

El 6 de Julio, antes de ir a la habitación de su amante, le dice a su madre: “Hoy todo quedará resuelto”. ¿Iba acaso a terminar esa relación?

Cuando entra al cuarto, ve muchas fotografías de ella por toda la habitación. Enrique las ha puesto ahí. Ella parece ser su obsesión. 

Esa tarde, es probable que él haya realizado algún acto que llame la atención. Tal vez no, quizá se limitó a comportarse de acuerdo a lo que se espera de él.

Los amantes se besan, se desnudan. Luego, conversan o discuten. 

Empiezan a vestirse. Delmira se sienta en la cama. Esta a punto de ponerse una media.

A los 27 años, Delmira fallece de dos tiros en la espalda. Según el libro del periodista Uruguayo Diego Fischer, ella muere de dos disparos a su cabeza.


Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco

www.juancarlosboverihistorias.com/

www.es.wikipedia.org/wiki/Delmira_Agustini

http://literatura.about.com/od/Escritoresporapellido/p/Delmira-Agustini.htm








2 comentarios:

  1. Te felicito, muy interesante. Soy admirador de Delmira, de su espíritu libre y su erotismo. Realmente adelantada para su tiempo, más aún, si se considera que era mal visto que una mujer se expresara de esa forma ¿Tienes más publicaciones?

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  2. Gracias Luis Gerardo, por mera casualidad escuche de ella y quise saber de su vida.. Estoy de acuerdo contigo que fue una mujer adelantada para su época, es por ello que la sociedad no la veia con buenos ojos....De ella solo tengo esta publicacion, pero tengo otras historias de personajes artisticos en donde comento esas intimidades que muy pocos conocen..... Saludos y gracias nuevamente por leer mi blog.

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