Ya lo dijo San Agustin, que "la medida del amor es amar sin medidas". El amor se demuestra en los pequeños actos de cada día. Y si esos pequeños actos se suman durante dos largos años de duro trabajo para dar forma a una emotiva muestra de amor incondicional, estamos ante una bonita historia que nos cuenta el diario ABC.
La historia del Señor y la Señora Kuroki
Los Kuroki eran un matrimonio de granjeros japoneses afincados desde su boda, en el año de 1956, en Shintomi, en una casita de la prefectura de Miyazaki. Sus años felices dejaron tras de sí dos hijos y mucho amor, un amor que solamente se vio afectado cuando la señora Kuroki perdió su visión a causa de la diabetes.
Pero la ceguera no fue el único cambio en la vida del matrimonio Kuroki. Ella cambió su carácter hasta el punto de volverse huraña y no querer salir de casa mas allá de lo estrictamente necesario. Hasta su sonrisa, esa que había enamorado a su marido, se había borrado del rostro de la anciana.
Las flores shibazakura |
Pero el señor Kuroki, lejos de rendirse, pues no podía soportar ver el sufrimiento de su amada, comenzó a pensar qué es lo que podía recuperar las ganas de vivir y sonreír de su esposa. Y pronto llegó a su mente uno de los regalos que todo enamorado ha hecho alguna vez: las flores.
De modo que, día tras día y a pesar de los achaques propios de su edad, el anciano comenzó a plantar miles y miles semillas de shibazakura, una especie de rosas marcadamente aromática.
A medida que los rosales fueron floreciendo, comprobó que el olor de las shibazakura atraían a su esposa hacia el exterior y se afano en su tarea: no paro de trabajar durante dos años, hasta cubrir totalmente de rosas su jardín con el que el amoroso Señor Kuroki soñaba: la sonrisa de su esposa volvió a dibujarse en su rostro, quien cada vez que huele su jardín privado -que en la actualidad es visitado por más de 7.000 turistas- piensa en el acto de amor y sacrificio de su marido.
Los esposos Kuroki |
Así es el amor y así se demuestra. ¿Recuerdas de qué manera se demostraban amor tus abuelos? Tal vez unas palabras, una flor, unos versos, una caricia, un sencillo pero amoroso acto de servicio, el tierno amor de antes.
Y ahora a la señora Kuroki le sobran motivos para sonreír.
Grisseld LecunaGracia/ Bavaresco
Quieres ver el jardin?? observa este video
http://www.abc.es/recreo/abci-hombre-planto-miles-flores-para-oliera-esposa-ciega-201602180926_noticia.html
http://blog.myheritage.es/2016/02/una-conmovedora-demostracion-de-amor/
https://www.youtube.com/watch?v=aVXpBqj67BY
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