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martes, 21 de junio de 2016

EL DÍA QUE.....!

El que escribe no siempre tiene días hermosos para plasmar poemas o historias de amor; o escribir un cuento o una leyenda; hay días en que la acidez empaña el dia y te provoca escribir cosas que antes te parecían de mal agüero, es por eso que hoy se me ocurrió esto; y viéndolo bien tan mal no me quedo. 

En uno de esos días en que la muerte no te asusta, lo que te asusta es la enfermedad de muerte.

El día que me toque exhalar mi último aliento dentro de este traje,  no deseo que me hagan velorio, no creo que sería mi mejor ángulo ante mis amigos, conocidos o enemigos, no les podría dar mi mejor cara: la sonreída.

Además no podría verme en esa caja rectangular sin moverme para saludarlos y darles el respectivo beso y abrazo. 

Tampoco creo ser dulcito como para que me coloquen en una vidriera, y peor aún, para que la gente vea como quedé, no soportaría escuchar esa trillada frase; “Ay Dios mío!! quedo igualita”…..

El día que ya no este físicamente en esta tierra bendecida por Dios, no quiero que me den sepultura, pues no tendré quien me vaya a visitar y limpie mi tumba; por eso es mi decisión pedir a aquellos que “cargarán conmigo por última vez”, incinerarme y esparcir mis cenizas en el Malecón o desde el Fortín Solano para que mis cenizas queden incrustadas en cada piedra de mi Puerto querido….. 

Y si eso es mucho pedir, lo dejo a elección del que quiera, pues lo anterior lo he dicho por mujer romántica y soñadora que siempre he sido.   

El día que me toque partir, no quiero que me hagan novenario, pues sé lo tedioso que es por nueve días ir a la iglesia a rezar un rosario.


Yo preferiría más bien, que cualquiera, que se encuentre donde sea y piense en mí, rece un padrenuestro, un avemaría y una salve o una de las tres, y lo haga en mi honor para que así brille y perpetué  para siempre mi luz eterna.

El día que ya no este entre los mortales, seré brisa matutina, aroma vespertino y añoranza nocturna para aquellos que me recuerden. 

Seré flor que cae en tus manos, ola que llegue a tus pies, escalofrío que recorra tu cuerpo, cuando Yo ya no este.

Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco



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