Quiero
contarles que el día de ayer 6 de Junio, mi sobrino Jorge Andrés Pinedo Lecuna me envió por
medio de su twitter, un hilo histórico que lo tomó de la pagina de David R.
Parra @ProsaPistola quien es, como se denomina a si mismo, un “Dark venezolana
writer”.
Es
una historia poco conocida de un español que se enamoró de Venezuela y antes de quedarse anclado en esta hermosa
tierra hizo y deshizo en otras latitudes, gracias a su carisma y poder de
convencimiento.
Uniendo
la historia contada por David Parra y adornándola con mis investigaciones, sin
más, aquí se las dejo:
EL SECRETO DEL LIBRERO EN LAGUNILLAS
Hoy
es un buen día para contarles uno de los cuentos más interesantes que escuché
viajando por el Zulia (Venezuela), el año pasado. Recuerdo me bebía una pilsen
curioseando sobre el lugar cuando un tipo me dice «allá tenía una papelería el
hombre que salvó el mundo» capturando así toda mi atención.
Lagunillas, Estado Zulia,
no es justo ahora un lugar muy agradable. Es un pueblo que vio brillo durante
la bonanza petrolera. Hacen 35 grados a la sombra y full humedad, el calor
duele. Sin embargo, fue el lugar que escogió para esconderse el mejor espía de
todos los tiempos.
Aún hoy en día algunos
historiadores dudan que Joan Pujol
fuese su nombre real. Ya que como la gran mayoría de las cosas en su vida, pudo
ser creación de su imaginación. El español nacido el 14 de Febrero de 1914, fue el mayor
mentiroso del siglo XX. Tanto que logró engañar al mismísimo führer.
El joven Pujol quería hacer
algo grande. Era arriesgado y ambicioso. Corrían los años de 1940 y allí
decidió que él debía hacer algo para acabar con la guerra. Había visto
suficiente horror con el ascenso de Franco y ahora otra amenaza cubría Europa.
Con su primera esposa Araceli Gonzalez |
Se presentó frente a los
ingleses y les ofreció sus servicios. Le rechazaron. Entonces hizo lo mejor que
se le ocurrió: se presentó al III Reich y se ofreció en ayudar a los nazis en
contra de Inglaterra. Su intención era ser doble agente, engañarlos,
infiltrarse.
Se ganó el respeto entre
los alemanes. Lo apodaron «Alaric»
ya que daba información muy precisa sobre supuestos movimientos en UK. Y cuando
la inteligencia británica supo de su existencia lo confrontó. Él, explicando
quien era, terminó siendo por fin agente de los aliados.
Pujol es sin duda el mejor
escritor de su época, aún sin haber escrito un libro nunca. Se inventaba una
red de contactos, espías, informantes de todas las edades, razas y religiones
que le apoyaban para «informar» a los alemanes. Su verbo era fanático, amado
por sus superiores.
Cuando algo salía mal,
lograba entramar una mentira perfecta. Una vez incluso tuvo que fingir la
muerte de uno de sus informantes ficticios al no avisar sobre un puerto. Puso
hasta un obituario en los periódicos. Lo alemanes se la creyeron y hasta
enviaron sus condolencias.
Los ingleses maravillados
con su poder de convencimiento y actuación lo apodaron como la mejor actriz de
la época «Garbo» que justo venía de
interpretar Matahari. Sus informes contenían información real de los aliados
muchas veces, para seguir ganando credibilidad.
Cuando Garbo tuvo a los
alemanes en la palma de su mano ya los estadounidenses se habían unido en la
batalla. La cuestión es que nadie sabía ni cuándo ni dónde aparecerían. Los
alemanes se atrincheraron en las costas y los esperaban al mando del temible
Gerd von Rundstedt.
A Garbo se le encargó la
tarea más difícil de todas: convencer a los nazis de que el desembarco aliado
sería en el estrecho de Calais y que lo que pasara en Normandía era mera distracción. Lo logró; las tropas alemanas se quedaron esperando un ataque que nunca ocurrió.
Mientras, la "Operación Overload" tomó la playa de Omaha un día como hoy, 6 de junio de 1944, cambiando para siempre el curso de la guerra. Aún cuando los alemanes iban a enviar refuerzos al desembarco, Garbo, con temple de acero, le escribió al mismo Hitler que no lo hiciera.
Si no hubiese sido por este
hombre, el desembarco hubiese fracasado. Fue condecorado con la orden del
imperio británico y la cruz de hierro alemana. Lo indemnizaron y luego
desapareció del mapa. Pujol, fingió su propia muerte y se alejó lo más que
pudo, su destino: Venezuela.
Pujol siempre estuvo
enamorado de Venezuela y sus paisajes, incluso varios de sus informantes
ficticios tenían nuestra nacionalidad.
En las afuera del Palacio de Buckingham 1984 |
En
Caracas no tardó en codearse con la sociedad caraqueña en parte gracias al
“charm” de su esposa, aunque mantenían un bajo perfil. Sin embargo Araceli no
encajaba bien en Venezuela y tras separarse regresó a España con los tres hijos
habidos del matrimonio.
Garbo había muerto y el Sr. Pujol se dedicó a los
negocios con suerte diversa, pero siempre manteniendo un “status” alto, aunque
discreto.
Y luego, cuando se enamoró
de una venezolana, Carmen Cilia Alvarez, nacida en Choroní; ya no hubo vuelta atrás: hizo familia, montó un negocito y
ni sus hijos sabían de su historia.
Fue hasta la década de los
80´ donde la prensa, aupada por el escritor Nigel West, siguiendo la pista del
espía dio con él y logró entrevistarlo. El mundo celebró de nuevo la vida de
Pujol y lo que le debía luego de la guerra. La sorpresa de todos fue
inmensa y se dieron cuenta que cada cosa con la que bromeaba a veces era
verdad.
Catalán, y espía improvisado, logró ser doble agente inglés y alemán. Y fue condecorado por el vencedor y el vencido |
Pujol no solo estuvo en el Zulia,
también vivió en Caracas y en Maracay. Le gustaba mucho Venezuela, tristemente
sus negocios no prosperaron mucho y siempre tuvo problemas con la plata.
Su último negocio fue en la población de Lagunillas, donde tenía una papelería que atendía el mismo. Con 76 años sufrió un aneurisma en
Caracas, donde murió semanas después, el 10 de Octubre de 1988. Aquel señor
“común y corriente”, fue enterrado por su voluntad en Choroní.
Joan Pujol García quien había
participado en dos guerras, en los dos
bandos y sin disparar ni un solo tiro.
David R. Parra / Grìsseld
LecunaG/Bavaresco
Fuente:
@ProsaPistola
Colorización de las fotografías; Grìsseld Lecuna García
No hay comentarios:
Publicar un comentario