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viernes, 31 de enero de 2014

GALA, EL INCREÍBLE Y EXTRAÑO AMOR DE DALI.

Elena Dimitrievna Diakonova, era una rusa nacida a fines del siglo XIX, que viajó a una clínica en Suiza para curarse de tuberculosis. Después salió del internado, conoció a algunos hombres. No eran los primeros para ella. Su vida sexual era agitada. Tenía veinte años y le gustaba divertirse.

También le gustaba el arte, ya que había sido criada en una familia de intelectuales. Con pintores y escritores mantenía romances que se sucedían uno tras otro. Era la clase de mujer que no tiene ningún inconveniente en fotografiarse desnuda ni estar en una cama con dos hombres. Pero su lado espiritual  la llevó a enamorarse de un poeta que sería uno de los más importantes del siglo: Paul Èluard. El la conectó con los surrealistas y ella aprovechó para tener algunas aventuras con André Breton, el jefe del movimiento Max Ernst y algunos más. 
En ese tiempo se convirtió en una musa para los surrealistas. Eluard terminó casándose con ella y logrando inspiración  para muchos de sus poemas de amor. Tuvieron una hija, Celine, y a pesar de las infidelidades de su esposa, el poeta se mantuvo a su lado. Ella abandonó su nombre ruso y, simplemente se dejó llamar Gala.

Sin saberlo, al menos de forma consciente, Eluard alimentó los deseos de Gala. Muchas veces le habló de Salvador Dalí como pintor de inmenso talento y muy buen mozo. No solamente hizo esto sino que la llevó a la pequeña aldea española de Cadaques donde estaba Dalí. Claro, se trataba de una reunión en la que había otros amigos surrealistas, Luis Buñuel, entre otros. Pero, al verla Dalí no tuvo ningún otro interés que en conseguir a Gala.

Dalí pertenecía a una familia de importancia, con bastante dinero. Gala le llevaba once años y era una mujer de una vida sexual muy liberal. Seguramente, una relación con ella le traería problemas al pintor. Pero no pareció importarle. Para llamar la atención de Gala, hizo cosas raras: se manchó la camisa de sangre, se puso  estiércol en las orejas para tener un olor atractivo, se metió flores en cada oreja y otra en la nariz. Le dio resultado. Gala se separó de Eluard y se fue con Dalí.

Como se preveía, la relación con Gala provocó que el padre lo desheredara. A él no le importó. Todo lo que quería en el mundo era a Gala. Estaba perdidamente enamorado de ella. Y no había dudas de que ella también lo estaba de él. Esto provocó una clase de relación amorosa especial. Bastante extraña considerando la potente sexualidad de Gala y el que Dali era homosexual.

Dalí ya tenía su musa inspiradora privada. Y ella a su artista. Claro que en el matrimonio (se casaron en 1932, incluso por la Iglesia), ocurrieron cosas poco habituales. Una de ellas fue que el matrimonio jamas se consumó. Es decir, Dalí y Gala nunca mantuvieron relaciones sexuales con penetración. Esto, según el pintor, se debía a que ella era una diosa y no podía ser mancillada.

Mientras Dalí no tocaba a su mujer-diosa, ella se acostaba con una gran cantidad de hombres y de mujeres. Pero nunca lo engañó. Siempre le dijo con quien se acostaba e incluso, tuvo muchos actos sexuales que Dalí presenció. Era una de las cosas que más deleitaba al pintor: ver como penetraban a su mujer.

Gala presentaba sus amantes (siempre muy jóvenes) a Dalí, él los recibía con mucho afecto y se encargaba de hacerles regalos muy generosos. Como él y su esposa dormían en cuartos separados, algunas noches, él golpeaba a su puerta. Gala estaba acostada con uno de sus amantes y dejaba entrar a su marido para que pudiera contemplar sus coitos.



Lo que Gala hacía sexualmente con Dalí no era nuevo para ella, ya lo había hecho mucho antes de él. Simplemente, Dalí y ella hacían sus juegos amorosos como mejor les parecía. A ella le gustaba que la mirasen o estar con varios hombres y mujeres a la vez. El disfrutaba mirando y, de vez en cuando, al ser penetrado por otro hombre.

Salvador y Gala estuvieron juntos toda su vida. Eran inseparables. Ella lo ayudó en todo lo que pudo y él hizo lo mismo por ella. Dalí la inmortalizó en muchas obras de artes que realizó y, de una manera poco usual, la amó profundamente. Gala sintió lo mismo por él. Quizás resulte difícil entender que dos personas tengan un matrimonio así.

Pero, se entienda o no, ellos se quisieron intensamente, vivieron juntos cincuenta años y solo se separaron cuando Gala murió, en 1982.


*- Grisseld Lecuna Garcia-Bavaresco


Fuente:

*-http://www.juancarlosboverihistorias.com/2011/09/dali-y-gala.html

*- Wikipedia.com


Dali y Gala, otoñales 


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