El poeta ingles Alfred Tennyson
dijo: “Es mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca”. Con esta
hermosa cita nos adentramos en la historia de tres mujeres que amaron y
perdieron, o quizás amaron y ganaron, quien sabe?, lo cierto es que lo hicieron
con tal amor que la locura se apodero de ellas. Y entre historias reales y
leyendas urbanas, estos relatos se convirtieron en poemas y canciones.
Penélope
En el famoso poema épico "La
Odisea ", de Homero, el poeta griego, cuenta la
historia de Ulises, quien parte a la Guerra de Troya, dejando a
su esposa Penélope con la promesa de
regresar.
Penèlope tejiendo de dia y deshaciendo de noche. |
Ella lo espera por 20 años, siendo un símbolo de
fidelidad, pues a pesar de tener muchos pretendientes, ella dice que aceptará
darlo por muerto y se casará con otro cuando termine cierto sudario que tejía
durante el día, pero cada noche lo deshacía, para no terminarlo y darle tiempo
a Ulises de regresar.Y así, volvió Ulises un día cuando ella lo terminó,
matando a los pretendientes.
La canción escrita por Joan Manuel Serrat tiene un
cierto olor y sabor muy parecido a la del poeta griego, y porque no??.. quizás
de allí se inspiró.
Dicha canción habla de una mujer cuyo esposo se
marcha. Ella espera en al andén del tren cada día, por muchísimo tiempo, pues
él prometió volver. Ella no se preocupa por nada más que esperarlo, como que el
tiempo se detuvo y ella sigue allí, a pesar de lo que pase.
Finalmente su
hombre vuelve, pero con el paso de los años ella no lo reconoce, "Tú no
eres quien yo espero" dice, por lo que sigue esperando infinitamente el
regreso de su amado.
Pues el
caminante, detuvo la vida de ella cuando se fue, y ella desde allí lo espera
sin que suceda nada más que esperar. Por eso se dice que su reloj se detuvo, o
quizá lo detuvo su amado al partir.
Así pues, la tejedora más conocida de la historia y la que se quedo en el andén del tren, además de su nombre, tenían mucha similitud, amaron con locura a un hombre y lucharon para ganarle la partida al tiempo y así esperar a su amado perdido en batallas perdidas.
Así pues, la tejedora más conocida de la historia y la que se quedo en el andén del tren, además de su nombre, tenían mucha similitud, amaron con locura a un hombre y lucharon para ganarle la partida al tiempo y así esperar a su amado perdido en batallas perdidas.
La
trágica historia de amor de la canción de Maná «En el muelle de
San Blas», que el grupo mexicano popularizó en 1997, fue una
historia real, cuya protagonista se llamaba Rebeca Méndez Jiménez.
Rebeca en el Muelle de San Blas |
Rebeca, el mismo día en el que estaba previsto su boda, acudió al
muelle de San Blas, en Nayarit (México), y esperó por más de 41 años a
su prometido vestida con su traje de novia.
Con el correr del tiempo, se unió sentimentalmente a
una persona del puerto, un comerciante de la localidad con el que vivió algunos
años; se
llamaba Ladislao Cardenas Ulloa,
mejor conocido como “Laos”; quien en
su juventud fuera un surfista playero, muy popular por frases ocurrentes y
simpáticas, quien se dedicaba a la venta de chucherías, en un pequeño
puestecito frente a la plaza.
Este personaje a quien llamaba a Rebeca cariñosamente “La
chica de humo”, porque su cabellera estaba
teñida con un poco de canas, habitaban en una casa modesta hecha de
madera y laminas de cartón cerca del muelle.
Mientras tanto Rebeca no dejo de hacer lo usual desde
su llegada al puerto, sus caminatas eran frecuentes, mientras tanto “Laos”
entre broma y broma, le aseguraba a su chica de humo que se casaría pronto con
ella. Para ella esta promesa fue
seria, por lo que algunas veces era observada en el atrio de la Iglesia de San Blas Obispo
Martir; con su atuendo rustico de novia esperando la llegada de “Laos” muy
emocionada, pero este nunca llegaba.
Al tiempo “Laos” fue atropellado en Guadalajara, y a los días falleció
en Tepic, quedando Rebeca sola; adolorida nuevamente se fue un tiempo a Puerto Vallarta, vendía
chicles y dulces por el malecón.
Los habitantes del lugar, se sorprendían
al verla caminar en ocasiones enfundada en vestido blanco común que ella misma
confeccionaba con sus manos y, con velo de novia cubriendo
su cabeza.
Rebeca a los 63 años |
A Fher del grupo Maná le llamo la atención que estuviera vestida de
novia y al preguntarle el motivo esta le comento “que estaba esperando a su
amor para casarse, porque el le dijo que cuando volviera se casarían”.
La trasladaron a Monterrey donde tres años después, un
domingo 16 de septiembre de 2.012
a las 02:00 a.m., a los 63 años fallecía la loca del muelle de San
Blas.
En el muelle de San Blas = Maná
La loca Luz Caraballo
Es un personaje de la cultura popular venezolana de la región de los Andes, especialmente del Estado Mérida.
Monumento a Luz Caraballo en Merida |
A ciencia cierta, el nombre de Luz Caraballo, no existe, pues fue inventado (e inmortalizado en la literatura venezolana) para el "Palabreo de la loca Luz Caraballo", por el escritor y poeta Andrés Eloy Blanco.
Algunos conocidos en la materia sostienen que el personaje podría referirse a una mujer de Timotes llamada Lesmichimío a quien conoció Andrés Eloy Blanco en 1936 mientras estuvo confinado por órdenes del entonces presidente de la República Juan Vicente Gómez, durante su dictadura.
Otros investigadores de la Universidad de Los Andes dan como nombre de la mujer el de Blasa Ramírez, conocida como "la loca Blasa", habitante de la aldea de El Cacho y recordada por algunos ancianos por su errante caminar entre los pueblos de la zona.
No se le conoció marido ni hijos, lo que desconcuerda con la narrativa de Andrés Eloy Blanco, coincidiendo solo en sus travesías.
No se le conoció marido ni hijos, lo que desconcuerda con la narrativa de Andrés Eloy Blanco, coincidiendo solo en sus travesías.
La sustentación del argumento intenta relacionar esos versos con aspectos que lega la tradición oral acerca de esta mujer cuyo marido fue reclutado por el ejército, y que dos de sus hijos partieron a la guerra junto a Simón Bolívar, los que, según el verso, “Los otros dos se te fueron detrás de un hombre a caballo”. Y según la leyenda, ella señaló la ruta contraria a los españoles para que no siguieran a Bolívar en su cruce por los Andes.
Dos de ellos fallecen y la hembra, la cual no especifican si se convierte en amante o se muda a un burdel.
Desde entonces, esta mujer enloquecida permanece penando por todo el páramo, de Chachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió. Cuentan que todavía suele escucharse sus gritos llamándolos.
Grísseld LecunaG/Bavaresco
Fuente:
www.noticiasexceso.com›Noticias›Curiosidades
Fernando
A. Segovia Quezada
Poema La Loca Luz Caraballo: Andres Eloy Blanco
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