Los protagonistas, los años, algunas ciudades,
los nombres, sitios y acontecimientos nunca existieron, solo en la mente de esta
soñadora que un día viajo hasta la tierra de los sueños, vivió esa historia,
luego despertó y decidió darles vida para plasmarlos en:
Una común y extraña
historia de amor.
En la Navidad de 1898, venían al mundo unos gemelos en
un pequeño pueblo cerca de Puerto Cabello, llamado Vistalmar. Aroldo y Horacio que así se llamaron, vivieron
su niñez y juventud como cualquier niño de su edad, en su bello pueblo natal,
para así ayudar a sus padres en la granja familiar.
Horacio,
cuando podía, también trabajaba algunas horas en la barbería de su padre,
ubicada en el centro del Puerto, diagonal
a la Plaza Barquisimeto. Allí
se enteró de que Venezuela estaba a
punto de ser invadida por la China … Todo en su
vida cambió.
Ante los posteriores movimientos
Chinos, Venezuela aprobó en 1919
el servicio militar obligatorio, ley de instrucción militar que obligaba a todos
los hombres con edades comprendidas entre los dieciocho y treinta y cinco años
—los hermanos tenían diecinueve— a someterse a un entrenamiento militar básico
durante seis meses para luego pasar a la reserva activa.
No
tuvieron tiempo ni de terminar el entrenamiento, a las siete semanas fueron
adscritos a la 2ª compañía del 5º batallón de Artillería “Negro
Primero” y enviados a la frontera con Colombia, integrados en la FEB
(Fuerza Expedicionaria Bolivariana) para frenar la ofensiva China.
Aunque inicialmente la FEB
tuvo cierto éxito, nada pudieron hacer ante el poderío de los Guerreros Chinos.
En mayo de 1920, el oficial al mando, Nicomedes
Gordón,
ordenó la retirada hacia el Lago de
Maracaibo para evacuar lo que quedaba de la FEB. D e Haroldo
nada más se supo y de Horacio… aquí comienza su historia….
El 25 de mayo, Horacio fue capturado en la Peninsula de Paraguaipoa, ubicada en el extremo
norte del Estado Zulia. Él y el
resto de los prisioneros tuvieron que caminar durante diez semanas a marchas
forzadas atravesando Colombia y Panamá hasta llegar a Shi Shiang Clivox (zona invadida por la
china desde el año de 1895).
Los que sobrevivieron fueron metidos en un
tren, y después de un viaje de varios días en condiciones infrahumanas llegaron
al campo de prisioneros Shang Loagai en las afueras del pueblo de Shi Shiang Clivox (en Centroamérica).
Fueron días de trabajos de sol a sol, acompañados de algunas palizas, escasa
comida y tener que compartir la cama con piojos y ratas.
Cuando terminó el frió en esa zona en el
año de 1922, los supervivientes fueron trasladados a otro campo en la isla de Nangan Liang, que nada tenía que ver
con el anterior.
Aunque tenían que trabajar durante diez horas en una cantera
de Mármol y una mina de cobre, podían ducharse con agua caliente, recibían
varias comidas al día y dormían sobre algo que podía llamarse cama.
Huang
Chang el propietario del negocio, sabía que el trabajo en la cantera
dependía de que la condición física de los prisioneros fuese aceptable, así que
procuró asegurarles algunas condiciones.
Mei Ling, que significa “Hermosos destellos de piezas de jade", es la hija de
diecisiete años de Huang Chang, trabajaba en el campo como intérprete. Horacio quedó prendado de ella nada más verla, pero, lógicamente,
en su estado sabía que ella nunca se fijaría en él. Desde aquel momento, se
propuso, en la medida de sus posibilidades, recuperar la imagen de lo que era:
un joven de veintitrés años.
Tras varias semanas, y ya con mejor pinta,
comenzaron a saludarse, risas, miradas… y de las tertulias a los encuentros
furtivos.
Cuando llevaban un año de relación y los
encuentros ya eran diarios, Horacio
fue trasladado a un campo en Jiangsu,
cerca del Mar Amarillo, a unos
cuarenta y cinco kilómetros de distancia de su amada. Aquello parecía el fin… pero no
fue así.
Las condiciones del campo eran muy
parecidas al de Nangan Liang, pero sin Mei Ling.
Horacio tenía que volver a verla.
Ejerciendo su antigua profesión de peluquero, se ganó la confianza de los
chinos y tuvo cierta libertad de movimientos que le permitieron conocer al
detalle la seguridad del campo. Cuando tuvo preparado un plan de huida, y
gracias a otros prisioneros que trabajaban en el exterior, consiguió
comunicarse con Mei Ling para citarse con ella en el bosque detrás de las
canteras. Llegado el día de la fuga, y con la complicidad de sus compañeros del
campo y los que transportaban las mercancías, huyó y consiguió reunirse con Mei Ling.
Después de los correspondientes abrazos,
besos, lágrimas… y lo que el lector pudiera imaginar, Mei Ling
le dijo que tenía que escapar, pero ¿adónde? El lugar más cercano en el que
podría sentirse seguro era en la isla TriTob
—país neutral— que se unía a la isla donde ellos estaban por un inmenso puente
de cuatrocientos veinte kilómetros. Se olvidaron de ese tema y decidieron que Horacio huiría cuando pudiese
para ir a verla… y así lo hicieron.
En las siguientes citas, y para alegría de
los compañeros que le ayudaban a escapar cada noche, Mei Ling
llevaba frutas, verduras e incluso una radio que les permitió conocer día a día
el rumbo del conflicto.
El 24 de mayo de 1945, los prisioneros del
campo fueron liberados y Horacio feliz
podría casarse y hacer su hogar allí con su gran amor, cosa que no sucedió, fue
repatriado a Venezuela.
Volvió a Puerto Cabello y durante algunos
meses siguieron mandándose cartas y preparando su reencuentro hasta que Mei Ling
dejó de escribir… falleció mientras daba a luz al hijo de Horacio, nacido muerto.
Horacio
no pudo rehacer su vida amorosa, siempre tuvo el vivo recuerdo de su amada y
del hijo que no llego a nacer.
Siguió su vida y montó una peluquería, poco
más tarde una empresa de transporte, y así pudo salir adelante……tiempo después
consiguió a Haroldo que se había creído
muerto en batalla, este se había escondido con la ayuda de algunos indígenas Wayúu que lo acogieron como otro mas
de la tribu, hasta que ceso el conflicto y cuando la República China desapareció totalmente de Venezuela el pudo regresar a su hogar
con una esposa Wayúu y sus siete hijos.
Ya Horacio
no estaba solo, ya tenía familia nuevamente y los sobrinos llenaban en parte la
ausencia de los que nunca tuvo.
Un día estando Horacio en su empresa de transporte, realizando su trabajo de
rutina, de repente sintió un dolor intenso en el pecho, recostó su cabeza sobre
el escritorio, allí se quedo por un rato hasta que le pasara el dolor.
Luego escucho una voz que él muy bien conocía
que lo hizo alzar su cabeza rápidamente, era ella!!!! Su siempre amada Mei Ling,
quien estirando la mano le dijo a Horacio:
“Ven, acompáñame, esta vez ya nadie nos separará”.
Un brillo inmenso cubrió los
ojos de Horacio, al fin vivirían
juntos ese amor furtivo mas allá de la eternidad.
Horacio
moría de un infarto al miocardio que se produjo por la presencia de un coágulo en una de sus arterias que
impidieron la circulación de la sangre en esa arteria enferma, que en realidad el
ni se imaginaba que tenia una arteria dañada, pues nunca necesito de exámenes
ni de citas al medico, él estaba bien, eso decía.
Los trabajadores que lo
vieron sin vida dijeron que en su rostro había un destello de paz, de alegría y
una sonrisa dibujada en sus labios, algo así como que si Dios lo hubiese venido a
buscar…!!!
Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco
Inspirada en novelas, libros, peliculas y anécdotas de historias similares donde el principal ingrediente es el amor.
Copyright ® 2014 Grísseld Lecuna García
http://www.autoreseditores.com/libro/3712/grisseld-lecuna-garcia/la-fantasia-escrita-en-unos-cuantos-cuentos.html
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Excelente narrativa. Felicitaciones sinceras Gri. Bueno, ya tengo una amiga escritora de novelas.. Un abrazo...!!!
ResponderEliminarGracias mil, mi amigo.....Un abrazo....
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