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jueves, 18 de septiembre de 2014

LAS TRES LEYENDAS URBANAS MÁS CONOCIDAS EN TODO EL TERRITORIO VENEZOLANO

En Venezuela existen tres leyendas conocidísimas y a la vez muy  espeluznantes, cuyos espantos pertenecen no solo al folklore nuestro sino de Hispanoamérica toda, así tenemos por ejemplo, que en Colombia al Silbón le llaman el Silbador, a la Sayona, en México y otros países latinos le dicen La Llorona. Y también muy conocida es el ánima Sola.

Si bien estas leyendas cuentan muchas variantes, los hechos medulares son siempre los mismos.


Estas tres leyendas urbanas aparecen en cualquier sitio del territorio venezolano, y Puerto Cabello no escapa de ellas.




Su aspecto: Se representa como una mujer de largas cabelleras y atractivo rostro. 

El anima sola, tiene la finalidad de hacer daño por efecto psíquico u  otros medios de manipulación de terceros.

Origen: Ella cobra las velas de las animas benditas, todavía por estos tiempos se acostumbra pedirle favores a ellas y estas casi siempre le concede los favores a cambio de que se tengan prendidas cierta cantidad de velas durante un tiempo antes prometido. 

De no cumplirse con esta contra prestación de los devotos, dicen que esta anima se encarga de cobrarlas, no dejando dormir a la persona, la mantendrá inquieta solo para recordarle la deuda de una manera tenebrosa.  

La gente devota de las Ánimas del Purgatorio, le colocan todos los lunes una vela blanca.

Y si por casualidad se le olvida, allí estará el Ánima Sola para recordársela.


La Sayona

Su aspecto: Se representa como una mujer de pueblo, de cabellos largos y sueltos, bata larga de noche, perturbada, llorando y buscando a sus hijos.

El desgarrador llanto de esta aparición perturba las madrugadas venezolanas. Está condenada a pasar todas las noches penando por sus hijos, a los que mató por error. 

Origen: Existen dos leyendas sobre el origen de esta; una de ellas es que supo que su esposo la engañaba con su propia madre. En venganza, ella la encierra en la casa y le prende fuego, sin darse cuenta de que sus hijos también estaban dentro.

Desde entonces vaga persiguiendo hombres. Para quien la encuentra, ella se convierte en presagio de un destino terrible.

La otra leyenda dice que era una mujer Española, que vivió durante la Colonia en un pueblo del llano y tuvo varios hijos con un indígena.

Sus hermanos se enfurecieron pues, en aquel entonces decían que los indios no tenían alma y eran considerados animales, seres inferiores, de origen diabólico.


Sus hermanos mataron a sus hijos y la casaron con un español.

Pero la pobre mujer enloqueció, y se escapaba en las noches de su casa. Vagaba por los campos, llorando y lamentándose tristemente por la muerte de sus hijos. 

Los campesinos se angustiaban al oírla. Al poco tiempo murió de pena, pero los campesinos aún la escuchan.

Algunos hasta la han visto arrastrando el peso de su tristeza por los campos de toda Venezuela. 



Su aspecto: Se representa como un hombre joven, alto y flaco, de unos seis metros de alto, que carga en su espalda un saco de huesos.

En la madrugada se oyen los aterradores silbidos que espantan hasta al más recio. Cuando se escucha cerca, está lejos, y cuando lejos lo oyes, es que esta mas cerca de lo que crees

Origen: es un personaje legendario de Los Llanos; descrito como un alma en pena, aunque dicen que aparece por Borburata y San Esteban Pueblo.       

La leyenda del Silbón habría surgido a mediados del siglo XIX. Es una de las apariciones más temidas; ya que fue condenado por su propia madre, luego de haber asesinado a su padre y comido sus vísceras.

La historia (una de sus tantas versiones), dice que este fue un hijo muy mimado, no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado.

Su Padre se fue de cacería para complacerlo, pero este tardaba mucho en regresar. En vista de eso, el muchacho se fue a buscarlo, al conseguir a su padre y ver que no había cazado nada, lo mató, le saco las vísceras y se la llevo a su madre para que las cocinara.

Como no ablandaban, la madre sospechó que eran las “asaduras” de su marido; preguntándole al muchacho, quien confeso la verdad. De inmediato su madre lo maldijo para toda la vida.

Este hombre sobrenatural carga en su espalda un saco de huesos, y advierte su llegada con el sonido del choque de la osamenta en el costal. Dicen que al llegar a una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta uno por uno los huesos; si no hay quien pueda escucharlo, un miembro de la familia muere al atardecer.

El recuerdo y mención de lo sucedido libra a las personas de ser atacadas por este espíritu errante conocido como el silbón.


Grísseld LecunaG/Bavaresco


Fuente:
Lecuna García, Grísseld. Mi Puerto y sus Leyendas Urbanas.
                     Contada por gente como uno. Pags. 50  al 57
                     Fondo Editorial carabobo






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