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lunes, 16 de febrero de 2015

EL ADULTERIO MAS BOCHORNOSO DEL OLIMPO

Del blog de Laura Sánchez, “Volver a Grecia” extraje esta singular y apasionante historia que espero les guste ya que como estamos en la semana del amor y la amistad, nada mejor que los tormentosos  amoríos de Ares y Afrodita, el cual protagonizaron el episodio de adulterio más bochornoso de todo el Olimpo.


Afrodita y Ares
Afrodita y Ares eran de entre los Olímpicos los que más sujetos estaban a los arrebatos de la pasión, por eso su unión se convirtió en inevitable. Sin embargo, se trataba de una unión ilegítima, pues Afrodita estaba casada, muy a su pesar, con Hefesto, el dios herrero, el cojo, el dios imperfecto.

Hefesto sabía de los escarceos amorosos de su esposa con otros, casi siempre mortales, y nunca le preocuparon porque, siendo como era Afrodita la diosa del deseo, lo tomaba como parte de su quehacer divino. Pero cuando se enteró de que Ares no sólo estaba en su lista de amantes, sino que era con mucho el preferido de Afrodita y que incluso habían tenido hijos juntos, decidió que era el momento de darle a su esposa un escarmiento. 

Afrodita


Afrodita surgió de la espuma del mar cuando Cronos cortó los genitales de Urano y éstos cayeron al océano. 

El nacimiento de Afrodita (Venus)
De esta manera nació la más hermosa de las diosas y navegó, acompañada de palomas y gorriones, en una concha marina hasta llegar a la isla de Chipre.

Como diosa del deseo, la única función de Afrodita consistía en hacer y propagar el amor. Cuentan que en una ocasión Atenea la encontró tejiendo en el telar y fue a quejarse a su padre Zeus porque Afrodita se estaba entrometiendo en sus dominios. Desde esa ocasión nunca más volvió a tejer. Se dedicó a repartir amor y deseo entre los mortales y también entre los dioses, cayendo en numerosas ocasiones víctima de sus propias artes. Pero aunque sus amantes fueron muchos, el lugar central lo ocupaba el dios de la guerra. 

Ares

Ares era el dios de la guerra, de la guerra cruenta. Hay que especificar, puesto que la diosa de la guerra estratégica era Atenea
Este dios hasta el extremo conflictivo resultó paradójicamente el símbolo de la justicia ateniense. Ocurrió en una ocasión que Ares asesinó a un hijo de Poseidón porque había violado a su hija. Poseidón se quejó y los dioses celebraron el primer juicio de la historia reunidos en una colina que desde entonces recibe el nombre de Areópago, es decir, la colina de Ares, y que fue el centro de la vida política de la Atenas del siglo V. 

Su vida en el Olimpo no fue fácil, ningún dios le apreciaba pues le consideraban especialmente violento y no acababan de entender su función en el universo Olímpico. Sólo Afrodita deseaba estar cerca de él, tal vez por lo que de violento es a veces el deseo. 

La trampa del amor
Helios y Hefesto
Los dos amantes se reunían siempre que podían en casa de Afrodita cuando su marido Hefesto no estaba. Esta extraña relación, ya que les unía un sentimiento de pasión y odio, tuvo su mayor atracción  cuando el matrimonio de Afrodita y el deforme Hefesto estaba en su declive. Hasta entonces él era el orgulloso marido de la hermosa entre las hermosas, pero quiso el destino que, para desgracia del laborioso y bondadoso Hefesto, Ares se prendase de Afrodita y que ésta le correspondiese. Su idilio duró  tanto que la paternidad de los tres hijos habidos durante el matrimonio con Hefesto correspondía en realidad a Ares. Estos hijos eran Deimos y Fobos, los dos escuderos que acompañaban a Ares en las batallas, y la gentil Armonía.
Un buen día Helios, el Dios del Sol, los vio en la cama y corrió a contárselo a Hefesto. El herrero forjó una red metálica invisible pero inquebrantable y la colocó de un extremo a otro de su cama esperando la oportunidad de vengarse.
En la siguiente ocasión en que Ares y Afrodita se encontraron en el lecho se vieron atrapados por una red invisible de la que no podían escapar. Hefesto convocó a todos los dioses para poner en evidencia a los adúlteros, pero según lo cuenta Homero en la Odisea, no se sabe bien quién pasó más vergüenza, si los amantes descubiertos o el marido engañado. Se formó un escándalo monumental: Hefesto exigiendo la devolución de la dote, los dioses carcajeándose y más de uno deseando ocupar el lugar de Ares.
El Juicio
Finalmente Poseidón intercedió en favor de los amantes ofreciéndose a pagar él la dote con la intención de ganarse las simpatías de Afrodita, algo que consiguió. Y con el mismo objetivo Hermes intervino para suavizar los ánimos obteniendo el agradecimiento de Afrodita en forma de un hijo, Hermafrodito.

Como era de esperar, la relación de Afrodita y Ares no terminó en este episodio sino que se consolidó. Los hijos nacidos de esta pareja, de la violencia y del deseo, no podían ser otros que el Terror, el Miedo, la Harmonía y por supuesto el aclamado Eros.

Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco
 http://ares-el-dios-de-la-guerra.blogspot.com/2013/03/blog-post_19.html

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