En
una de mis cotidianas búsquedas en la red, encontré un cuento en Taringa.net, titulado
“El Camello atado“, de
Emilio Albo de Argentina, plasmado el 19 de Julio de 2011. Lo interesante del
caso (además del contenido), es que en estos cinco años que han pasado el
cuento ha sido alargado, mas especificado y hasta le han cambiado el nombre;
algunos lo titulan “El lazo invisible”.
También lo encontré en un blog de reflexiones de la vida, titulado “Los límites los impone la realidad o
nuestras creencias”.
Lo
cierto es que a pesar de que le han cambiado hasta el número de camellos
existentes, sigue siendo una excelente reflexión.
A continuación
el cuento, tal como fue escrito por su autor, al final algunos toques que le agregaron
los “otros autores”.
Una caravana que
iba por el desierto se detuvo cuando empezaba a caer la noche. Un muchacho
encargado de atar a los camellos se acercó al guía y le dijo:
-Señor tenemos
un problema; hay que atar a 20 camellos y sólo tengo diecinueve cuerdas, ¿Qué hago?-
- Bueno- dijo el guía, -en realidad los camellos no son
muy lúcidos. Ve donde está el camello sin cuerda y haz como que lo atas. Él se
va a creer que lo estás atando y se va a quedar quieto.-
El muchacho así
lo hizo. A la mañana siguiente cuando la caravana se puso en marcha, todos los
camellos avanzaron en fila, todos menos uno.
-Señor, hay un camello
que no sigue a la caravana.-
-¿Es el que no
ataste ayer porque no tenías soga?-
- Sí, ¿Cómo lo
sabe?-
-No importa, ve
y haz como que lo desatas, si no va a creer que sigue atado; y si lo sigue creyendo
no caminará.-
Hasta aquí el cuento original. De aquí en
adelante la moraleja, inspiración de los otros autores:
Muchas
veces nosotros pasamos por lo mismo que el camello de esta historia. Alguien
pudo atarnos con algo que no existe.
A veces creemos lo que nos dicen y permitimos que
nos dejen quietos, atados a complejos e ideas falsas acerca de nuestra
capacidad, de nuestros dones y talentos.
Nos quedamos quietos en un lugar
inmovilizados por algo que no existe y perdemos oportunidades, dejamos que la
vida se pase sin que podamos cumplir nuestro propósito.
¿Tienes sueños? Ve por ellos, ponte de pie y empieza a
caminar, sal de la zona donde te has quedado esperando que alguien desate esa
cuerda inexistente.
Dios preparó cosas buenas para ti desde hace mucho tiempo,
pero debes levantarte.
Nota del autor al ver que su cuento había sido viralizado en
la red:
"Este cuento lo escribí hace 5 años más o
menos, y ahora lo veo en una web. Se trata ilustrar de qué forma los límites no
los impone la realidad, sino nuestras propias creencias. Somos como el camello,
atados sin cuerda a nuestra mente".
Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco
Fuente:
Para conocer los cambios efectuados al cuento; estos son los
link.
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