Llegó a mi whatsapp un articulo que me pareció interesantísimo y aquí lo
coloqué para que los que no la conocieron (y los que si también), sepan un
poco mas a fondo su significado y manejo.
Esta es mi locha del año 1958 |
Dentro de tantas monedas que pasaron por las manos de los venezolanos, esta reminiscencia monetaria especial ya
inexistente (desde hace muuuchas lunas), llamada la "Locha", es la que me
trae a conversar por medio de su autor doctor Arlán A. Narváez-Vaz, quien publicó este artículo en el diario 2001, el 29 de octubre de 2017.
Sobre esta vieja moneda venezolana, la
cual conozco, ya que tengo una de recuerdo del año 1958, pues, cuando comencé a
ver el significado del dinero, ya no existían en el mercado; pero sin mas, aquí
les dejo este interesante articulo, espero lo disfruten.
Desde que tengo memoria, recuerdo que en 1972, las monedas eran de
cuproníquel como:
*la Puya*, con valor de 5 céntimos y
*la Locha*, con valor de 12 ½ céntimos) o de plata como
*el medio*, con valor de 25 céntimos;
*el real*, con valor de 50 céntimos,
*el bolívar*, con valor de 100 céntimos, también había
*la peceta* con valor de 2 bolívares y
*el Fuerte* o Cachete, de 5 bolívares).
Un bolívar, un real y un medio |
Siempre me dio curiosidad el valor tan singular de la locha (12 ½
céntimos) y como mi papá sabía mucho de casi todo lo que le preguntara de niño,
me explicaba con mucha naturalidad que era la mitad de un medio (Bs 0,25) y que
el medio se llamaba así porque era medio real, de manera que una locha era un
cuarto de real y por eso le decían también cuartillo.
Mi pregunta siguiente, quería encontrar respuesta a por qué la referencia
era:
El real y no el bolívar completo y él pacientemente me relataba
que se trataba de una costumbre que venía desde tiempos de la Colonia; pero,
para tratar de rescatar la predominancia del bolívar, me explicaba que la
Locha se llamaba así porque como valía un octavo de bolívar y, como anteriormente
a un octavo le decían ochavo, todavía el diccionario de la RAE incluye esa palabra,
a la moneda la llamaban “la ochava” y como al decirlo sonaba “lochava” , para
abreviar ese nombre pasaron a llamarla simplemente “Locha”.
La locha |
Como dije antes, la Locha también se le llamaba cuartillo pero
solamente cuando se juntaba con un real, por ejemplo, era muy común oír
decir “real y cuartillo” , es decir 62 ½ céntimos de bolívar.
Incidentalmente, recuerdo que en un programa, donde participé como parte del
equipo del Colegio, una de las preguntas que pesó para que le ganáramos a
nuestros contrincantes fue:
¿Cuántos céntimos son real y medio y cuartillo?, a lo que respondimos de
inmediato: 87 ½ céntimos.
A pesar de su valor tan pequeño, la Locha, tenía mucha aplicación y de allí
han derivado expresiones que aún se usan. He aquí algunos ejemplos:
Algunas de las monedas ya inexistentes |
“Pan de a Locha”, ya que
durante mucho tiempo así se le decía a una pieza de pan, de tamaño equivalente
a media canilla, también llamado “pan francés”.
“Me cayó la locha”, expresión
que hoy se usa para decir me cayó o llegó el sueldo.
Para entender su uso original hay que saber que en
las fuentes de soda o bares habían unos aparatos llamados Rockolas que tenían
un discos de vinil de 45 ½ revoluciones, con las canciones de moda (una por
cada lado del disco).
Para oír la que uno quería había que meter una Locha
y, como a veces no caía bien por la ranura, cuando lo hacía y empezaba a tocar
la canción seleccionada se solía exclamar “¡Me cayó la Locha!”.
Otro dato curioso era:
“La pregunta de las 64 mil Lochas”
5 Bolivares |
A principios de la década de los años 1960 hubo un programa de preguntas
donde a cada concursante se le formulaban hasta 5 preguntas, la primera de las
cuales premiaba con 4 mil lochas (500 bolívares) si decías la respuesta correcta y las
preguntas sucesivas con 8 mil, 16 mil, 32 mil, hasta la pregunta final,
muchísimo más difícil que premiaba con 8 mil bolívares, es decir “64 mil Lochas”.
Hoy se usa esta expresión para calificar una pregunta con respuesta muy
difícil de obtener.
“La lucha por la Locha de la leche”
Las Puyas |
En aquellos tiempos los precios eran tan bajos y la locha tan útil que la primera vez que fui a Margarita, cuando me compré mi primer carro
en 1967 (un VW escarabajo de 1960 por el que pagué 3 bolívares de los de hoy),
y me aventuré con mi compañero de estudios Orlando Pirona en ese viaje, con los
bolsillos vacíos, pudimos subsistir porque allá podíamos comprar 2 empanadas de
cazón por una locha.
Grìsseld LecunaGarcia/Bavaresco
Fuentes:
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