domingo, 5 de noviembre de 2017

LA VENGANZA DE LA BALA, UNA HISTORIA REAL.

Henry Ziegland era un acaudalado e importante hombre en el negocio maderero tejano; En 1883 ya alcanzada una edad madura y después de varios años de noviazgo y romanticismo, toma la decisión de casarse y entablar una familia con su novia. Una joven muchacha, quien Henry se había encargado de seducir años atrás, y la cual se sentía no solamente muy enamorada, sino también muy feliz de haber conseguido un futuro gran esposo quien la podría mantener en un alto estatus económico y social.
Honey Grove, Texas.
Llegado el gran día de la boda, Henry completamente atemorizado decide no casarse y poco le importó la humillación pública que podría recibir su novia; la dejó plantada en pleno altar y no dio respuesta alguna. La joven novia completamente afligida, humillada, con el corazón destrozado y viéndose que era el foco de todas las críticas y comidillas de Honey Grove, decidió quitarse la vida.
El hermano de la recién fallecida joven, juró venganza y tomando su arma de fuego fue a encarar a Henry. Lo encontró en una de sus tierras y sin mediar mayor diálogo le apuntó a su cabeza y disparo. 

La bala le rozó el rostro a Henry causándole heridas superficiales y siguió su recorrido para incrustarse en el árbol que se encontraba a su espalda. El tirador observando al maderero en el suelo y con el rostro ensangrentado, pensó que lo había matado y se fue inmediatamente del lugar; posteriormente terminaría de igual forma que su hermana, suicidándose.

Señalando el lugar de la bala incrustada
Toda una tragedia, no cabe duda, un hecho lamentable que dejó impune al empresario de la madera Henry Ziegland, quien después de aquel día, pudo respirar tranquilo sin carga alguna sobre su mente, y así prosiguió con su vida.
En 1903, cuenta la historia y el pueblo de Honey Grave que los negocios devolvieron a Ziegland al pueblo, 20 años después de aquel lamentable suceso. Él tenía como empresa la tala de los árboles del bosque y así quedarse con la madera.
La casualidad, el destino o quizá el propio Lucifer, puso a este hombre frente a frente con el mismo árbol donde un joven intentó matarlo 20 años atrás. Allí estaba Henry en el mismo sitio del atentado; haciendo remodelaciones de su terreno, y de repente toma la decisión de tumbar el árbol que tenía como recuerdo de ese fatídico día, la bala que iba dirigida hacia él.
El árbol de corteza dura y amplio tronco no resultó fácil quitarlo de su sitio; y decide dinamitarlo; le pone una carga bastante pesada, acciona el detonador y la explosión ocurre. 

Lo que no sabía Henry era que el destino había tejido la más sutil y cruel de las casualidades, porque cuando estalló el tronco del árbol, en medio de esas astillas iba también una bala que llevaba su nombre. Así fue y sin que se diera cuenta, en apenas unos segundos yacía en el suelo, sin vida y con la sangre brotando de su cabeza, provocada por una bala que llevaba 20 largos años aguardando pacientemente para cumplir con su trayectoria de completar la venganza del hermano de la novia que había abandonado en el altar.
Grísseld LecunaGarcia/Bavaresco
Fuentes:



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