viernes, 27 de noviembre de 2020

EL RECORDADO CLUB LOS RIVALES

Con la ayuda de mis vagos recuerdos de infancia, la super lúcida mente del tío Monchi (Ramón Páez Hernández), y todo aquel que me regaló un poquito de su conocimiento, consciente e inconscientemente, he podido llegar a buen termino con este artículo que por algún tiempo había querido realizar.

Comencemos así con este hermoso y significativo viaje del recuerdo para todo ese porteño que vivió y disfrutó de aquel legendario club.

Calle Plaza. Primera sede del club (donde señala la flecha)

Sus inicios
Conocido por algunos como el rival del club Recreo (de allí su emblemático nombre), Los Rivales fue un club social y deportivo para la gente menos exigente, en la que podías entrar sin necesidad de usar corbata como lo exigía el Club Recreo.


Se funda en una señorial casona ubicada en la calle Plaza, frente al Colegio Sagrado Corazón de Jesús, el 1º de abril de 1922, el cual permaneció en ese local hasta principios de los 40, cuando se muda a la Urbanización Rancho Grande, donde su edificación de moderna arquitectura (Art Deco), muy hacia la futurista década de los 50's, abarcaría buena parte del centro de una parcela de más o menos 1200 mts. de largo por 40 mts. de ancho. 


Ubicada en su frente por la Av. Bolívar (hoy se encuentra el Colegio Universitario de Administración y Mercadeo CUAM), y dando su parte trasera hacia la calle principal de la Urbanización Tejerías.

Ese terreno pertenecía a Alfredo Lameh quien acordó con los entusiastas promotores del proyecto, un precio de mutuo interés para las partes.

 Primeros Miembros
Recuerda Tío Monchi algunos miembros iniciales, entre ellos se encontraban; Alfredo Lameh, Eduardo Dao, César Dao, Jonás Pariente, José Vicente Monasterio, los hermanos Chicho y Arturo Pardo. 

Accion a nombre de Antonio Pizzolante 

Así también fueron pioneros; Juancho Senior Padre, Andrés Vigas, N.D. Dao, Oscar Dao y varias decenas de personajes cuyos nombres se le escapan de la prodigiosa mente de Monchi.     

Nueva Sede
El nuevo edificio se inauguraría a principio de los 40, (1942), cuando el club cumplía 22 años de fundada. En aquel entonces, se inicio la semana inaugural con campeonatos de bolas criollas, que para ese momento estaba causando furor en nuestro país. 

                    Equipo Mueblería Silveli: Humberto Velasco, Luis Franco, La madrina                                            Hilda Lecuna,Enrique Guanipa, Guaicaipuro Hernandez,
 Eli Lecuna y Silverio Rodriguez

Así hubo equipos tanto de la casa, como invitados. Se recuerdan, Los Rivales, La Villa de Caracas, La fauna, Aliados, Mueblería Silveli, La Romana, La V, Los Trece, La Navegación, entre otros.

Comite de Damas del Club deportivo y Social La "V"
Se realizaron actividades de mesa tales como dominó y cartas, campeonatos de billar y pool, entre otras variedades. 

El sábado se realizó la gran fiesta de gala y el domingo la verbena, dando así por finalizaba la semana inaugural.

El equipo La Fauna; Carlos Piccardo, Julian Alvarado,
Tio Oswaldo Lecuna, Tabaquito Zambrano, entre otros.

Aparte de los campeonatos de bolas criollas, tanto masculinos como femeninos, se podían dar varias partidas de dominó simultaneamente, lo mismo  que ajustar una ronda de billar.

Iniciando el campeonato, la madrina ganadora,
 Hilda Lecuna,  procede a lanzar el mingo

Con respecto a las damas, estas hacian campeonatos de Domino Tapado, donde participaban dos señoras que nunca nadie les pudo ganar; ellas eran Yolanda Galindez y Carlota Páez,  quienes llegaban invictas a la final de todos los campeonatos que se efectuaban en el club. 

Las otras damas que fueron fuertes contrincantes eran las esposas de  Jesús Ramirez y Raúl Marcano.

Una verbena en el salón al aire libre
Las verbenas eran fabulosas y en cualquier época del año, ya sean de beneficencia, de pro graduación tanto para el Liceo Miguel Peña, como para el Instituto de Comercio (después se convirtió en Ciclo Básico Común Simón Rodríguez), con rifas, comidas, bazares, minitecas y música en vivo, o de cualquier movida en que los porteños se le antojara celebrar, ya que era el club del momento.

En realidad, esta nueva sede de LOS RIVALES vino a  ampliar el horizonte para el solaz y esparcimiento de los porteños de visión futurista. 

Fiesta en el salón central
Siempre en constante actividad; quince años, bautizos, matrimonios, era allí en sus salones donde se efectuaban las galas. También las empresas realizaban sus fiestas de fin de año o de aniversario.

Otros clubes cuyas sedes no eran aptas para fiestas por lo pequeño del lugar, alquilaban entonces los salones o este se les cedia para sus grandes fiestas de gala. Para nombrar algunos, tenemos al Club Social La Copa, el Club Deportivo y Social La V, entre otros. 

Un espacio para La Copa

Este Club Social La Copa, se inicio el 15 de Octubre de 1949, por un grupo de jóvenes porteños con edades comprendidas entre 19 y 24 años, que fijaron su sede en el local del propio restaurant del Señor Ballesteros, un ex torero español que transformò, donde antes era la sede de Los Rivales, en un elegante restaurant con menú internacional, pero era famoso por su Paella como plato bandera.



Los miembros iniciales fueron;  Raùl Baptista, Humberto Velasco,  los hermanos Eli y Oswaldo Lecuna, Silverio Rodrìguez, Luis Garcès, Raùl Marcano, Julio Brandt, Reyes y otros jóvenes del jet set porteño.

Estos jovenes perseguían con la fundación de su nuevo Club, imprimirle aires de renovada y pujante modernidad a la sociedad porteña. 


No sè si lo lograron, teniendo en cuenta que el proyecto feneció pocos años después de su fundación. 

Lo que si sé es que ese grupo de amigos y compañeros, decidieron luego, pertenecer al famoso club porteño. 

Descansandito un domingo

Los domingos, cuando no habia verbena y despues de un sabado de fiesta, podías llegar al club y entre mesas, sillas amontonadas, vasos y platos regados por el suelo (sintoma de que fue una buena noche), iniciabas tu conversa con los miembros allí presentes sobre el dia anterior o simplemente charlabas de cualquier cosa en tanto libabas una bebida espirituosa servida por el mesonero del bar.

Manuel Prado, Roberto Montesinos y Humberto Velasco.
Al fondo sillas y mesas amontonadas

 
Pero si lo que querías era descansar, podías sentarte en un rincón de la amplia sala central a escuchar la narración de un juego de beisbol o de futbol.

Tambien podias escuchar o ver un combate de boxeo, un noticiero o simplemente dejarte caer en una cómoda butaca para leer la prensa. 

Sancocho en los domingos familiares

Los domingos familiares no podian faltar, donde se disfrutaba de las bolas criollas, del dominó, las cartas y el fabuloso sancocho o carne asada.

Las Orquestas y sus Cantantes

Las agrupaciones más famosas de Venezuela se daban cita en las espectaculares fiestas porteñas; allí se disfrutó de la Orquesta Sans Souci, Luis Alfonso Larrain, Los Hermanos Belisario, Filo Rodriguez, entre otros. 

Orquesta de Luis Alfonso Larrain
Posteriormente en los 40's llegan la Billo's Caracas Boys y Los Melódicos. También aseguraban su sitio, Chami Martinez, Pirela y sus muchachos, el súper combo Los Tropicales y Porfi Jimenez.

Se escuchó, ademas, el Gran Combo de Puerto Rico, Celia Cruz y a Cheo Feliciano estrena
ndo la cancion dedicada a Venezuela, "Salsaludando".

Me comentó Edgar Lampe, que en una de las estrofas èl dice "saludo a Puerto Cabello" y ese club casi que se venía abajo de la euforia y alegria de escuchar el nombre de nuestra ciudad en una canción de ese gran cantautor puertorriqueño.

Y asi esa melodía se convirtió para algunos porteños amantes de la salsa, en un himno por allá por 1976.
 
Porfi Jimenez y su orquesta
Y si de Carabobo se trata, estuvimos dignamente representados por Los Cromáticos, Los Porteños, Los Kelly, Página 2000 y Los  Terrícolas que en las fiestas de carnaval de 1969 y 70, donde mi hermana Mariela fue la reina por 2 años consecutivos, ellos fueron los invitados de honor.

Los Terricolas
Para ese entonces Los Terricolas eran la gran sensación por sus baladas románticas. 

Ellos tenían en su repertorio, aparte, una melodia que se salía del contexto musical que los caracterizaba; era la melodia del norteamericano Bill Withers, "Ain't no sunshine" que estaba muy de moda en ese momento, la entonaba Nestor Daniel y Freddy Fuentes se lanzaba un sólo de guitarra que provocaba la euforia en algunos jovenes de ese momento.

La Orquesta Los Porteños

Grandes fiestas y festivales bailables se llevaron a cabo en sus salones a través de los tiempos, como aquel agasajo que se le ofreció a principios de 1953 al entonces Presidente de Venezuela, General Marcos Pérez Jiménez con la animación de la Billo's Caracas Boys. 

Felipe Pirela cantando con la Billo's

Y se recuerda tambien con la Billos, la primera vez que Felipe Pirela canto la melodía (ahora himno), "Mi Puerto Cabello" conjuntamente con su autor, el porteñìsimo Italo Pizzolante. 

A partir de ese momento Billo Frometa entraría en conversacion con Italo para introducir esa hermosa canción en su repertorio.

Los Carnavales

En su memoria, Alberto Sosa Olavarría, recuerda el festival del cocotero, fiesta de la época de carnaval, donde decoraban el club con palmas de cocoteros, se tomaba whisky con agua de coco, habían dulces y comidas elaboradas a base del fruto en cuestión, y se amenizaba con grupos de musica caribeña.

 Fidelina Rojas, Maria Herminia Rubio, Carmen Fuentes,  Naomi Liborius,
 Rosalia González, Humberto Biasuto,  Eduardo Sosa, Reinaldo Lucarte ,
José Luis Carreño,  Ylsia Perez,  Alberto Sosa Olavarria,  Josué Fernández. 


En su amplio salón central se efectuaban las alegres fiestas carnestolendas, cuyo baile se hacía los sábados en medio de disfraces de fantasía y numerosas comparsas.

Milagros y Juan Jose Guanipa  


El Presidente del club era el encargado de coronar a la reina, escogida ésta en aguerrida competencia. 

Con el reparto del esplendido cotillón aumentaba la alegría. 

El enorme salón se llenaba de serpentinas, papelillos, sombreros y antifaces adornados con plumas y lentejuelas, mientras que la algarabía de los pitos y matracas se confundían con los acordes de la orquesta.

Aurora Nuñez con su
disfraz de reinita

Se podía apreciar de una inmensa variedad de disfraces, los clásicos de siempre: Zorro, Caperucita Roja, Peter Pan, La China, Superman, de Reinas, Indios y Vaqueros. 

Las comparsas de los Diablos, los Romanos, Los Griegos, los Presos y los Marineros. 

Las carrozas apoteósicas de la Armada, la de la empresa Las Llaves, que una vez que desfilaban por las calles porteñas, llegaban al club. 

Y
Enrique Lecuna Diaz
 las comparsas de negritas no podían faltar, pues eran todo un misterio el querer descubrir quién se escondía tras esa máscara que te preguntaba al acercarse: ¿A que no me conoces?, ya que podía sorprender, pues, no importaba el sexo, hombre o mujer se trajeaban de "Negrita Cucurumbe".

Se recuerdan como reinas del club para el año de 1960 a la Nena Tovar (Estrada), en 1961 a Oly Henriquez Barone, a Mariela Lecuna Garcia quien lo fue para los años 1969 y 1970.

Noches de carnaval. Jacqueline Velasco, Norma Lecuna y mi Papa
disfrazado de Yeyo, el de la tele..de alli uno de sus tantos apodos

Tambien fueron reinas; Ilse Maduro Ghersi, Maritza Rosales, Nancy Rubio, Zoraida Amador, Judith Vigas, entre otras.

Para la coronación, la fiesta se celebraba los sábados; mientras que para la de la reina infantil dicha coronación se efectuaba los domingos. 

Carolina Vargas llegando al club para ser coronada
como reina infantil de los carnavales de 1969


En 1968, la reina infantil fue Elsy Colmenares, en el siguiente año (1969), quedó Carolina Vargas Caliman y en 1970, lo fué Lotmar Marin.

Su edificio

La edificación contaba con dos amplios salones (uno techado y el otro al aire libre), con 1 sala para billar y 2 de pool.

Contaba también, con 4 canchas de bolas criollas, una de basquet/voleibol, salón de la directiva, parque infantil, bar, sala de entrada, un espacio para hacer parrillas y al fondo todavia quedaba terreno.

Carolina I y su cuadro de honor

Dotado de una inmensa terraza donde se podía ver de un costado parte de la pantalla del cine el Tropical, pero que a mediados de los 70, fue clausurada por debilidad en su piso debido a filtraciones a causa del poco mantenimiento aplicado. 

Una de las canchas de bolas criollas y al fondo
la edificacion y su terraza
Aunque eso no fue problema para los chamos de la época que se colaban a través de la puerta de rejas (acceso a la terraza), donde saltaban por encima de los cables regados por todo el piso, para  asi poder asomarse y ver a mitad de pantalla, las películas censura C.

Hubo un tiempo, que los días viernes exhibìan películas con pase gratuito para sus miembros, llenándose así la sala de proyección. 

Otro angulo de una de las canchas de bolas
 criollas. Al fondo la cancha de basquet
Más de una vez hubo muchachos que se coleaban saltando la cerca lateral, ingresando con sigilo y agachados al salón de exhibición; así lo recuerda muy claramente el Tío Monchi quien fue uno de esos tremendos chicos. 

Recordando a sus trabajadores

El Club tenía muchos trabajadores para poder mantener el tremendo espacio límpio y con la atención que se merecían sus miembros e invitados. 

Es así como se recuerda a uno de los primeros secretarios, el Señor Marchena, responsable y atento.

Miembros del club en disfrute de las fiesras carnestolendas
Sin poder olvidar al empleado estrella, el Señor Viña, a quién no se le coleaba nadie cuando ejercía su digno oficio de portero. 

Otro muy recordado era Mister Charles, el encargado del bar, quien fue piloto de la 2da. Guerra Mundial y que al contar sus aventuras, captaba la atención de quienes se acercaban al bar para refrescarse con una cerveza o un refresco de horchata.

Y otros tantos que quedaron en la memoria de los porteños de esa época. 

Algunos de sus Miembros
En sus 50 años y algo más, que estuvo activo el club, pasaron  infinidades de Presidentes con su Junta Directiva, así pues, se recuerda al Sr. Arias Rivas como presidente en 1941, y su secretario era Alberto Coíman. En los años 60, estuvo el Dr. Jesús Ramirez y su secretario, Pedro Villasmil. En el 63 lo presidió Ramón Páez Hernández, encontrándose en la junta directiva mi padrino Humberto Velasco. Mi padre, Eli Lecuna, perteneció a la junta directiva del 69.  

Aníbal Dao, Tio Oswaldo Lecuna, Carlos Piccardo, mi padrino Humberto Velasco,
León, Arteaga, Palencia, Sarrameda y Ramón Páez .
Y recordando otros tantos socios, tenemos a mi Tío Oswaldo Lecuna, Antonio Pizzolante, Carlos Piccardo, Pedro Miguel Sánchez, Manuel Prado, Fortune Martel, Alberto Pernalette, Félix Kranwinkel, Igor Pérez Cantor, Enrique Guanipa, Ramón "Cabezón" Velásquez,  Roberto Montesinos, Julían "Oso" Alvarado, Sílverio Rodríguez.

También se recuerda a Freddy Cegarra, Raúl y Oswaldo Baptista, Luis Garcés, Luis Vargas Palermo, Gustavo y Luis Ramírez, Oscar Castro Duarte, Enrique Fitt, Guaicaipuro Hernández, Raúl Marcano, Tomás Aponte, Tomás Maduro, Manuel Pitcher, Luis Franco y tantos otros porteños que al igual que los nombrados sentian orgullo de pertenecen a ese club.

Tradición de tradiciones
Era costumbre entre los miembros, reunirse los 31 de diciembre, antes del cañonazo. 

La ceremonia consistía en  hacer dos filas de sillas dependiendo de los miembros presentes y sentados frente a frente, se formulaban con un brindis (champagne), los buenos deseos para el fructífero año que entraba.

Se agotó el tiempo de gloria

Se inicia la decadencia de uno de los mejores clubes porteños a finales del 70 principios del 80, dada la crítica situación financiera y económica del país (aparte de algunas diferencias personales entre directivas y miembros).

Ya comenzaba una nueva era, la competencia de nuevos clubes, de entretenimientos, mucha modernidad y aciertos que hicieron que el viejo club no pudiera aguantar tal cambio requerido.

Es así como la última directiva en conversación con los socios, deciden poner en venta sus instalaciones y el terrenos trasero, cerrándose así, un ciclo de esplendor en la sociedad porteña.

Y el tiempo se lo llevó, para algunos sólo son recuerdos simples; pero para otros, en sus mentes quedaron marcados los mejores momentos, aquellos donde se disfrutó, se bailó, se cantó, se enamoró,  se vivió entre risas y llantos una época de luces y fantasías, allí, en el siempre y recordado Club Los Rivales.

Grisseld Lecuna G/Bavaresco

Fuente:

Un agradecimiento inmenso para Ramón Páez Hernandez por su tremenda ayuda.

Gracias también a quienes sin saberlo me ayudaron con su granito de arena, ellos son:

Maritza Avendaño

Pedro Villasmil

Virginia Tello Kranwinkel

Alberto  Sosa Olavarría

Maria Elvira Blank

Omar Arráez Sivira

Belkys Gudiño Martínez

Anibal Valdez

Pepe Sabatino Pizzolante

Flora Teresa Senior Hoffmann

Edgar Lampe Oliveros

Nancy Salinas

Cora Alvarez


Fotos

Memorabilia Porteña

Oscar Mayenties Landa

Fidelina Rojas (la morocha)

Familia Lecuna García

Hermanos Guanipa Garcia

Aurora Núñez Andrade


Gracias, Gracias, Gracias.

Fotos


Oly Henriquez, reina del
Carnaval 1961
Maritza I, Reina del
Carnaval 1962



lunes, 16 de noviembre de 2020

DECIA FACUNDO

 Decía Facundo Cabral:

"La vida no te quita cosas: te libera de cosas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.

No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
No hay muerte… hay mudanza.
Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel,Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.
•Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas:
si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)… y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
•No estás deprimido, estás desocupado.
Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.

Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.

Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
•El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?.
“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír”

Grisseld LecunaG/Bavaresco


lunes, 2 de noviembre de 2020

EL NIÑO DEL TREN


❤
Todos los años, en el verano, mamá y papá acompañaban a su hijo en tren hasta la casa de la abuela.
Luego, regresaban a casa en el mismo tren al día siguiente.
El niño, cuando creció, les dijo a sus padres:
—Ya soy mayor, ¿qué dicen si este año intento ir solo donde la abuela?
Después de un breve debate, los padres estuvieron de acuerdo. Ahí estaban parados en el andén de la estación, saludando, dando las últimas recomendaciones desde la ventana, mientras el niño seguía repitiendo:
¡Sí, lo sé, lo sé, ya lo han dicho cien veces!
El tren estaba a punto de partir y el padre dijo:
Hijo, si de repente te sientes mal o tienes miedo, ¡esto es para ti! y puso algo en el bolsillo de su hijo.


El niño estaba solo, sentado en el vagón, sin padres por primera vez, mirando curioso desde la ventana.
Alrededor, extraños empujaban, hacian ruido, entraban y salían del compartimiento, el conductor hacia comentarios sobre el hecho de que el jovencito estaba solo, alguien incluso lo miró con pesar y de repente el chico se sintió muy incómodo, triste y temeroso.
Agachó la cabeza, se acurrucó en un rincón del asiento y las lágrimas comenzaron a fluir.
En ese momento recordó que su padre le había puesto algo en el bolsillo.
Con mano temblorosa buscó a tientas y encontró un papel, donde tenía escrito esto:
«Hijo, estoy en el último vagón».

❤
Es así como en la vida debemos dejar ir a los hijos, confiando en ellos, pero debemos estar siempre en el último VAGÓN, vigilantes.
¡CUIDEMOS DE NUESTROS HIJOS, MIENTRAS ESTEMOS VIVOS!

Autor Anónimo

Grisseld Lecuna Bavaresco