viernes, 22 de noviembre de 2019

PARA ELLOS, QUE HAN PARTIDO HACIA TIERRAS LEJANAS Y EXTRAÑAS


Siempre resulta difícil separarse de un ser querido, ya sea un familiar o un gran amigo. 

A veces somos un poquito egoístas; en este caso, es con relación a aquellas personas que aunque no quieran o no estaba en sus planes, deciden iniciar un nuevo y extraño camino que será el despertar de otras experiencias para su crecimiento integral o simplemente porque donde están, no encuentran una solución a su tan gastada situación; entonces sentimos, para los que nos quedamos, que nuestro corazón cada vez va perdiendo su forma habitual para convertirse en un triangulo, un cuadrado o un circulo, y es por cada pedacito que se van llevando con ellos y el vacío que va quedando en ese espacio donde antes había un completo corazón, que nos grita que no se vayan.

Pero, aunque existan algunos baches en ese nuevo camino, sabemos que es para su bien, y anteponemos el apego en pro del éxito de esta tan querida persona.

Es por ello que hoy les dedico un pedacito de mis sentimientos a todas aquellas personas (familiares y amigos), que han partido hacia otras latitudes, con mis mejores deseos, esperando que la mano amorosa y sabia de mi Dios, los acompañen en cada día de esa nueva experiencia y que en un pronto amanecer vuelvan esos pedacitos de mi corazón que cada uno se llevo, a unirse en esta tierra hermosa donde por primera vez vimos la luz del sol.

Grísseld LecunaG/Bavaresco
Puerto Cabello, 18 de noviembre de 2019    

jueves, 21 de noviembre de 2019

HABLANDO UN POCO COMO LOS LOCOS


Hoy hace exactamente una semana y unos días, en la que me siento casi, casi como en el Tibet, sin comunicación (sin TV por cable, sin Internet, sin Cantv, sin WiFi). Ha sido (y espero que no siga siendo) una semana en reunión con la naturaleza; escuchar el trinar de los pájaros, los ladridos de mi fiel Kristopher, el coro de mis gatos con su meow, meow cuando llega la hora de comer, el aire marino que roza mi cara cuando estoy en el balcón de mi casa tratando de alcanzar alguna señal para que mi gastado e inoperante celular lo capte y pueda enterarme de como esta la vida allá afuera…

He recibido en esta y la pasada semana, la visita de grandes amigos y familiares, en la que en charla de amena conversación disfrutamos el momento, es como si de pronto funcionara el internet o la televisión por cable. 

Pero que al marcharse vuelvo a mi claustro religioso, hablando con Papa Dios y haciéndole las preguntas que están en boga hoy dia: ¿Hasta cuando esta vaina? ¿Tan mal nos hemos portado que ni siquiera unas decentes y añoradas navidades podremos tener este año? ¡Coño, Papa Dios mete tu mano, quiero ver el renacer de mi país, porque sinceramente no veo la luz al final del túnel..!

…....Se hace un silencio…! De repente se escucha entre la brisa marina, como especie de un silbido que llega a mis oídos y me deja saber: “LLEGÓ EL AGUA”….. y Zúas!!! Regreso a mi cotidianidad, y disculpen pero tengo que llenar los pipotes de agua, ver si al tanque le esta llegando el preciado liquido y ponerme a lavar………

Todo a su tiempo…!      
   
Grísseld LecunaG/Bavaresco
Martes 19 de noviembre de 2019

viernes, 15 de noviembre de 2019

CUENTOS PARA REFLEXIONAR


Dos historias que encierran grandes reflexiones:
LA SERPIENTE Y EL SERRUCHO
Una serpiente entró en un taller de carpintería, y al arrastrarse, pasó por encima de un Serrucho y quedó ligeramente herida. De un momento a otro, regresó y con toda su furia, mordió el serrucho; y, al hacerlo quedó gravemente herida en la boca.

Entonces, sin entender lo que estaba sucediendo y pensando que el serrucho estaba atacándola a ella, decidió rodearlo para sofocarlo con todo su cuerpo exprimiéndolo con todas sus fuerzas, pero terminó asesinándose ella misma.
A veces reaccionamos con ira para herir a aquellos que nos han perjudicado, pero después de todo nos damos cuenta de que nos estamos lastimando a nosotros mismos.
En la vida a veces es mejor ignorar situaciones, ignorar a las personas, ignorar sus comportamientos y hasta palabras. Las Personas dicen y hacen muchas cosas Pero tú decides si te afectan o No!!
Muchas veces es mejor NO reaccionar para No sufrir consecuencias que a veces pueden ser mortales o dañinas.

Por tanto, nunca dejes que el odio se apodere de tu vida, porque el amor es más fuerte que cualquier cosa.
--- * ----
EL AMOR  Y EL TIEMPO
En una isla estaban todos los sentimientos. Y un día paso un barco para salvarlos. Todos corrieron.
“El Amor”, como era el más amable e ingenuo, ayudó a que todos subieran antes que él y cuando quiso subir, el barco ya se había marchado.
“El Amor” pidió ayuda, gritó y nadie lo escucho.
“El Amor” comenzó a llorar, luego paso “El Tiempo” y lo salvo.
Cuando el Capitán del barco se dio cuenta que “El Amor” faltaba, volvió a buscarlo pero ya era muy tarde.
“El Amor” ya no estaba……
“El Tiempo” se lo había llevado….!

Grísseld LecunaG/Bavaresco        

lunes, 4 de noviembre de 2019

LA SILLA Y EL HOMBRE QUE APRENDIÓ A ORAR


Esta bella historia encontrada en el ciberespacio cuyos títulos variaban, tales como: “La silla”, en otra decía “Así sucedió”, y “El hombre que no sabía rezar”…. En fin, es una historia sobre como Dios está siempre (aunque a veces no lo sintamos), con nosotros hasta el último momento de nuestra vida… Me gusto tanto que la traje a mi blog con el titulo de:

“La silla y el hombre que aprendió a rezar”

La hija de un hombre le pidió al sacerdote del pueblo que fuera a su casa a hacer una oración para su anciano padre que estaba muy enfermo. 

Cuando el sacerdote llegó a la habitación, encontró a este pobre hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo. 

- ¿Supongo que me estaba esperando? -, le dijo.

- No, ¿quién es usted? -, dijo el hombre enfermo.


- Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y note la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo”.

- ¡Ah sí, la silla! - respondió el anciano enfermo y le dijo al sacerdote: - ¿Le importa cerrar la puerta?


El sacerdote sorprendido cerró la puerta. Entonces el anciano enfermo le dijo al sacerdote:


-Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre con respecto la oración, cómo se debe orar y los beneficios que la esta trae... pero siempre, esto de las oraciones; ¡Noo, no sé...! Me entra por un oído y me sale por el otro. De todos modos no tenía idea de cómo hacerlo. 

Entonces... Hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mí, hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con un muy buen amigo me dijo: 


-José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Dios, así es como te sugiero que lo hagas: Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía frente a ti, luego con fe miras a Dios, o si no sabes como es en realidad Papa Dios, visualiza a su hijo Jesús sentado delante de ti. No es algo alocado el hacerlo pues Él nos dijo: ‘Yo estaré siempre con vosotros’. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo ahora conmigo.

- Es así que lo hice una vez y me gustó, de forma que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija... Pues me internaría de inmediato en el manicomio. 

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo, y que no lo dejara nunca. Luego hizo una oración con él. Le dio su bendición y se fue a su parroquia. 

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó:

- ¿Falleció en Paz?. -


- Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo que me quería mucho y me dio un beso. Cuando regresé de hacer unas compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño con respecto a su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?-

El sacerdote se secó unas lágrimas de emoción y le respondió:
- Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera.- 

Después de leer esta historia, yo me pregunto: ¿Tenemos conciencia de que en todo momento Dios está con nosotros? Y me viene a la mente esos bonitos versos que están en el lienzo "El árbol de la vida" de Ignacio de Ries, que nos dicen: Mira que te mira Dios, mira que te está mirando, mira que te has de morir, mira que no sabes cuándo... 

Grisseld LecunaG/Bavaresco

Fuente: