martes, 24 de diciembre de 2019

DOMINGA Y BARBARITA, LOS DOS GRANDES AMORES DE PAEZ


En sus acostumbrados recorridos de Acarigua a Barinas,  comercializando ganado, José Antonio Páez conoció en el pueblo de Canaguá a Doña Dominga Ortiz Orzúa, hija del ganadero Francisco de Paula Ortiz y Micaela Orzúa. Quedando huérfana de padre y madre a la temprana edad de 17 años, es criada por sus tíos maternos, quienes administran el hato heredado de sus padres.

Dominga Ortiz Orzúa
Contraen matrimonio el 1 de julio de 1809 en su pueblo natal. Fueron casados por Fray José Simón Archila. Del matrimonio Páez-Ortiz nacen dos hijos: Manuel A. Páez y María del Rosario Páez de Llamosas.
Después de los sucesos del 19 de abril de 1810, Páez  se alista en las filas patriotas. Es común verla entre las filas, y es conocida por la tropa como la «Señora» en señal de respeto.
Pero su vida matrimonial se vería interrumpida por causa de la guerra de independencia venezolana iniciada en 1811, nutriéndose aquella unión conyugal de esporádicos y fugases encuentros.
Después de la batalla de Carabobo, Simón Bolívar pasó a Valencia y luego a Caracas. Allí se reunió con Carlos Soublette para acordar la organización del Gobierno y ordenó a Páez que siguiera al frente del Ejército, con sede en Valencia. Es aquí donde muy probablemente José Antonio Páez, conoce a Barbarita Nieves, una muchacha culta, nacida probablemente en Choroní, Estado Aragua, en el año de 1803.  Pero para algunos historiadores, se cree que nació en el Apure y que allí fue donde conoció a Páez, por el 1820-1821, años de relativa paz, pero la excelente educación y cultura poco común de esta hermosa muchacha no puede haber sido adquirida en la sociedad rústica del Apure, inmersa además en aquella guerra despiadada, sin normas.
Posterior al triunfo en la Batalla de Carabobo, Páez enamorado de Barbarita Nieves se aleja de Dominga y esta se regresa a Barinas y desparece de la vida pública. 
Barbarita tocaba muy bien el piano, era una soprano de dulce y bien modulada voz, amaba el teatro que para la época sólo se podía disfrutar, de cuando en cuando, en el Coliseo de Caracas y en un pequeño teatro valenciano edificado por el Coronel Pedro Celis; y tenía un amplio conocimiento de la literatura y de la poesía. Y todo ello lo compartió con Páez, a quien conquistó no sólo para el amor sino también para la cultura.

El catire Páez, conoció con ella, las grandes manifestaciones del arte y se integró con tanta pasión que llegó a actuar, a cantar y a componer música.
En su casa valenciana, donde vivía en 1827, con Barbarita y sus hijos Sabás Antonio, Juana de Dios y Úrsula, presentó la obra Otelo, en donde un español de apellido Ferrer actuó como director. Páez hizo el papel de Otelo, Carlos Soublette interpretó a Barbancio, Miguel Peña a Yago, Desdémona fue dramatizada por Francisca Romero de Alcázar y Blanca por Inés de Oyarzábal. Como apuntador actuó Jaime Alcázar. Páez también aprendió a tocar el violoncelo y llegó a ser un buen ejecutante.
 Jose Antonio Páez con una de sus hijas.
Foto  tomada en su exilio en N.Y.

Barbarita va a ser el motivo central en la vida del héroe de Las Queseras. Era trigueña, con bellos ojos negros como su pelo, de grácil silueta y de carácter amable y muy tierno, muy caritativa con los necesitados. Así la describen contemporáneos suyos que la conocieron. Influyó muy positivamente en Páez, quien la amó profunda y apasionadamente.
Es de recordar que estos seres se amaron con sinceridad, pero en su época no existía el divorcio, motivo por el cual no pudieron casarse jamás. Sin embargo es un error considerarla una amante. Barbarita fue su esposa en todos los sentidos, aunque no les haya sido posible consagrar su unión.
Cuando Barbarita muere, el 14 de diciembre de 1847, Páez decide retirarse al Apure a una empresa de trabajo, para mitigar el dolor que le produce la muerte de su compañera por 27 años. Es así como comienza a declinar su exitosa vida. Hacia 1849 -1850, Páez cae en desgracia y es encarcelado por José Tadeo Monagas.
Allí reaparece su esposa Dominga quien lo visita junto con su hija María del Rosario, en el calabozo del castillo de Cumaná y comienza a realizar diligencias para obtener un indulto que logra concretar.
Dominga, quien ha conocido al presidente por los azares independentistas, intercede ante su esposo, y logra su liberación, mas es expulsado de Venezuela. Ella y su hija acompañan a Páez en todo momento.
Al subir al barco que lo llevará a Saint Thomas, Páez espera que ella lo acompañe, sin embargo, en actitud de profunda dignidad, Dominga le dirá al general las siguientes palabras:
“Yo no voy a ninguna parte con Usted… yo cumplí con mi deber de esposa de pedir su libertad. Pero conmigo no cuente. Adiós y que le vaya bien”.
A raíz del arresto de José Antonio Páez todos los bienes del mismo y los de su esposa Dominga, fueron confiscado por el estado.
Aunque ella luchó por recuperar sus bienes, no lo logró y murió en la pobreza en la ciudad de Caracas el 31 de diciembre de 1875.

Grísseld LecunaG/Bavaresco

Fuente:
GOMEZ, Carlos Alarico.: José Antonio Páez, inmortal, Colección Biografías 1996.
Página de Facebook  “Valencia en el tiempo” (Venezuela)…. Gladys Ramos P. 

martes, 17 de diciembre de 2019

LA OTRA HISTORIA DE ADELITA...!


Cuentan por ahí que, " Y si Adelita se fuera con otro..."


Esta historia no se trata de la Adelita del corrido mexicano, ya que existen muchas leyendas sobre la vida de la musa de esa canción, pero se ha coincidido en que se le debe a Adela Velarde Pérez, quien fue una enfermera de Ciudad Juárez, inspiradora del popular corrido.


Esta historia se trata de una chica provinciana llamada Adela que trabajó en un afamado circo de México en las épocas revolucionarias. Ella junto a su novio, eran la mayor atracción de aquel espectáculo. La chica se paraba contra un muro con las extremidades abiertas y su novio, quien era ciego, lanzaba cuchillos a su alrededor, clavándolos cerca de su cuerpo, pero jamás lastimando a la hermosa modelo. 

Con el tiempo fue creciendo su fama de tal manera que aparecieron los celos de su novio Jonás.

Así fue como este fue a conversar con el dueño del circo, a exponer su queja.

—A mí deberían pagarme más —dijo Jonás, el joven lanzador de cuchillos—. Yo soy la principal atracción del circo. Yo tengo cualidades sobrehumanas, soy ciego y en mis años de lanzador de cuchillos, jamás he herido a mi bella acompañante Adelita, quien es mi novia. También exijo mayores comodidades.

—Comprende que la situación del país no está para pagar más —refutó el dueño del circo—. Estamos en medio de un conflicto.

—Si no concedes lo que te pido, me voy con mi acto y con todos sus acompañantes. Un circo chino hace tiempo que me echó el ojo.  

—Bueno, pero cálmate!!, Que tal si hacemos algunos ajustes?. Quizá podríamos reducir el sueldo de tu novia para pagarte más a ti.

 Y sin pensarlo dos veces, Jonás le contesto a su jefe;
—De acuerdo, además ella no hace nada. Simplemente pone su cuerpo y yo hago la magia con mis cuchillos.

Una vez dicho lo anterior, el dueño del circo le comunicó a Adela los nuevos ajustes salariales, a lo que ella no estuvo de acuerdo. 

—No puede ser —dijo—. Yo arriesgo mi vida por él, porque lo amo y porque también necesito el dinero.   

—Él estuvo de acuerdo, Adela- le contestó el dueño del circo.
—No puede ser!!!!! —dijo ella.    
—Acepta. Será más fácil encontrar a otra muchacha que ponga su linda figura… Creo que hasta por menos dinero. 
—No, gracias. - Dio media vuelta y salió de la carpa.
Adela tomó el primer tren y se marchó. A la siguiente semana, encontraron a otra mujer. 

En los ensayos, el joven Jonás le explico a la chica las poses que debía de tomar y sonreír siempre. 

Pero en el espectáculo al momento de lanzar la primera daga contra la chica, esta se incrustó en su corazón. La modelo murió al instante.    

— ¡Asesino! —Gritó el padre de la chica—. Tú dijiste que tenías poderes especiales y que le nada pasaría a mi hija.
La gente del pueblo linchó al lanzador de cuchillos junto al dueño del circo.

Lo que nadie sabía, era que Adela poseía los poderes especiales, con los cuales podía desviar objetos metálicos. Ella era el artífice de la fama de su ex novio.

Según cuenta la leyenda, Adela se unió a la revolución mexicana. Ella era la encargada de desviar las balas cuyo objetivo era llegar a un tal Pancho Villa......!