lunes, 31 de marzo de 2014

LA MUJER Y LAS TRES HACHAS.

Se ha comprobado científicamente que los hombres mienten mas que las mujeres; nosotras lo hacemos en menor cantidad, pero, mentimos mejor que ellos. 

Si no me creen, les invito a leer el siguiente cuento.

Un dia una campesina salía temprano como todas las mañanas, a cortar leña en el bosque con el fin de hacer el almuerzo para su familia.

Ese día, por un descuido el hacha se le cae al río y le suplicó a Dios que le ayudara a recuperarla. Dios se le aparece y le pregunta:

-¿Por qué estas llorando, mujer?-

-Mi hacha, señor, se me cayo en el rio…-

Dios entra al río, saca un hacha de oro y le preguntó:

-Es ésta tu hacha?
A lo que la noble señora respondió: -No señor, esa no es mi hacha.-

Dios entró nuevamente en el río y esta vez regresa con un hacha de plata

- Entonces, es esta?- y ella respondió: -No señor, tampoco es esa mi hacha.-

Dios regresando de nuevo al río, esta vez mostrando un hacha de hierro y palo de madera.

- ¿Es esta tu hacha? –

- Si Señor esa misma es mi hacha, gracias Señor.-


Dios estaba tan contento con la sinceridad de la mujer, que le regalo las dos hachas, la de oro y la de plata, además la bendijo por honrada.
Otra mañana, en el mismo río la señora pescaba con su amado esposo para la cena de la noche. 

Desafortunadamente un tropiezo del hombre lo llevo al río. 

La infeliz mujer que no sabía nadar, suplico a Dios para que se lo devuelva.
Él apareció y le preguntó:                                         
-Mujer, otra vez tú. ¿Por qué estás llorando?-
La mujer respondió que su esposo había caído al río y se había ahogado. Inmediatamente Dios se lanzó al río. Sacó de los pelos a Brad Pitt, bello, desnudito y remojado….y le pregunta a la mujer: 
- ¿Es este tu esposo? –
A lo cual responde ella sumamente exaltada dijo; – Sii, Siiii, ese mismo es!!
Entonces Dios se enfureció:
-¡¡ Mentirosa!! ¡¡Adultera!! – Exclamó. - Me has decepcionado mujer.- Gritaba Dios con voz de estruendo.

Pero velozmente, la campesina le explicó:
-Dios, perdóname, pero fue un mal entendido. 

- Si me permites explicarte. Si yo hubiera dicho que no, entonces tu me traerías a Mel Gibson  y te iba a decir de nuevo que tampoco era él, para que entonces aparecieras con mi esposo y como te iba a decir que si, ibas a estar tan complacido conmigo que me enviarías a casa con los tres !!! y eso no puede ser pues yo soy una humilde mujer honrada y eso sería trigamia, y yo le soy muy fiel a mi esposo y a Usted-.
Dios halló muy justo el comentario de la mujer y la perdonó.
MORALEJA:
“Las mujeres mienten tan bien que hasta Dios les cree”.

 Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco

Autor desconocido


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