jueves, 8 de mayo de 2014

*** EL CONDOR QUE SE CONVIRTIO EN AGUILA. ***

MONUMENTO A LOS ILUSTRES PATRIOTAS OFICIALES DE MIRANDA, PRECURSORES DE LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA.


El generalísimo Francisco de Miranda nunca se olvidó de aquellos patriotas que secundados por sus ideales de libertad dieron sus vidas en pro de la independencia de Venezuela.

Miranda trabajó activamente durante aquellos años por rescatar la memoria de aquellos mártires, ya que los españoles habían presentado a los expedicionarios ante el pueblo venezolano como una banda de forajidos, aventureros y piratas herejes que habían venido a las costas venezolanas en busca de botín, a sembrar el terror y desolación entre los pobladores.

Cuenta la historia que al aproximarse la expedición de Miranda a bordo del "Leander a costas venezolanas en el año de 1806, apenas a ocho millas de la ciudad de Ocumare se entabló un encarnizado combate naval. Los barcos españoles con mayor capacidad de fuego y maniobra capturaron a las dos pequeñas goletas Bee y Bacchus que se habían alejado de la protección armada del “Leander”, e hicieron prisioneros a sus cincuenta y siete tripulantes. 

Cargados de cadenas fueron trasladados en la mañana del 29 de Abril a las bóvedas del Castillo de San Felipe el Fuerte, en Puerto Cabello, en donde fueron encerrados en dos mazmorras tan reducidas que apenas había espacio para que todos pudieran acostarse al mismo tiempo.

Cada prisionero fue interrogado rigurosamente. El gobernador y Capitán General de Venezuela, Don Manuel de Guevara y Vasconcelos, quien presenció todo el juicio, se encargó de dictar la sentencia final. Por ello, diez de los expedicionarios, todos oficiales de Miranda, fueron condenados a ser ahorcados a las 6 de la mañana del día 21 de Junio, y una vez muertos, sus cabezas serian separadas de sus cuerpos, clavadas en estacas y repartidas para ser expuestas en los sitios más públicos del país. El resto (cuarenta y siete) fueron condenados a trabajos forzados perpetuos en Cartagena de Indias, Puerto Rico y Omoa, en Honduras.

Moses Smith, uno de los prisioneros sentenciados a trabajo forzado, en un libro que publicó en Nueva York en el año e 1812, narra así los pormenores de la ejecución: “Había en el cadalso una división y dos escaleras separadas, con el fin de mantener aislados a los católicos de los protestantes, a quienes sus sacerdotes habían dado la absolución. El lugar de la ejecución estaba dominado por los cañones de las murallas…….. En las playas cerca de la ciudad de Puerto Cabello, que esta separada del castillo por un canal, habia un grueso cuerpo de caballería. Luego se nos coloco del lado opuesto a las horcas, frente a nuestros infortunados compañeros. El primer ejecutado fue Mr. Lewis Farquarson, quien desembarazado de sus cadenas fue arrastrado a la plataforma del cadalso…….  

Se le pasaron dos cuerdas al cuello, corta la una con el fin de romperle la nuca y larga la otra para suspender el cuerpo…..El verdugo negro esclavo, lo lanzó al espacio y deslizándose por la cuerda se sentó sobre sus hombros, golpeándole con fuerza el pecho con sus talones hasta que se convenció de su muerte…..El Capitán Gustavus Adolphus Bergud serenamente aguardó por su turno de morir. Una vez que el verdugo le puso las cuerdas al cuello, se volvió hacia sus compañeros con tierna y afectuosa mirada, exclamo entonces el patriota polaco: Tened valor camaradas míos, no desesperéis de vivir para satisfacer vuestras venganzas sobre estos perros hambrientos………….los ejércitos de Miranda romperán vuestras cadenas y alcanzaran el triunfo sobre nuestros opresores, cuando esto acontezca acordaos de vengar mi muerte.

Ademas del patriota Polaco Gustavus Adolphus Bergud y Lewis Farquarson, fueron ejecutados tambien ese día: Charles Jonson, Miles L. Hall, Thomas A. Billop, Daniel Kemper, John Ferris, James Gardner, Thomas Donahue  y Paul T. George.

Plaza El Aguila año 1910, al fondo, la Casa Guipuzcoana.

Concluida la ejecución, el verdugo que era un negro esclavo a quien habían ofrecido la libertad para que ejerciera tan siniestro oficio, cortó las cuerdas de los ahorcados, cayendo al suelo los cuerpos y era tan grande la altura de la caída, que literalmente quedaron aplastados. Sus huesos traspasaron la piel en los sitios de su ruptura o desplazamiento. Los cuerpos sin vida fueron tendidos sobre un madero en donde el verdugo separo sus cabezas con un cuchillo de carnicero, sosteniéndolas en alto para que todos vieran, pero no podían reconocerse porque las había desfigurado tan bárbaro procedimiento de ejecución.

Como acto final de aquella triste jornada los españoles cortaron en pedazos las banderas expedicionarias de Miranda y las pusieron sobre los uniformes, sombreros y armas de los oficiales ejecutados. Luego le dieron fuego y todo desapareció entre llamas.

Como escribiera El Capitán Manuel de Guevara y Vasconcelos al primer Ministro de España, Manuel Godoy, informándole de lo acontecido aquel día en Puerto Cabello; “Un pueblo numeroso presencio aquel triste aunque indispensable ejemplo de severidad sin dar la mayor señal de descontento o desaprobación…..No hubo uno solo entre los condenados a muerte que se quejara de ello en las últimas cartas y palabras…..”

          


Derrocado el gobierno español de Venezuela el 19 de Abril de 1810, Francisco de Miranda, quien para entonces se encontraba en Londres, fue invitado a retornar a su patria natal después de prolongado exilio. Entre las primeras declaraciones que formuló al llegar a Caracas dijo: “El principal motivo de jubilo para mi es ver restablecida la memoria de mis compañeros de 1806….”

Fue tan solo muchos años más tarde, durante el gobierno del General Joaquín Crespo, cuando el 10 de Febrero de 1896 se decretó que los expedicionarios que habían secundado a Miranda en su primera invasión libertaria se consideraran oficialmente Ilustres Próceres de la independencia de Venezuela.

Para perpetuar sus nombres se mandó a erigir una columna de bronce estriada, que según la lápida que figura a su pie, les fue consagrada el 4 de Julio de 1896. Este monumento fue conocido como la “Columna de los Americanos”, tiempo después, popularmente se le concedió el nombre de "la Plaza del Aguila", a pesar que en el monumento se alza es un Cóndor .

En realidad dicho monumento es un cóndor super heroico sobre una columna de dieciséis metros de altura que representa un faro, adornada con cuatro guirnaldas y dos escudos de armas.

De esta manera se demostró al mundo que la sangre de estos patriotas no se derramó inútilmente y que Venezuela supo agradecer el sacrificio de estos valientes en pro de nuestra independencia. 


Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco


Fuente:

.-Gustavus Adolphus Bergud = Carlos Edsel

.-Fundación Cultural Municipal "Juan Antonio Segrestaa.

.- Balcon de tu Ciudad = Asdrubal Gonzalez.

.- Estudios introductorios a la Historia de las aventuras y sufrimientos de Moses Smith = Pedro Manuel Arcaya y Lorena Arcaya-Febres.















3 comentarios:

  1. FELICITACIONES POR TAN INTERESANTE INVESTIGACION....SERIA IMPORTANTE PUDIESE ILUSTRAR PARA CULTURA GENERAL EL POR QUÈ SE ELIGIO EL CONDOR Y COMO VINO A CONVERTIRSE CON EL TIEMPO EN PLAZA EL "AGUILA" ..GRACIAS

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    1. Es un hecho curioso, a pesar de la creencia generalizada de que el ave en alas abiertas que remata la columna era un águila (en clara alusión a Norteamérica), décadas más tarde los investigadores repararon en el hecho de que se trataba de un cóndor andino. Este cóndor, con sus alas extendidas, a punto de volar hacia la libertad, remembranza del águila norteamericana, que recuerda a aquellos hombres que desde las frías aguas de Baltimore y Philadelphia vinieron al Caribe a dejar su vida por la independencia de un pueblo que hoy los olvida.

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  2. Excelente. Felicitaciones, precisamente en estos días estoy preparando un artículo sobre el aniversario de la muerte de los héroes de 1806

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