lunes, 27 de junio de 2016

SAN JUAN, EL QUE TODO LO TIENE Y TODO LO DA

Como es costumbre, cada 24 de junio el mundo le abrirá las puertas a San Juan Bautista, un santo que nunca se niega a las peticiones recibidas. Salud, abundancia y hasta nuevas parejas encabezan la lista de solicitudes, pues este es un día mágico donde todo parece ser posible. 

El día de San Juan Bautista es uno de los más esperados del año, pues es de las pocas festividades compartidas por creyentes y no creyentes de todo el globo. 

La milagrosa historia de su nacimiento, su estrecha relación con Jesús y su trágica muerte le han valido millones de seguidores, aunque muchos afirman que su popularidad se debe a la cercanía entre el solsticio del 21 de junio y su nacimiento, que fue fijado por la Iglesia Católica el 24 de junio.

Al igual que en muchos países de Latinoamérica, en Venezuela la celebración data de la época de la colonia, cuando los colonizadores españoles les inculcaron a sus esclavos las prácticas religiosas y éstos las fusionaron con sus tradiciones africanas. ¿El resultado?

Una colorida fiesta llena de cantos populares, tambores y rituales mágicos que alimentan la fe de sus practicantes.

En Venezuela, la fiesta de San Juan se desarrolló, sobre todo, en aquellos lugares donde había haciendas de cacao, pues fue precisamente en estos espacios donde hubo una mayor concentración de los españoles que vivían del comercio de este cultivo. Una vez al año,  los europeos abandonaban las labores y le permitían a los esclavos africanos descansar; éstos, a su vez, aprovechaban la oportunidad para celebrar el solsticio de verano, época en que tradicionalmente se obtenían las mejores cosechas y en la cual tenían la excusa perfecta para revivir sus rituales ancestrales. 


Debido a que las costumbres profanas de los esclavos contrastaban con la religiosidad católica, la Iglesia exigió a los españoles que les impusieran a sus trabajadores el culto a San Juan Bautista y éstos terminaron fusionándolo con sus propias creencias, que giraban en torno a elementos como el poder purificador del fuego, las fiestas agrarias, los repiques de tambores y las danzas que siempre los acompañan. 

Las zonas costaneras del Distrito Capital, Carabobo, Aragua, Miranda y Yaracuy son aquellas donde hoy se puede apreciar con mayor intensidad la celebración del natalicio de San Juan; en Puerto Cabello dos de los pueblos que han mantenido mayor apego a la tradición son Borburata y Patanemo, su relativo aislamiento geográfico ha favorecido el desarrollo de una sociedad bastante cerrada donde conservar las expresiones populares es prioridad. 


Las fiestas comienzan mucho antes del natalicio del santo, el 1° de junio, cuando las llamadas Socias de San Juan —agrupación de corte popular que le rinde culto— cantan a las puertas de la iglesia para indicar la cercanía del nacimiento del Bautista. 

La noche del 23 se lleva a cabo el velorio, una fiesta que anuncia la llegada del gran día: las socias, reunidas a las puertas de la Iglesia, ondean sus coloridas banderas y, en medio del tradicional baile del sangueo, se llevan a San Juan  para pasearlo por todo el pueblo, hasta llegar a su casa, un recinto especial donde el santo descansa sólo en sus días de aniversario, colocado sobre un florido altar en cuya realización participa todo el pueblo.


Pero cada región del país tiene prácticas que le son propias. En algunas zonas, especialmente en las costas de Aragua y Carabobo, se realiza el bautizo de San Juan en las playas más cercanas de cada comunidad; muchos de estos pueblos, incluso, participan en el Encuentro de San Juanes, una colorida procesión marítima que culmina en Ocumare de la Costa. Esta es la razón que justifica que todas estas localidades costeras tengan la creencia de que el agua adquiere un poder terapéutico en esta fecha y que quien se bañe en ellas tendrá suerte durante todo el año. 

Esoterismo y algo más.    


Además de las peticiones elevadas a San Juan durante el día de su nacimiento, en Venezuela son muchas las practicas que también se llevan a cabo en esa fecha y que nada tienen que ver con la religiosidad que la caracteriza en otros rincones del planeta. Acá encontrarás algunas de las mas comunes:

Para saber el futuro hay quienes rompen un huevo crudo dentro de un vaso con agua justo a la medianoche del 23 de junio. En la mañana, al despertarse, se coloca el recipiente a trasluz para intentar descifrar las imágenes que se han formado. Así, por ejemplo, un barco puede ser indicativo de un futuro viaje, mientras que un velo puede revelar un próximo enlace. Otra versión de esta práctica adivinatoria consiste en derramar el esperma de una vela dentro de un envase con agua, pues al endurecerse por el cambio de temperatura se formarán figuras que permitirán predecir el porvenir.

Aquellos que quieren saber si ¿hay o no hay corazón?, deberán llenar de agua un plato hondo, preferiblemente de color blanco, y a las doce del mediodía del 24 de junio tendrán que colocar dos agujas en su interior. Si las agujas se atraen hasta unirse posiblemente habrá boda, pero si se repelen, la relación no será duradera.

En caso de que quiera conocer el nombre que tendrá el amor de su vida, arroje un ramillete de flores por una ventana que dé hacia la calle y pregúntele al primer hombre que pase junto al ramo cuál es su nombre, que —según la tradición— debería coincidir con el de su futuro esposo.


Los que quieren contar con una cabellera sana y fuerte, como las cosechas bendecidas por San Juan, acostumbran a cortarse el cabello el 24 de junio, medida que en el tiempo ha adquirió tal popularidad que hoy aplica, por extensión, a las uñas, especialmente las femeninas.

Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco

Fuente:
http://www.estampas.com/estampas/anteriores/170607/encuentros3

es.wikipedia.org/wiki/Fiesta_de_San_Juan_de_Curiepe


www.venezuelatuya.com/tradiciones/la_fiesta_de_san_juan.htm

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