sábado, 21 de octubre de 2017

PERSONAJES POPULARES DE MI PUERTO

Algunas ciudades se hacen conocidas por sus leyendas, o por esas historias en donde aparecen aquellos personajes que dejan sin querer, una huella indeleble en la historia urbana, se convierten en iconos, ya sean hombres, niños o mujeres.

Fotografía de Gabriel "Gabo" Silva
Infinidades de esos personajes se encuentran deambulando por la ciudad; unos con demencia, otros con taras, algunos por circunstancias de la vida  o enfermedades de otra índole, que  llegaron  a ser recordados por esa particularidad al andar, al vestirse o por su forma de ser, de hablar, ya sea por lo simpático que son o por todo lo contrario.

Por Puerto Cabello han pasado infinidades de hombres y mujeres que con el tiempo se convirtieron en populares y a pesar de no haber llevado una vida ejemplar marcaron una diferencia, que sin duda han identificado a la ciudad y formado parte de la idiosincrasia del porteño.
Foto  de Google
Con mis recuerdos, hallaré a los más relevantes de la historia porteña; y confiando en mi memoria están los siguientes:
Venezuela Rica. Recuerdo a este personaje adulto que siempre usaba camisa blanca de mangas cortas y corbata, de nacionalidad extranjera (me comentó mi amigo Antonio "Tony" Moubarak Dao que era de Polonia y que emigró en la postguerra). Cuando este personaje escuchaba que decían Venezuela rica, enseguida le mentaba la madre a quien lo dijo, y uno tenía que salir corriendo no vaya a ser que te cayera a golpes, te lanzara piedras, palos o lo que tuviera a la mano.
John Williams el Trinitario
El Trinitario, Su nombre es John Williams, nativo de esa isla caribeña que llegó de polizón a las playas porteñas, al equivocarse de barco, aquel que lo llevaría al sueño americano.

Y aquí se quedó pues, fue robada todas sus pertenencias y de allí no recordó nada, desde entonces deambula hasta el presente con poca vestimenta, descalzo con apenas un short todo roto y sucio por las calles de mi puerto sin hacer daño a nadie. 

Cuando escucha un reggae se pone a bailar, quizás eso fue el único recuerdo que le quedó en su mente de aquellos años mozos en Trinidad y Tobago.

Papito, hombre adulto de baja estatura y piel morena que vivía en un ranchito de tablas elaborado por el mismo en las afueras del barrio El Polvorín, en la faja del cerro donde se situaba la capilla. 

Foto referencial
Era un personaje pacifico, con una voz suave y melosa, que recogía cualquier chatarra, cosas del basurero y los llevaba a su casa. Se dirigía hacia las personas llamándoles papito o mamita, de allí su nombre.

Ñero, personaje borracho que al no tener como seguir bebiendo, buscaba cualquier animal y decía que lo había domado. Tal es el caso, cuando lo conocí,  llegó a las puertas de una fiesta (donde yo me encontraba), con un cangrejo de color gris, de esos que se consiguen (o conseguían) en los caños o quebradas  de Rancho Grande y Rancho chico. 

Cangrejo parecido a Ñero
En su bolsillo llevaba una cebolla morada; y allí armó su circo, decía que su animal se llamaba Ñero, y así transcurría su acto diciéndole a Ñero que lo obedeciera, en eso el cangrejo le agarró un dedo con una de sus tenazas y este se enojó, le dijo que si le volvía a hacer eso se lo iba a comer, por supuesto el cangrejo le pincho el dedo nuevamente y este le dijo al animal “Coño Ñero, eso me dolió… Ñero, Ñero…”  Volvió a decirle al cangrejo que se lo comería, la gente que allí estaba comenzó a decirle que si se lo comía le pagarían y ni corto ni perezoso tomo el dinero recolectado y comenzó a comérselo por piezas, primero las tenazas, luego las patas, el cuerpo, fue algo asqueroso… Y para rematar, como postre,  se comió la cebolla como si fuera una manzana…. Así pues, el señor que ahora se le conocía como Ñero el come cangrejo, con el dinero recolectado se fue a comprar otra carterita (botellita de caña) y a seguir la parranda.

Alberto: lo recuerdo, era un chico con retraso, tenía problemas al hablar y al caminar.
El simpático y tímido Alberto
Fotografía de Gabriel "Gabo" Silva
Siempre llegaba a las puertas de mi liceo vendiendo lápiz mongol y lapiceros kilométricos. Era un personaje tranquilo más bien tímido, no le hacía mal a nadie pero a veces los chicos malos se burlaban o le robaban la mercancía. 

Hoy en día vive y lo he visto a las afueras de un mini-mercado en la urbanización Rancho Grande, no ha cambiado mucho.
Bernabé Cróquer el célebre Copei, estrechándole la mano a Lorenzo Fernández candidato a la 
presidencia por el partido Copei. Año 1973
Estos son apenas unos de los tantos personajes que existieron (algunos todavía viven), conocedores de la geografía porteña de cabo a rabo; y aunque me faltaron unos cuantos, pues mi memoria no los recuerda a todos, tuve que acudir a la amabilidad de algunos de mis grandes amigos (Aurora Núñez Andrade y Luis Wicho Ramos), ellos me “soplaron” a unos cuantos, tales como:

La vaporú, La siete carteras, Cara e’ cochino, Coco e’ mono,  Boca e’ perro, Copei (cuyo nombre era Bernabé Croquer), Pelo e’ cocoMata mosca, Caricuao, en fin, hay tantos que con estos me conformo.

Ellos, pintorescos personajes que alegraron y siguen adornando la vida del porteño, disfrutando de sus ocurrencias, algunos ocasionando risas, otros inspirándonos pánico y terror.

Seres humanos con menos suerte que otros deambulan las calles de mi querido terruño, a ellos va mi homenaje; y como ellos vendrán otros, con distintos sobrenombres y variadas personalidades que continuarán haciendo historia en las calles de mi Puerto Cabello.

Grisseld LecunaGarcía/Bavaresco


Especial agradecimiento a Aurora Nuñez Andrade, a Luis "Wicho" Ramos y a Tony Moubarak Dao.

fotografías de Gabriel "Gabo" Silva y Google


4 comentarios:

  1. Respecto a esos personajes, te comento que el tal "Caricuao" era un tipo flaco y mal vestido, que siempre cargaba un sombrero ala redonda, como de fieltro. Los muchachos le gritaban Caricuaoooooooooooo y el viejo comenzaba a insultarlos, sacandoles la madre y lanzandoles botellas. Y creo que el tal "Copei" era un limpiabotas de piel negra que cargaba siempre un rolo de policia, y que iba por todas partes limpiando zapatos.No era grosero, al contrario era respetuoso. Eso es lo que recuerdo de mi juventud porteña, ya que no nací aquí. Fui "transplantada" a este puerto en mi adolescencia.

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    1. Copey, el negro Croquer, no era limpiabotas, era un sr, con cierto problema mental, oriundo del callejón Boulton de San Milla. Andaba descalzo por todo Puerto Cabelli, con un tabaco y un pslto. Aunque tenia un problema mental, hablaba muy bien. Por qué COPEY? Porque era copeyano, cuidaba la sede del partido.. tiene familia en san millan que pueden dar fe de lo que digo

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  2. yo recuerdo de La Loca Vaporu que siempre se la pasaba metida en el porshe de un casa que creo que en la esquina de esa calle quedaba la arepera Doña Petra.

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  3. Recuerdo a Copey, un señor muy amable y decente. Por una pequeña cantidad de dinero cargaba agua, hacia mandados.
    Alberto lo vi la última vez en la Beneficencia, no sé si aún vive alli. No le hacía daño a nadie, me hace falta para comprarle encendedores, lapiceros, velas...

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