sábado, 4 de mayo de 2019

EL GUSANO, EL ESCARABAJO Y LA AMISTAD


Aquí les dejo una parábola que habla de la amistad y de las malas influencias..


El Gusano y El Escarabajo  eran amigos y se pasaban charlando largas horas.

El escarabajo estaba consciente de que su amigo el gusano era muy limitado en movilidad, tenía visión muy restringida y era muy tranquilo y pasivo comparado con los escarabajos.

El gusano, por su parte, estaba muy consciente de que su amigo el escarabajo venía de otro ambiente, y de que, en comparación con los gusanos de su especie, comía cosas desagradables, era muy acelerado, tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.

Un día los amigos del escarabajo empezaron a meterle ideas en la cabeza; “Tú siempre caminas mucho para ir a ver al gusano, pero él nunca viene a ti y a veces ni te saluda”.

Pero el escarabajo estaba consciente de que, debido a lo limitado de su visión, el gusano muchas veces ni siquiera veía que alguien lo saludaba, y, si acaso llegaba a notarlo, no distinguía si era o no el escarabajo, y por ello no contestaba el saludo.

Sin embargo, el escarabajo calló para no discutir con sus compañeros. Pero fue tanta la insistencia y tantos argumentos cuestionando la amistad, que el escarabajo decidió poner a prueba esa amistad alejándose del gusano para esperar a que éste lo buscara. 

Pasó el tiempo.

Y un día llegó la noticia de que el gusano estaba muriendo, pues su organismo se había resentido por los esfuerzos que cada día hacía para ir a ver a su amigo el escarabajo y, como no lo conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano tenía que devolverse sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su propia casa.

Al saber esto, el escarabajo decidió ir a ver al gusano. 

En el camino se cruzó con varios insectos que le contaron de las diarias en infructuosas peripecias del gusano para ir a ver a su amigo el escarabajo y averiguar qué le había pasado.


Le contaron de cómo se exponía día a día para ir a buscarlo, pasando cerca del  nido de los  pájaros. De cómo sobrevivió al ataque  de las  hormigas, y así sucesivamente.


Llegó el escarabajo hasta el árbol donde yacía el gusano esperando ya el momento final. Y al verlo a su lado, el gusano, apenas con un hilo de vida, le dijo al escarabajo cuánto le alegraba ver que se encontrara bien.

Sonrió por última vez y se despidió de su amigo sabiendo que nada malo le había pasado a éste.

El escarabajo sintió vergüenza por haber permitido que las opiniones de otros minaran su amistad con el gusano, y sintió dolor por haber perdido las muchas horas de regocijo que las pláticas con su amigo le proporcionaban y, sobre todo, por haberle puesto en una situación que le causó la muerte.

Al final entendió que el gusano, siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de él, era su amigo, a quien respetaba y quería porque, a pesar de pertenecer a otra especie, le había ofrecido su amistad.

Y así aprendió varias lecciones ese día:

1)  La amistad está en ti y no en los demás. Si la cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo.

2)  El tiempo no condiciona las amistades. Tampoco lo hacen las razas ni las limitantes propias o las ajenas.

3)  El tiempo y la distancia no son los factores  que destruyen una amistad. La destruyen las dudas y nuestros temores.

4)  Cuando pierdes un amigo, una parte de ti se va con él. Las frases, los gestos, los temores, las alegrías, las ilusiones,… todo lo que ambos compartieron en el tiempo, se va con él.

El escarabajo murió poco después. Nunca se le escuchó quejarse de quien mal lo aconsejó, pues fue decisión suya el prestar oídos a las críticas sobre su amigo.

Si tienes un amigo no pongas en tela de juicio lo que él es, pues sembrando dudas cosecharás temores. No te fijes demasiado en cómo habla, cuánto tiene, qué come o qué hace, pues con ello estarás echando en saco roto tu confianza.


Reconoce la riqueza de quien es diferente a ti y, aún así, está dispuesto a compartir contigo sus ideales y temores.

No sé si eres el gusano y yo el escarabajo, o al revés, pero seguro que somos distintos y que nos movemos en planos diferentes.

“Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos“.

Grìsseld LecunaG/Bavaresco



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