viernes, 28 de octubre de 2016

LOS ACORDES DE GERTRUDIS


Este cuento sucedió en mi mente, una noche cualquiera, en un día y año distinto al de hoyen un lugar imaginario cerca de mi subconsciente.
Conozcan la historia de Gertrudis…..

Santa Lucia, era una bonita localidad situada en los valles de Puerto Cabello. Rodeada de un hermoso entorno natural, es el típico pueblo de montaña. En ella se encontraba el palacete de Vista Hermosa de los Marqueses de Chorreron, actualmente convertido en ruinas, cubiertas de mucho matorral e inmensos árboles que han dañado la poca estructura que quedaba de la casona.

El Palacete de los Marqueses de Chorreron
Pero no era así, a principios del siglo XX, era un hermoso lugar, muy animado y vistoso. Los Marqueses siempre iban en las vacaciones de navidad. Ellos tuvieron tres hijos; Madeline de 17, Adolfo de 13 y tiempo despues habían tenido gemelos cuyas edades, para aquel entonces, eran de 7 años,  a los que llamaron Jacinto y José

Para la educación habían contratado a Gertrudis (quien era hija de padres ingleses que emigraron a Venezuela), como institutriz de los pequeños, ella llego a convertirse en algo más que en su nana, ya que los trataba como si fueran sus hijos.

Gertrudis
Gertrudis era una mujer de modales muy aristocráticos, por lo que poco a poco se fue ganando la confianza de aquellos que llegaban a conocerla. Era muy extrovertida, cariñosa, adoraba el leer, y tocaba maravillosamente bien el piano, cosa que hacía, para amenizar el momento cuando llegaba visita a la casona.

En horas de la mañana del 28 de Diciembre día de los Santos Inocentes (nombre dado al infanticidio en Belén, mencionado en el evangelio de San Mateo), Gertrudis entregó un concierto para la gente del pueblo que la habían tratado con respeto y admiración; esto sucedió, con el permiso de los Marqueses, en un salón amplio ubicado en la ala norte del Palacete. Allí interpretó 5 piezas de renombrados artistas (Schubert, Ravel, Chopin, Bach, Vivaldi) y por ultimo interpretó su pieza favorita “Adagio” de Tomaso Albinoni.

Después de su simpático y celebre concierto, decidió llevar de paseo a Adolfo y a los gemelos por el bosque, para luego ir al río, ya que su hermano mayor les estaba dando clases de pesca. A última hora Adolfo se sintió mal y decidió no ir con ellos. Entonces partieron los tres hacia su gran paseo, llevarían las cañas de pescar, pues practicarían lo que su hermano les había estado enseñando.

Los gemelos pescando
La Nana vio un sitio muy fresco, una especie de montículo junto a un árbol, y bajo él se dispuso a leer una novela dejando a los pequeños en la orilla del rio, pescando. Un poco alejados de ellos pero en ese lugar los divisaba perfectamente. Era un lugar hermoso, se escuchaba el trinar de los pájaros, el olor de las flores a su alrededor, que más podía pedir.

Habían pasado solamente 30 minutos cuando de repente una muy fuerte brisa arremolinada la saco de su lectura y vio como esa fuerte ráfaga empujó a los gemelos, cayendo directamente en el agua y la fuerte corriente que los arrastraba río abajo.

A pesar de Gertrudis echarse a correr cuesta abajo hacia el río, no logro atraparlos, y por más que hizo la Nana para salvarlos, no pudo; los gemelitos no salieron a la superficie.

El Palacete en ruinas
Gertrudis toda angustiada, llorosa y gritando sus nombres no sabía que hacer, la tragedia que estaba ocurriendo la dejo con la mente en blanco. 
En ese instante, la cubrió un cumulo de tristeza y de repente decidió lanzarse al río a rescatarlos, lamentablemente se ahogó junto con los gemelos.

A los pocos días fueron encontrados en aguas más abajo de donde había sucedido la tragedia. Y allí estaban los tres cadáveres juntos, ella había encontrado a los gemelos, aunque demasiado tarde.

Tanto fue el dolor por aquella tragedia, que los Condes no fueron más al Palacete, y fue abandonado.

Los habitantes del pueblo de Santa Lucia comentan que cada noche cuando se celebraa el día de los Santos Inocentes, se escucha el llanto y lamentos de Gertrudis, cuyo espíritu no se ha ido de la casona aún, ellos dicen haberla visto recorrer el parque y algunos lugares de la casa buscando a los gemelos, vestida con su traje marrón y su delantal blanco; dicen que escuchan los acordes musicales cuando en el piano ejecuta su pieza favorita.

Grísseld LecunaGarcia/Bavaresco
Copyright ® 2016 Grísseld Lecuna García
Tomada del libro:

La Fantasía Escrita En Unos Cuantos Cuentos. Editorial Madriguera. Pags. 29 al 34.


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