La leyenda del Ave Fénix está relacionada con
Egipto y con el culto al Sol, pero su patria era Etiopía. Un Ave Fénix vivía
durante un periodo de tiempo que algunos mitólogos cifran en quinientos años,
otros en mil cuatrocientos sesenta y uno, y otros, aún, en doce mil novecientos
cincuenta y cuatro.
Todos, sin embargo, coinciden en que el aspecto
del Ave Fénix era de una gran belleza. De mayor tamaño que un águila, su
plumaje ostentaba los más bellos colores: rojo de fuego, azul claro, púrpura y oro, y todos afirman que el Ave Fénix
era más hermoso que el más hermoso de los pavos reales.
Pero esta leyenda concierne sobre todo a su muerte y resurrección. Es un ave
única y por lo tanto no puede reproducirse como los demás animales. Cuando el
Fénix siente que llega el fin de su existencia, recoge y acumula plantas
aromáticas: incienso, cardamomo y resinas, y construye con todo ello un gran
nido expuesto a los rayos solares.
El calor del Sol, incidiendo sobre las
plantas secas, incendiará el nido y el Fénix arderá con él y se convertirá en
ceniza. Después, en esa ceniza, impregnada de los restos del Ave, nace una
pequeña oruga, que, en poco tiempo, se convertirá en el nuevo Fénix, y cuyo
primer cuidado, será depositar en un tronco hueco los restos de su padre.
Escoltado
por gran cantidad de aves de especies diversas, llevará esas reliquias hasta
Heliópolis, en Egipto, donde lo depositará en el altar del Sol.
Acabada esta
ceremonia de homenaje a su progenitor, el joven Fénix volverá a Etiopía, y allí
vivirá, alimentándose de gotas de incienso, hasta que llegue el fin de sus
días.
EL Ave Fénix, simbolizó entre los paganos la castidad y la templanza, y
entre los cristianos, la resurrección.
Grisseld LecunaGarcia/Bavaresco
http://bolivarianisimos2021.blogspot.com/2007/05/la-leyenda-del-ave-fenix.html
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