Dice el dicho que nadie se muere de amor. En ocasiones hemos sentido dudas respecto a nuestros sentimientos y relaciones. Las preguntas surgen de una manera tan impresionante que nuestras mentes deben detenerse a pensar en lo que está sucediendo e intentar apaciguarlo, Pero no siempre sucede así.
A continuación cinco mujeres famosas, bellas, algunas millonarias y otras de ficción pero todas experimentaron una depresión causada por un corazón roto, lamentablemente no pidieron ayuda y decidieron quitarse la vida.
Alfonsina Storni
Nacida en Suiza y nacionalizada Argentina, pasó a ocupar un lugar destacado en el panorama literario hispanoamericano. Aunque tuvo un espíritu fuerte y decidido, conoció la soledad y la angustia, lo que la llevo a padecer de neurosis.
Abrumada por una profunda tristeza fruto de la pérdida de su amor y gran amigo Horacio Quiroga, y la renuencia de su enfermedad (cáncer terminal), la sumieron en una profunda depresión.
Luego
de escribir su último poema “Voy a dormir” y dos cartas, una para su hijo y la
otra para el diario La Nación; Alfonsina
se dirigió hacia la playa y se internó caminando en el mar hasta que las olas
le cortaron la respiración. Esta sepultada en la Chacarita.
Isabel de Segura
Joven rica heredera del siglo XIII, se enamoró de Diego Martínez de Marcilla quien apenas poseía
dinero en sus bolsillos. Ante una diferencia tan clara en su condición social,
la familia de Isabel dio un margen de cinco años al muchacho para conseguir
hacer fortuna. Y así paso el tiempo y se cumplieron los 5 años pero nunca hubo noticias del
enamorado.
Aunque Isabel nunca dejó de pensar en él, su
padre decide
planificar el enlace de su hija con un hombre de noble casta y poder sin igual. Poco
antes de anunciar el desafortunado casamiento, Juan Diego de Marcilla ya partía
rumbo a Teruel con la fortuna amasada. Al llegar se cruza con un lugareño que
le informar del flamante matrimonio de su querida Isabel. Desesperado e
incrédulo ante la situación, el joven corrió hasta el hogar de la nueva pareja.
Como si de una furia se tratara, entró a los aposentos de la novia y le pidió un beso de amor. Un gesto que ella rechazó por su nuevo estado. Pues sobre todas las cosas, Isabel era mujer decente.
Ante el dolor del despecho, don Diego falleció de
amor. Durante el funeral, Isabel se acercó al cuerpo de su amado y le cedió el beso que le había negado en vida. En ese preciso instante, la joven cayó también muerta sobre el cuerpo de Diego. Al conocer la historia de su desafortunado romance, las dos familias decidieron enterrarlos juntos, para que así pudieran descansar en paz durante toda la eternidad. Como siempre quisieron. Desde entonces, en España se les conoce como los amantes de Teruel.
Julieta Capuleto
Una niña de
13 años que se enamora perdidamente de Romeo Montesco, y que a pesar de la oposición
de sus familiares (las dos familias se odiaban a muerte) deciden casarse clandestinamente
y vivir juntos; sin embargo la presión de esa rivalidad y una serie de fatalidades la conducen a pedirle ayuda al Fray que le aconseja que huya con Romeo, le comenta que le
dará una fórmula para dormirla y así pensaran que esta muerta, luego él
acudirá al cementerio junto con Romeo a rescatarla, para que así puedan huir
los dos enamorados juntos. Todo estaba organizado pero la carta donde
explicaban a Romeo los detalles no llego nunca a sus manos.
Romeo
recibe noticias de la muerte de Julieta y decide ir a comprar un veneno que
acabe con su vida, había decidido morir por amor, llega al cementerio y ahí
estaba el otro prometido de Julieta que el papá de ella le había asignado, ahí
ambos se baten con la espada, Romeo sale triunfador.
Finalmente,
Romeo creyendo que Julieta estaba muerta, se toma el veneno y le da un último
beso de amor, luego de una hora ella despierta de su sueño profundo, observa
que junto a ella estaba muerto su amado, se da cuenta que se había tomado un
veneno, ella decide unirse en la otra vida con Romeo, besa sus labios que aún
tenían algo de veneno y finalmente se clava una daga para acabar con su vida.
Cuentan que ese día, el sol de Verona estuvo oculto todo el día y las familias
de los dos enamorados pudieron vencer su viejo odio.
Jeanne Hébuterne
Era una joven artista,
pintora y modelo, amable, tímida, tranquila y delicada, quien amo con locura al
pintor y escultor Amedeo Modigliani, quien vivió con él en unión libre desde
que ella tenía 19 años.
En otoño de 1918 la pareja se mudó a Niza, en
la Riviera francesa, donde según el marchante de
Modigliani residía una comunidad de ricos aficionados al arte que apreciarían
su pintura. El 29 de noviembre de 1918, en una clínica obstétrica de Niza, donde también trataban de
superar la avanzada meningitis tuberculosa de Modigliani, Jeanne trajo al mundo a una niña a la que daría
su mismo nombre. La pequeña fue entregada al nacer a una institución, para
asegurarle unos cuidados que sus padres no podían darle, pero no fue dada en
adopción.
Cuando muere Modigliani, a los 35 años, Jeanne no pudo soportar la ausencia de su amado y al día siguiente de su muerte se lanzó por el balcón de su casa desde un quinto piso.
Era el año de 1920, tenía 22 años, y estaba a punto de dar a luz a su segundo hijo. Su primera hija Jeanne, tenía 15 meses. La hermana de Modigliani, que vivía en Florencia,
acogió a la pequeña Jeanne y la crió.
Miroslava Stern
Miroslava Šternová Beková, fue una actriz
y diva mexicana de origen checoslovaco, perteneciente a la Época de Oro del
Cine Mexicano y musa de Luis Buñuel.
Tenía fama de entablar amoríos con sus compañeros de películas, así pues tuvo romances, entre otros, con Pedro Armendariz, Pedro Infante, Cantinflas y uno muy sonado, con el torero Luis Miguel Dominguin, el padre de Miguel Bosé.
Este romance fue muy publicitado, así Luis Miguel Dominguín y Miroslava inician su romance en 1954.
Desarrollaron un tórrido romance donde el torero le prometió amor eterno, boda y hasta le dio
un anillo.
Pero unos meses mas tarde, el matador español anunciaba su boda con
la italiana Lucia Bosé.
Miroslava no pudo soportar otro desengaño mas a su vida
(su primer matrimonio fracaso pues al parecer su esposo era homosexual), se
encerró en su habitación y se tomó una buena dosis de barbitúricos.
Su ama de llaves la encontró muerta. Había dejado una carta
para su padre y otra a su hermano. Y una campanita de plata para Dominguín.
Nadie está preparado para perder a alguien que amó tanto pero
con esfuerzo y lucha se entiende que esto es parte del camino de la vida y no
tiene de malo equivocarse, cometer locuras y actos no muy bien vistos.
Pero lamentablemente, no todos ven la vida de esta manera; aunque de algo si estoy segura y es que, algunos si mueren de amor.
Grìsseld LecunaGarcía/Bavaresco
Fuentes: