En el pasado, el oficio de las parteras formó parte de la
civilización prehispánica, por tanto, su función cobró también una dimensión
ritual y social. En ningún caso el nacimiento de un individuo era visto como un
asunto aislado, por el contrario, era un acontecimiento que involucraba a toda
la comunidad. Las parteras eran mujeres que iban de casa en casa y de pueblo en pueblo. Durante siglos ellas fueron médicas sin titulo; excluidas de los libros y de la ciencia oficial.
A partir de 1827 la Facultad Médica de Caracas inicio un
programa de otorgamientos de credenciales a aquellas personas que demostraran
poseer los conocimientos, aptitudes y destrezas para la asistencia de los
partos.
Entre 1827 a 1877, dicha Facultad caraqueña concedió apenas
seis títulos de partera, mereciendo especial mención el 1º de septiembre de
1851 a la porteña:
PLACIDA GUEVARA
Ninguna de las parteras llegó a adquirir la fama que
conquisto esta mujer, nacida en esta ciudad porteña, y quien ya casada y madre
de familia, envió petición a la Dirección de la Facultad Médica para que se le
admitiera a examen, para no ser confundida con las empíricas que ejercían esa
profesión con tanto perjuicio a la humanidad. Pidió que se le eximiera del
viaje a Caracas, comisionando a un médico de la localidad a los efectos del
examen de rigor. La facultad acogió la solicitud de la partera interesada en
legalizar sus actos, concediéndole el examen en Puerto Cabello y designó como
examinador al doctor Henry Dunlop.
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Foto Referencial |
El examen se llevó a cabo en este puerto el 14 de julio de
1851 y el día primero de septiembre del mismo año, se le confirió la autorización,
otorgado en un Diploma del Tribunal de la Facultad. Este hecho resulta de
especial trascendencia para los anales de la obstetricia carabobeña.
MAGDALENA MARTINEZ TORRES “MAMA NENA”
Nació en Puerto Cabello el 25 de Mayo de 1894. Hija de Ramón
Martínez Izaguirre y Saturna Torres de Martínez. Era la segunda entre cuatro hermanos (Ramón, Candelaria, Maria Elena y la dulce Altagracia).
Transcurre su infancia en su tierra natal, donde veía
circular desde La Noria hasta los muelles porteños las carretas cargadas de
café y cacao. Asiste a la escuelita de Socorro y Belén Páez; vive el terror de
la epidemia de la gripe española que diezmó a la población.
Desde muy joven adquirió el hábito de acompañar a las
parturientas y rápidamente su fama comienza a acrecentarse, su amable y
cariñoso trato, la rápida adquisición de conocimientos impartidos por los
médicos a los cuales ayudaba, la llenan de agradecidas clientes quienes por
afecto le dan el apodo de “Mama Nena” (en el seno de su familia, era llamada "La Nena").
El 1928 cuando los doctores Juan Torres Páez y Pedro Guzmán
Llovet reinstalan el Comité de la Cruz roja, que ya había sido fundada en 1920,
Magdalena Martínez se convierte en trabajadora voluntaria de dicha institución.
En su labor como enfermera acompañó a los doctores Rafael Torres Suels, Miguel
Espinoza, Salvador Talamantes, Pedro Guzmán Llovet, José Rivas, Leopoldo Jiménez,
Barreto Lima, Alfredo Guillén González, entre otros.
En cada hogar donde eran solicitados los servicios del médico
partero, aparecía trajeada de un impecable blanco la figura de Mamá Nena, ella
se encargaba de organizar todo, de vigilar la evolución del trabajo de parto y
de atenderlo cuando el facultativo no podía llegar a tiempo.
Cuando el Doctor Enrique Guerra Más funda su clínica, de
inmediato la recluta ingresando a la institución como partera practica. Es allí en esa primera clínica ubicada en la
calle Bolívar donde nazco, y algo simpático sucedió, estando Mamá con los
dolores de parto, ya ingresada en la clínica, a eso de entre las 11:00 a 12:00
de la madrugada, todo listo para proceder al alumbramiento, pero solo faltaba el Doctor Enrique
Guerra Mas que aún no aparecía, y yo queriendo salir, pero como un clavel allí estaba Mamá
Nena, quien fue la persona que me dio la bienvenida a este mundo. Al llegar el
Doctor Guerra Más, solo corto el cordón umbilical pues ya todo estaba listo, gracias
a esta fabulosa mujer que cada vez que me veía me decía: “Tu eres mi hija, yo
te traje al mundo, yo soy tu Mamá Nena”. y como Magdalena no cobró, Papá solo
pago los servicios de la clínica, y salí a mitad de precio.
Es así como Magdalena Martínez “Mamá Nena”, desempeñó su cargo
hasta los 81 años de edad, culminando así la noble misión de traer al mundo los
hijos de tres generaciones de madres porteñas.
GREGORIA APOLINARIA
MONTEVERDE
Nacida en Turiamo, Estado Aragua, el 23 de julio de 1905. Pero
desde pequeña llegó a estas tierras porteñas cuando su padre Gregorio Mijares y
su madre Eufemia Monteverde deciden anclar sus raíces en este puerto.
Aprendió el hermoso arte de la partería sirviendo de ayudante
a un familiar y así con más de 2000 asistencias, se hizo de un nombre trabajando
con notables médicos porteños, entre los que se cuentan al Doctor Páez Maya y
Adolfo Prince Lara.
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Gregoria Apolinaria Monteverde |
Laboró en la Sanidad de Puerto Cabello obteniendo la
acreditación de comadrona titulada, más de 2500 ahijados. Practicó el
protomedicato (un cuerpo técnico encargado de vigilar el ejercicio de las
profesiones sanitarias tales como médicos, cirujanos y farmacéuticos), aparte era curandera, rezandera de corazón y sanjuanera devocional.
Gregoria Apolinaria fallece en Puerto Cabello el 20 de
noviembre de 1989 a la edad de 84 años.
Estos tres ejemplos de mujeres venezolanas que sirvieron como
ayuda tanto a médicos como a enfermeras en su tiempo, que vieron nacer y dar alegrías a cuatro
generaciones de madres, que en templo de gratitud eterna consagraran para
siempre su recuerdo.
Grísseld
LecunaG/Bavaresco
Fuente:
.- Dao, Miguel Elias.Puerto
Cabello, Pinceladas históricas. Pag 55 y 56
.-
Sosa Olavarría, Alberto. Historia de la obstetricia en Carabobo
.- Blog Mi Puerto
Cabello (fotos con historias y sin ellas también): Las Comadronas de Antaño.
.- Fotografías:
David Bolívar
Memorabilia Porteña
.- Especial agradecimiento a Norma Hernández de Chourio, por recordarme algunos nombres que en su momento se escaparon de mi mente..