La tipología de las cruces, la forma de las
tumbas, las esculturas y los apellidos de los difuntos son las pistas para
descifrar el origen y la religión de los que yacen enterrados en el Cementerio
de la Paz, o de los protestantes o de los
alemanes.
Es así como el nombre de Joseph Capriles (nacido
en Curaçao), fallecido y enterrado en Puerto Cabello en 1883 y siendo el primer
Capriles llegado a esta tierra porteña, no permite dudas de su raíz judía
(otros Capriles enterrados también en este camposanto como Benjamín, Isaac,
Rebecca, Raquel, Elvira, Bethsabe; nombres judíos). Y no solo por los nombres
se pueden descifrar, existe también otras formas de dilucidar su origen.
Desde tiempos remotos los judíos tenían una
tradición donde ellos no colocaban flores sino piedras. La razón de porque una
piedra y no una flor como la mayoría de la gente, es que justamente la piedra
tiene la particularidad de ser una creación muy antigua y de vida muy larga,
podríamos llegar a decir que la piedra es "eterna" en cierto modo,
esto refleja un poco la visión del judaísmo frente a la muerte, cuando ellos la
enfrentan, saben que el alma sigue existiendo y lo único que muere es el
cuerpo, pues el alma es eterna, en cambio la flor tiene corta vida y
rápidamente se marchita demostrando justamente la fragilidad del cuerpo.
Con el tiempo sus tumbas empezaron a construirse
con cemento elaborándole forma de piedras. Aquí podemos encontrar muchas tumbas con ese aspecto, para
nombrar algunos, está el panteón de los Gramcko, de los Stürup, los Acosta,
entre tantos otros. Es de hacer notar que algunas de estas familias, a medida
que fueron mezclándose con los nativos de la región, fueron bautizando a los
nuevos integrantes y convirtiéndolos en católicos. Esto me recuerda una frase
que les decía don Eduardo Römer Stürup a sus hijos: - Ustedes son criollos de
materia prima importada. –
En mis tantas revisiones pude encontrar dos
tumbas donde se aprecia la simbología de la masonería (la escuadra y el
compás). Esta corriente filosófica predominaba en el país a finales del siglo
XIX e inicios del siglo XX, por lo que no solo era un camposanto para
protestantes y judíos, también lo era para los masones y tiempo después, para
los Católicos.
En cuanto a los protestantes, sabemos que la gran
mayoría de los alemanes y sus vecinos que llegaron a esta tierra profesaban el
protestantismo. No todos pero si la gran mayoría, utilizaban para sus tumbas el
mármol, sobre todo el de carrara. .
En este cementerio pienso que existieron alrededor de 350
tumbas y he notado en las que he investigado hasta ahora (272 de las cuales 30 están sin
nombres), que existieron personas de distintos orígenes tales como Alemanes,
Curazoleños, Ingleses, italianos, irlandeses, norteamericanos, holandeses, polacos,
daneses, palestinos y hasta venezolanos.
Algunos de estos seres difuntos vivían en Puerto
Cabello, otros eran extranjeros que llegaban al país aunque fuera por un
momento y, por enfermedades diferentes como fiebre amarilla, malaria y
problemas cerebrales, accidentes o suicidios, morían y eran enterrados aquí,
así vemos a marinos como Joseph Gibson, Maestre del
bergantín “Magician of Liverpool”, que murió de fiebre amarilla a los 29 años.
O como Archer Welch tripulante de otro bergantín inglés, quien fallece a los 20
años (era nativo de Swansea, Inglaterra). A George Hale originario de Boston,
Estados Unidos. Entre tantos otros.
Como he explicado en anteriores artículos sobre esta
necrópolis, los extranjeros con una religión diferente a la católica no se les
permitían la sepultura en los cementerios locales, que para ese entonces eran administrados
por la Iglesia Católica, por lo que un grupo de habitantes de la zona del
pueblo de San Esteban, en su mayoría alemanes protestantes, se reunieron en
1840 y adquirieron esos terrenos que antes pertenecían al Sr. Carlos A. Geller (Karl
Alfred Geller), en las afueras del pueblo y quien los cedió para que se
realizara este sagrado lugar que según, se terminó de construir en 1844.
Esta necrópolis no está en uso funerario, según mis revisiones,
la última persona enterrada hasta los momentos (Julio 2023), fue Constanza
Lucrecia Römer Römer de Möller, en 2011. Y el primer cuerpo enterrado perteneció
a Hendrick Gerardus (Henrique Geraldo), van Baalen Schaardenburg en 1850; aunque existen otras tumbas que por sus
aspectos denotan que son de datas pasadas (quizás de años 45 o 48), pero
lamentablemente sus lápidas han desaparecido con el tiempo o quizás hayan sido robadas
quedando solo el montículo de tierra rodeada de algo de cemento y monte.
Pienso (y me gustaría), una vez que haya sido
recuperado este cementerio (restauración de las esculturas y mejorar el ornato
del lugar), pudiera muy bien realizarse visitas guiadas en las que se admire la
calidad del arte fúnebre de los monumentos y se dé a conocer la historia de
algunos de los personajes allí sepultados; personas
nacidas en nuestro terruño y fuera de él, que fueron importantes, que lograron
con esfuerzos que Puerto Cabello fuera una zona pujante económicamente gracias
a las empresas que se iniciaron aquí y luego se esparcieron por toda Venezuela
y parte del mundo. Existen personajes como el co-fundador de la Compañía
Boulton (Richard Kolster); la hermana y también la sobrina del escritor Juan
Antonio Pérez Bonalde (Adela Pérez Bonalde de Meir y Adela Meir Pérez de
Gramcko cuyo esposo, también enterrado allí - Carlos Henrique Gramcko Behrens-,
quien fuera vice cónsul de Dinamarca e Italia); el Doctor Adolfo Lacombe; los
padres, abuelos y parte de la familia de dos de los gobernadores del estado
Carabobo como son Henrique Salas Römer y
Henrique Fernando Salas Feo.
Además, parte
de las familias que iniciaron la gran empresa jabón Castilla que luego se convertiría
en jabón Las Llaves (Los Frey y los Heemsen), y uno de sus principales
accionistas Lothar Vollbracht (quien fallece en Panamá peros sus restos
descansan en esta necrópolis), dos de las placas de los 7 chicos nacidos en Puerto
Cabello, que fueron llamados a filas (2da guerra mundial), por tener doble
nacionalidad (venezolana-alemana), mientras cursaban estudios en Alemania: Uno
fallece en Grecia (Rolf Baasch Römer y el otro en Bélgica (Waldemar Römer
Römer).
La profesora de piano del colegio alemán (Anna Wittstein); así como también la
administradora del albergue que funcionaba en la actual casa del General Salom
(Herr Anna Franzen); el fundador de la empresa aduanera Eduardo Römer & Cia.
(Eduardo Römer Stürup); personalidades que fueron presidentes y pertenecieron a
la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Puerto Cabello, apellidos tales
como, Römer, Ermen, Echeverría, Kolster, Salas, Capriles, Meir.
Los padres del Doctor David Lobo; familiares del
narrador deportivo Hermann “Chiquitin” Ettedgui, entre tantos otros. Y es que
ese lugar es parte de nuestra identidad y es importante que
reflexionemos sobre el porqué se llegó hasta el descuido.
Y es que
este recinto abarca todo: Desde el punto de vista arqueológico, educativo, de
las artes, la historia de Puerto Cabello y de la Venezuela de la época; en ella
se han identificado 2 obras de los escultores italianos, Julio Roversi quien
diseñó el cenotafio dedicado al Generalísimo Francisco de Miranda en el Panteón
Nacional. Y Emilio Gariboldi, autor de la ornamentación del Arco de la
Federación del Calvario, entre otros escultores de la época. Sueño con ver
materializada la restauración total de este camposanto.
Como deben
de saber los asiduos lectores de mi blog, me encanta hurgar en la historia de
mi Puerto marinero y esta es una historia muy importante e interesante. Estoy
tratando de descubrir y rescatar (ad-honoren) del cementerio (con la
autorización de su administrador), la vida de las personas; recién estoy
elaborando un catálogo de lápidas anexándoles sus fotografías y una pequeña
reseña de sus vidas para hacer un inventario funerario ya que los registros del
libro se extraviaron.
Mi
intención es devolverles el sentido de pertenencia a sus familiares y ojala que
se permita entregar a Puerto Cabello un sitio que pueda formar parte del eje
turístico del estado por esa importante carga
histórica que posee. Estoy convencida que hay
que devolverle la dignidad a este cementerio.
Grísseld LecunaG/Bavaresco
Fuente:
“San Esteban Camino a la
Cumbre”. Asdrúbal González. 2008
“Historia y presencia de
una Cámara Centenaria”. José Alfredo Sabatino Pizzolante. 1997
“Puerto Cabello. Huellas de los primeros
pasos”. Miguel Elías Dao. Impreso en Venezuela por Impresos Italgrafica, s.a.
“Los Alemanes en Puerto
Cabello y San Esteban”. Lucrecia Möller y Adolfo Aristiguieta Gramcko. 1996.
Fundación Ramón Días Sánchez
Paginas genealógicas:
Familysearch, Ancestry, Geni, Myheritage.