Hoy
hace exactamente una semana y unos días, en la que me siento casi, casi como en
el Tibet, sin comunicación (sin TV por cable, sin Internet, sin Cantv, sin WiFi).
Ha sido (y espero que no siga siendo) una semana en reunión con la naturaleza;
escuchar el trinar de los pájaros, los ladridos de mi fiel Kristopher, el coro
de mis gatos con su meow, meow cuando llega la hora de comer, el aire marino
que roza mi cara cuando estoy en el balcón de mi casa tratando de alcanzar
alguna señal para que mi gastado e inoperante celular lo capte y pueda
enterarme de como esta la vida allá afuera…
He
recibido en esta y la pasada semana, la visita de grandes amigos y familiares,
en la que en charla de amena conversación disfrutamos el momento, es como si de
pronto funcionara el internet o la televisión por cable.
Pero que al marcharse
vuelvo a mi claustro religioso, hablando con Papa Dios y haciéndole las
preguntas que están en boga hoy dia: ¿Hasta cuando esta vaina? ¿Tan mal nos
hemos portado que ni siquiera unas decentes y añoradas navidades podremos tener
este año? ¡Coño, Papa Dios mete tu mano, quiero ver el renacer de mi país, porque
sinceramente no veo la luz al final del túnel..!
…....Se
hace un silencio…! De repente se escucha entre la brisa marina, como especie de
un silbido que llega a mis oídos y me deja saber: “LLEGÓ EL AGUA”….. y Zúas!!!
Regreso a mi cotidianidad, y disculpen pero tengo que llenar los pipotes de
agua, ver si al tanque le esta llegando el preciado liquido y ponerme a lavar………
Todo
a su tiempo…!
Grísseld LecunaG/Bavaresco
Martes
19 de noviembre de 2019