viernes, 17 de marzo de 2017

LA HISTORIA DETRAS DE TRES EXITOSAS CANCIONES

YOLANDA

Yolanda Benet es más que una musa, era la esposa de Pablo Milanés, a quien le tocaron los años duros, y sin posar, levitaba bajo la luz de lo cotidiano, allí fue dibujada a mano, eternizada entre los años setenta.

Yolanda Benet 
Ella lo conoce en noviembre de 1968, entonces trabajaba en el (ICAIC) Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, y escuchando “Para vivir” se percata de que este compositor, de sólo 23 años, no se le parecía a nada de lo que sonaba aquí en aquella época, tenía algo diferente. Primero conoció su voz, luego apareció él.

Se encontraron gracias a un amigo que atesoraba una cinta con todas las canciones que Pablo estaba cantando por aquellos días y no se cansaban de escucharlas, una y otra vez. Ella se enamoró de la voz y de las canciones, pero a Pablo nunca lo había visto; hasta que un día ese amigo lo lleva a la puerta de su casa.

Entonces Pablo era un muchacho con uniforme, un recluta, un hombre común, pero a Yolanda su latido le decía que no era cualquier hombre,  siempre le llegó hondo, aun sin haberlo visto. Ella era también una muchachita que trabaja  en el ICAIC, pero su sensibilidad la guiaba con certeza.

¿Cómo nació la canción?

Ya casados, él estaba enloquecido por tener un hijo, al poco tiempo nace Lynn, la primera de sus tres hijas. Cuando la niña tenía como una semana de nacida Pablo viaja para hacer un trabajo del ICAIC. Fue terrible desprenderse de la casa; se va al interior del país y cuando regresó ellas  estaban en la casa de la madre de Yolanda. La niña estaba majadera, lloraba, no se quería dormir, pero era una lucha. Pablo cogió la guitarra y cantó “No me pidas”, “Quiero poner la tierra a tus pies” y “Yolanda”.

En ese minuto ella no lo escuchó con atención, estaba atendiendo a la niña, no se percató de la cara de frustración de Pablo, ella estaba concentrada en la bebita. Con calma, ya por la noche, muy tarde cuando todo el mundo se había dormido y estaban solos, mientras le daba el pecho a la niña ella le pide a Pablo que le cante las nuevas canciones, y por primera vez escucha: Yolanda.

“Para una mujer recién parida, lactando, el hecho de que se aparezca Pablo con una canción como esa me paralizó. Pero sobre todo porque él supo unir muchas cosas que teníamos en común, códigos, símbolos, y todo aquello lo trasmitió a través de una canción aparentemente tan sencilla”. - comento Yolanda -.

Es innegable, se trata  de una canción que trae consigo un desgarramiento terrible, Pablo la compuso en plena crisis. Pero eso es un artista, un creador, el ser humano que saca con ingenio su dolor convirtiéndolo en joyas.

Pablo y Yolanda ya están separados, de su unión tienen a Lynn, Liam, Suylen y siete nietos. Pero ellos han encontrado el equilibrio, el de estar juntos siempre que pueden para disfrutar de la familia que han creado, en las buenas y en las malas. 

            ALFONSINA Y EL MAR

Alfonsina Storni fue una poetisa y escritora argentina. Sus composiciones reflejan la enfermedad que padeció durante gran parte de su vida y muestran la espera del punto final de su existencia, expresándolo mediante el dolor, el miedo y otros sentimientos.
Alfonsina de 24 años
Se relacionó con el poeta Horacio Quiroga quien luego de finalizar su relación con ella contrajo matrimonio y 10 años más tarde, él se suicida. Alfonsina realmente lo apreciaba y le dedicó un poema a su difunto amigo.
Años más tarde fue diagnosticada con cáncer de mama del cual fue operada, al poco tiempo se realizó un estudio de quirología, cuyo diagnóstico no fue acertado. Esto la deprimió, provocándole un cambio radical en su carácter y llevándola a descartar los tratamientos médicos y a planear su fin.

Antes de partir escribió su último poema y lo envió al diario La Nación:
Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides. Gracias… Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido…”

Finalmente la poeta se suicidó en Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres.
Hay versiones románticas que dicen que se internó lentamente en el mar hasta desaparecer por completo, como dice la canción.
Alfonsina y el mar es una zamba compuesta por el pianista argentino Ariel Ramírez y el escritor Félix Luna, publicada por primera vez en el disco de Mercedes Sosa: Mujeres argentinas, de 1969.
LIBRE
El cantante Nino Bravo interpreta la canción "Libre", compuesta en 1972 por José Luis Armenteros y Pablo Herreros, dedicada a la primera víctima que muere en su intento de cruzar el muro de Berlín.

No había transcurrido un año de la construcción del muro de Berlín y ya los jóvenes alemanes de la llamada República Democrática, RDA;  soñaban con alcanzar la libertad desafiando la estricta vigilancia a una frontera que dividía Alemania.

Peter Fechter con solo 18 años fue la primera víctima intentando cruzar el muro de Berlín, muere el 17 de agosto alcanzado por disparos de guardias que custodiaban el muro.

El plan consistía en esconderse en un taller de carpintería cerca del muro, para observar el movimiento de los guardias desde allí y poder saltar desde una ventana en el momento adecuado hasta el llamado corredor de la muerte (una franja de tierra entre el muro principal y un muro paralelo que recientemente se había empezado a construir) y correr por el mismo hasta una pared cercana a Checkpoint Charlie, en el distrito de Kreuzberg en Berlín occidental.
Hasta llegar al muro las cosas salieron bien, pero cuando se encontraban arriba, a punto ya de pasar al otro lado, los soldados les dieron el alto, y a continuación dispararon. 

Helmut tuvo suerte, Peter resultó alcanzado por varios disparos en la pelvis, cayó hacia atrás, y quedó tendido en el suelo en la "tierra de nadie", durante cincuenta angustiosos minutos, moribundo, desangrándose, a la vista de todos, y sin que nadie hiciera nada. 

Gritó pidiendo auxilio, pero los soldados soviéticos que le habían disparado no se acercaron, y lo único que pudieron hacer los soldados americanos fue tirarle un botiquín, que no le sirvió de ayuda, ya que sus graves heridas internas le impedían moverse, y poco a poco fue perdiendo la consciencia. Durante casi una hora, los ciudadanos de ambos lados de Berlín contemplaron impotentes su agonía, gritando a los soldados de ambos lados para que le ayudasen.

Monumento  a Peter  Fechter
Pero ambos bandos tenían miedo de que los del otro lado les disparasen, como había pasado en otras ocasiones anteriores. 

Los soldados del lado oriental, zona a la que pertenecía en realidad la "tierra de nadie", tampoco le ayudaron, y no se acercaron hasta pasados 50 minutos, seguramente para que sirviera de ejemplo para cualquier otro que pensase huir.

Chris Gueffroy
La canción, escrita diez años después de los hechos, recoge una historia y unas fotos que dieron la vuelta al mundo, y que todavía hoy son símbolo de la crueldad humana. 

En el lugar donde murió Peter Fechter, se levantó en 1990 un monumento. 

En la tarde del 5 de febrero de 1989, disparos de soldados que custodiaban la frontera desde el lado Este cobraban otra víctima, pero esta vez sería la última, otro joven, de 20 años de edad que soñaba con alcanzar sus sueños, Chris Gueffroy.
Grisseld LecunaG/Bavaresco

Yolanda: Pablo Milanes

Alfonsina y el mar: Mercedes Sosa

Libre: Nino Bravo

Fuente:


https://shedsenn.com/2011/01/14/historia-de-la-cancion-alfonsina-y-el-mar/



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