En esta entrega les dejo tres cortos cuentos con sus enseñanzas.
1. El Sabio
Cuentan que, en un antiguo reino, habitaba un hombre
que era conocido en todas partes por su gran sabiduría. Al comienzo solo
aconsejaba a sus familiares y amigos cercanos. Sin embargo, su fama creció
tanto que el propio soberano lo llamaba frecuentemente para consultarlo.
Todos los días llegaban muchas personas a recibir sus
sabios consejos; sin embargo, este notó que había varios que iban todas las
semanas. Lo peor es que siempre le contaban los mismos problemas y luego
escuchaban el mismo consejo, pero no lo ponían en práctica. Todo se había convertido
en un círculo vicioso.
Un día cansado de lo mismo, pensó que tenía que hacer algo, entonces
el sabio reunió a todos esos
consultantes frecuentes y les contó un chiste; era tan divertido, que llevó a
que casi todos rieran a carcajadas.
Después de unos minutos, les contó el mismo chiste y solo unos pocos
sonrieron. Luego contó el mismo chiste por tercera vez, pero ya nadie reía, ni sonreía.
El sabio sonrió y les dijo: "no se puede reír de la misma broma
una y otra vez. Entonces, ¿por qué siempre lloran por el mismo problema?"
MORALEJA: la preocupación no resolverá tus problemas,
solo te hará perder el tiempo y la energía.
2. El
mejor amigo
Dos amigos estaban caminando por el desierto. En una etapa de su
viaje, tuvieron una discusión y un amigo le dio una bofetada al otro en la cara.
El que recibió una bofetada se lo tomó muy mal, pero sin
decir nada, escribió en la arena: "hoy mi mejor amigo me dio una bofetada
en la cara".
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron
bañarse. El que había sido abofeteado quedó atrapado en el fango y comenzó
a ahogarse, pero su amigo lo salvó. Después de que se hubiera recuperado de su
conmoción, escribió en una piedra: "Hoy mi mejor amigo me salvó la
vida".
El amigo que abofeteó y salvó a su mejor amigo le preguntó:
"después de hacerte daño, escribiste en la arena y ahora, escribes en
piedra, ¿por qué?"
El otro amigo respondió: "cuando alguien nos lastima debemos
escribirlo en arena donde los vientos del perdón pueden borrarlo. Pero,
cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde
ningún viento pueda borrarlo”.
MORALEJA: no valores las cosas materiales de la vida, sino a las personas
que tienes.
3. El
Burro, un chiste con moraleja
Un hombre va
conduciendo por la carretera cuando de pronto ve que en dirección contraria
viene una mujer conduciendo su auto como loca y que al acercarse, baja el vidrio y le grita:
¡BURRO!
El hombre que
obviamente no se pudo quedar callado, baja su vidrio y le grita:
¡MULA!
En eso, al doblar la
curva, ¡pum! – el idiota se estrella con un gran burro que estaba en medio de
la carretera.
MORALEJA: Los
hombres nunca logran comprender lo que las mujeres tratan de decirles. ¡Es que
no nos escuchan!
Grísseld LecunaG/Bavaresco
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario