A solo 2 días para iniciar Octubre, y en cuyo mes, en algunas partes
del mundo celebran el Halloween o noche de brujas, me pareció muy simpático contarles
una historia tenebrosa. Es así como encontré este cuento de autor desconocido.
Tengo la costumbre de ir todos los 16 de junio al cementerio ya que
en esa fecha murió mi hermano. El partió de éste mundo muy joven tan solo tenía
16 años cuándo tomó la trágica decisión de quitarse la vida; aun recuerdo como
lo encontré, en su cuarto ahorcado del abanico del techo el cual aun giraba.
Fue algo que me marco para toda la vida, los
médicos firmaron el acta de defunción y la descripción decía que se había
semi-decapitado internamente pero que no murió de inmediato y que se había intoxicado con muchas pastillas para
dormir.

Me arrodille al frente de su tumba para rezar
un poco pero algo me dejo catatónico; -juro que escuche la risa de mi hermano
muy cerca de mi oído izquierdo-

E inmediatamente quede paralizado ya que al
regresar la vista a la tumba de mi hermano esta no tenia su tapa y claramente
se podía ver el féretro negro en el cual lo habíamos sepultado y de allí era el
origen del fétido olor a putrefacción.
–Hola, ¿quieres verme?"- !!!!DIOS!!!!
Inmediatamente salí corriendo a la puerta del
cementerio y al llegar a la entrada escuche su risa yo me giré por la
curiosidad ahí estaba en el borde de su tumba sobresalía su cabeza con un largo
cuello semi-decapitado mirándome con una risa que nunca olvidaré.
No se como pude salir de ahí al menos eso creí
ya que fui a mi casa muy alterado buscando a mi padre y a mi madre pero no vi a
nadie, en realidad ni en el cementerio, ni en la calle y ni el vecindario vi a
ninguna persona.
Así que fui a mi cuarto y me recosté fue cuando recordé que yo
me llamo "JOEL MANZUR", no tengo hermano y estoy muerto.
- Pero, ¿Quien era el del cementerio?-
Créditos a quien corresponda
Grísseld LecunaG/Bavaresco
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