Cada cultura, región o país tiene sus propias
leyendas Urbanas y escuchar algunas de ellas suele ser fascinante. Son esas historias que se cuentan
de boca en boca y se mantienen vivas por generaciones. Estas leyendas se consideran hechos muy reales, que tal vez no sucedieron exactamente igual pero hay un porcentaje
bastante verídico.
Tal es el caso de una historia que conseguí en
internet, y que relatan en una comunidad en Alabama, Estados Unidos. Según
cuentan los habitantes que a una niña de 5 años le pidieron que fuera a
recolectar algunas bayas en el bosque para preparar un delicioso postre para la
cena. En pueblos pequeños no era nada raro, ya que no existían demasiados
peligros. La niña cuyo nombre era Emily, emprendió el
viaje, feliz con su cesta bajo el brazo.
Pero al cabo de pocas horas los padres, matrimonio joven y con solo una
hija, se percataron de que ella
se demoraba demasiado en volver. No obstante esperaron durante otro lapso,
pero al ver que la pequeña ya se había tardado mucho decidieron salir en su
búsqueda. Los vecinos se enteraron de la preocupación de los papás y también se
unieron para poder abarcar más y ayudar a la familia.
La búsqueda no cesó durante varios años y a pesar
de que muchas personas colaboraban, la esperanza de los padres disminuía con
cada día que pasaba, ya que era bastante improbable que una niña pequeña e
indefensa sobreviviera durante tanto tiempo en el bosque. La culpa no los
dejaba vivir tranquilos y se arrepentían de haber mandado a su pequeña Emily ese día. El dolor de la pérdida fue tal que no quisieron tener más hijos y se resignaron a simplemente orar
por la paz del alma de la pequeña niña.
Pero
un día sucedió algo insólito. Los señores estaban sentados en el porche de su
cabaña, 50 años después viendo el atardecer, cuando vieron una figura
aproximarse desde el bosque. No podían creer lo que estaba delante de sus ojos:
la pequeña Emily estaba en frente de
ellos exactamente igual que el día que desapareció. Para su hija el tiempo no
había pasado, ella pensaba que apenas habían sido unos minutos y regresó con
las bayas que había recogido. Emily
llevaba exactamente la misma ropa que el día que abandonó su casa, un traje que
le regalaron en su cumpleaños.
La niña estaba muy confundida y asustada, para ella, esas dos personas que estaban en la casa no eran
sus padres. No los reconocía, pero esto era porque sus cabellos eran canosos,
sus cuerpos habían cambiado mucho y las arrugas se habían hecho presentes
alrededor de sus ojos y frente. Tras un largo rato, la pequeña
entendió que sí se trataba de sus padres. Emily recordaba lo que había pasado ese día y según,
sólo había cumplido la tarea de recoger frutos que le habían pedido.
Muchos vecinos insinuaron que podría tratarse de una impostora, pero no podía ser cierto, pero al escuchar que la niña respondía preguntas muy íntimas sobre su familia, se dieron cuenta que en efecto era un milagro. A los Padres no les importó y estaban felices de recuperar por fin a su pequeña, a la que algo misterioso le había ocurrido y para lo que no tenían explicación.
Por supuesto la policía jamás creyó la historia y declaró que se trataba de una niña parecida, pues no había pruebas reales de lo sucedido, sin embargo, el caso misterioso de una niña desaparecida que
fue a buscar bayas al monte y volvió igual, con el mismo aspecto y la misma
edad, después de cincuenta años, es uno de los mitos sostenidos en la historia
de los casos policiales irresueltos y los mitos paranormales.
Ya sea cierta o no, esta leyenda lleva contándose
durante muchas generaciones en Alabama y con el tiempo incluso se ha extendido
más.
Grísseld
LecunaGarcía/Bavaresco
Fuentes:
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