miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL ETERNO PECADO DE LOS AMANTES DE BAUSÉN

La vida está llena de fábulas y leyendas, existen tantas que algunas ni las recuerdas, pero hay de otras que nunca te puedes olvidar.

Halle una historia real del pasado como muy pocas que ocurrió a principios del siglo XX entre dos jóvenes enamorados, Francisco y Teresa.  Ellos tomaron la decisión de casarse con el apoyo de sus familiares, amigos y vecinos del pueblo, pero eran años en los que la Iglesia tenía mucho peso y había un pequeño detalle, Francisco y Teresa tenían cierto parentesco familiar, eran primos.

Vivían en Bausén, un pequeño pueblo del Valle de Arán (Lleida) España, justo en la frontera entre Cataluña y Francia. 

El cura del pueblo les pidió una cantidad de dinero bastante elevada para poder concederles el matrimonio, ya que al tener cierto vínculo familiar era necesario una dispensa de Roma. La pareja no disponía de tanto dinero y el cura les recomendó que no siguieran adelante con ese amor prohibido y que ambos continuarán por caminos diferentes y encontraran a otras personas con las que casarse. A pesar de las indicaciones del cura la pareja decidió seguir adelante con su historia de amor a pesar de no tener la bendición católica, pero sí contaban con el apoyo de la gente de su pueblo.

Francisco y Teresa iniciaron una vida en común, tuvieron dos hijos y vivieron muy felices, pero no fue para siempre ya que una enfermedad arrebató la vida de Teresa en el año de 1916, con tan sólo 33 años. En esta ocasión la iglesia católica volvió a poner más problemas y el mismo cura se negó a darle santa sepultura en el cementerio del pueblo tras considerar que vivían en pecado y como pecadores no podían recibir sacramento alguno.
Ante esta situación todos los vecinos, amigos y familiares de Francisco decidieron ayudarle a cavar una fosa para su mujer y en tan solo 24h construyeron un cementerio civil en la parte más alta de la población, en una de las zonas con mejores vistas y en el mismo punto donde empezaron su historia de amor. Finalmente pudieron darle un entierro digno y a día de hoy descansa bajo la sombra de unos álamos y siempre con la presencia de flores frescas.
A cinco minutos andando de la localidad, cerrado por una puerta y un muro de un metro de altura, y bajo una acacia, allí solo descansa Teresa. Sin ningún símbolo religioso y con dos dedicatorias, una de ellas con errata incluida: "Rercuerdo a mi amada Teresa que falleció el 10 de mayo de 1916 a la edad de 33 años" (sic) y "A nuestra querida madre".

Francisco y sus dos hijos se exiliaron en Francia al estallar la Guerra Civil y la voluntad del amante, que nunca se volvió a casar, era descansar junto su esposa, pero al morir las circunstancias políticas y la burocracia impidió que su último deseo se hiciera realidad. Sus hijos también fallecieron hace tiempo.

Sus bisnietos, los únicos familiares vivos y que siempre han rechazado hablar sobre el tema, también acuden de vez en cuando desde Francia al cementerio de su bisabuela.


Ninguno de los protagonistas dejó nada escrito, así que la historia se ha ido transmitiendo, con sus matices, de generación en generación por el boca a boca de los habitantes del lugar.

A un lado de la entrada del mini camposanto esta un panel instalado por el Ayuntamiento, que apunta claramente a la cuestión económica: "La pareja, que estaba habituada a los trabajos duros y a los salarios escasos, no consiguió nunca dinero suficiente para satisfacer este requisito. Suplicaron mil veces y mil veces la respuesta fue negativa y tajante", se puede leer en este escrito colocado el año pasado en Bausén con motivo del centenario.

A solo siete años después que falleciera Teresa y tras 45 años como responsable de la parroquia del pueblo, fallece el sacerdote Joaquim Tellosa.

Han pasado 101 años desde que el cadáver de Teresa fue conducido desde su casa hasta este paraje conocido como Coret, donde los vecinos levantaron en horas este camposanto de unos 10x10 metros en medio de la naturaleza pirenaica para que pudiera descansar en paz, y todo por haber tenido hijos con un primo sin estar casada.


Durante mucho tiempo, la historia apenas trascendió más allá de las montañas del valle, pero la explosión del turismo y de los nuevos canales de comunicación la han difundido al mundo. Tanto que la pareja ha sido bautizada como "los amantes de Bausén".

Grísseld LecunaGarcía/Bavaresco

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