sábado, 30 de abril de 2022

FERNANDO PÁRRAGA, EL PARQUIMETRO HUMANO. HISTORIAS PORTEÑAS

 

A continuación les narraré una historia muy simpática que ocurrió en mi Puerto Cabello en tiempos muy remotos.

Cuenta la historia, que los campesinos que traían sus productos al Mercado Municipal se quejaban de los graves problemas que sufrían por la falta de vigilancia en el sitio donde dejaban a sus burros estacionados. Por tal motivo decidieron ir ante el Regidor (autoridad municipal) y plantearle lo que estaba sucediendo.


Estos humildes agricultores procedentes de pequeñas fincas cercanas, algunas conocidas como “conucos”, eran víctimas de ladrones, la mayoría clasificados como “rateros”, que no solo hurtaban los frutos cosechados con grandes esfuerzos, sino las herramientas y otros artículos usados en su trabajo.

El Concejo Municipal tomando en consideración el grave problema, con fecha 15 de marzo de 1899, nombró al ciudadano Fernando Párraga como “Cuidador de burros” en el estacionamiento fijado para tal fin. Igualmente se aprobó cobrar a los dueños de los jumentos (asno, burro, borrico, pollino, garañón, rozno…), la suma de 5 céntimos por cada animal estacionado. Algunos campesinos identificaban a Fernando Párraga, el encargado, como “el señor burrero”, cosa que no le agradaba mucho a dicho funcionario.


El venezolano siempre ha sido una persona muy dicharachera y ocurrente, es así como algunos campesinos identificaban a Fernando Párraga, el encargado, como “el señor burrero”, cosa que no le agradaba mucho a dicho funcionario.

Otro de los problemas que se suscitaba en aquel entonces, era con los burros y otros animales realengos en el área urbana de la ciudad, frecuentemente motivaba la  atención pública y así lo revela la nota policial a comienzos del siglo XX en el diario porteño “El Comercio”:

       AVISO.

       Se encuentran detenidos en esta Comandancia,

       por haberse encontrado vagando por las calles,

       una burra blanca y una color gris. Además una

       cabra color amarillo manchado.

Los dueños deben acudir a reclamarlos.

 

Y como diría el periodista, cronista y escritor venezolano

Oscar Yánez: “Así son las cosas”.

 

Grísseld LecunaG/Bavaresco


 Fuente:

Puerto Cabello, pinceladas históricas, Miguel Elías Dao. Pags. 63 y 64. Impreso en Venezuela por Italgráfica S.A.

Caracas, julio de 1996

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